Los motivos que empujan a Horacio Rodríguez Larreta a endurecerse con el Gobierno y diferenciarse de Gerardo Morales
El jefe porteño no envió emisarios a la exposición de Martín Guzmán sobre las metas económicas que negocia con el Fondo
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Horacio Rodríguez Larreta se enfrenta a una nueva prueba de liderazgo. Acostumbrado a gestionar conflictos internos, el jefe porteño surfea las tensiones que genera en el seno de Juntos por el Cambio el llamado al diálogo de la Casa Rosada a la oposición por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda. Alineado con la postura institucional de Pro, donde Mauricio Macri y Patricia Bullrich desconfían de las intenciones del kirchnerismo y temen “un abrazo del oso”, Larreta no enviará representantes de la Ciudad a la exposición de Martín Guzmán en el Museo del Bicentenario, una decisión motivada por factores internos y externos.
Mientras Gerardo Morales desafía en público a sus socios macristas y se jacta de haber destrabado el conflicto que generó la convocatoria de Guzmán a los gobernadores opositores para informar las metas económicas que negocia con el Fondo, Larreta endurece su posición frente al Gobierno. No se mueve un centímetro de su postura inicial, pese a que Fernández argumentó ante Morales que el objetivo del encuentro era meramente informativo y excluyó a sindicalistas y empresarios de la reunión para quitarle un tinte político. Para Larreta, una visión que comparten Macri y Bullrich, el ámbito de debate sobre el acuerdo con el FMI debe ser el Congreso.
Larreta se siente más cómodo en el plano del consenso que en el terreno de la confrontación, pero está claro que la poda inconsulta de los fondos de coparticipación a la Ciudad impulsada por el kirchnerismo marcó un quiebre en el vínculo con el Presidente. “De mejor amigo al enemigo más buscado”, dice uno de los laderos del alcalde sobre la relación oscilante con el Ejecutivo nacional. El resquemor con Fernández aún sobrevuela en el tercer piso de la sede de Uspallata. De hecho, Larreta no habló con ningún representante del Gobierno durante las últimas horas. Ni Guzmán ni el Presidente, con quien no dialoga hace tiempo, se comunicaron con el jefe porteño para convencerlo de que asistiera al encuentro organizado por el titular del Palacio de Hacienda con los gobernadores para detallarles el estado de la negociación con el FMI por la deuda. Tampoco lo sondearon por el estallido de casos de coronavirus. El único intercambio con el oficialismo fue un documento que llegó a la base porteña en Parque Patricios el viernes pasado: era la invitación de Guzmán al jefe de gobierno para la cumbre en el Museo del Bicentenario. Larreta desconfió de la jugada y activó una ronda de consultas. “No se va a cortar solo y consensua todas las decisiones”, repiten los larretistas.
Por eso, como había ocurrido con el debate por el presupuesto y la firma del consenso fiscal, Larreta se contactó con la nueva mesa de gobernadores de JxC y referentes de la coalición opositora. Anteayer, Larreta, Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes) emitieron un pronunciamiento para rechazar la convocatoria del oficialismo: dijeron que se parecía más a “una reunión política” que a un encuentro “institucional de trabajo”. De inmediato, Fernández, a quien le urgía contar con la presencia de todos los mandatarios provinciales en la reunión en busca de respaldo político en el tramo final de la negociación con el FMI, habló con Morales y Valdés para comunicarles que estaba dispuesto a reformular la convocatoria para que asistieran. Sin saber que Morales había abierto una vía de negociación con el oficialismo, Larreta ratificó su postura ayer a la mañana durante un acto de gestión: “Es mucho más una reunión política, que una en serio, de trabajo institucional”, advirtió.
La falta de coordinación obligó a los cuatro gobernadores de JxC a activar dos reuniones vía Zoom. Con el Presidente dispuesto a ceder, Larreta, Morales, Valdés y Suárez acordaron que no irían a la exposición en la Casa Rosada, pero que asistirían a un encuentro “exclusivo” con Guzmán previsto para la semana próxima en el Congreso o el Ministerio de Economía. Allí, pactaron con Fernández, también estarán los jefes parlamentarios de la coalición opositora, como exigía la cúpula JxC. Como contrapartida, Morales -quien habló cinco veces con Fernández- y los radicales decidieron mandar emisarios a la exposición de Guzmán. Larreta, en cambio, definió junto a sus colaboradores y sus socios que no era necesario. Sospecha que el objetivo del Gobierno en ese encuentro sigue siendo tener una foto con dirigentes de la oposición para exhibir ante el FMI. Es decir, más “show político y mediático” que una reunión de “trabajo”. “Somos consistentes con la postura que fijamos desde el primer día: el ámbito de debate es el Congreso, con los jefes parlamentarios de JxC sentados en la mesa”, señalan en el entorno de Larreta.
En la cúpula del Ejecutivo insisten en que la realidad financiera de la Ciudad es distinta a la de Jujuy, Corrientes o Mendoza, distritos gobernados por los radicales. “Son realidades distintas. Por ejemplo, no firmamos el consenso fiscal porque no tenemos deuda con el gobierno nacional y sostenemos una demanda ante la Corte por los fondos de coparticipación”, argumentan.
Otros espadas larretistas remarcan que ir al encuentro con Guzmán a ciegas no tenía ningún rédito para Larreta. “Te quieren hacer firmar el contrato sin que lo puedas leer. La foto era el abrazo del oso”, comenta una de las espadas del alcalde. Larreta suele ser cauto cuando habla en privado sobre el diálogo con la Casa Rosada sobre la deuda con el FMI: “Vamos a ver qué hace el Gobierno”, les dijo a sus colaboradores antes de que se concretara la invitación de Guzmán. Es más, el alcalde considera que en este tema la mesa nacional de JxC debería tener una mayor injerencia. Mañana, la cúpula del espacio se reunirá al mediodía para consensuar una posición antes de la cumbre con el ministro de Economía. Morales, quien dijo que JxC no puede “jugar a las escondidas” ni hacer “pendejadas” y no ir a escuchar la exposición de Guzmán sobre una deuda que contrajo Macri, podría escuchar reproches de sus socios de Pro. Las declaraciones del jujeño no cayeron bien en la cúpula del partido fundado por Macri.
Ayer, Larreta coordinó su postura con Maximiliano Ferraro, titular de la CC, y Bullrich, entre otros aliados. Morales repite ante propios y extraños que los “halcones” condicionan al alcalde a la hora de sentarse a dialogar con el Gobierno por el acuerdo con el FMI. En los sectores más extremistas del macrismo coinciden con esa visión. “En Pro tenemos una postura muy clara e institucional respecto del Gobierno. Y atendemos el mensaje de nuestros votantes: hay que tener cuidado y evitar el abrazo de oso”, dicen cerca de Bullrich. El alcalde, quien debió reconoce que debió endurecerse en los últimos meses debido a la mala praxis del kirchnerismo, no piensa confrontar con Morales, quien volvió a esmerilar su figura en los medios. Entiende que el jujeño lo ataca para posicionarse en la carrera por la Presidencia. Es más, si le preguntan por el jefe de la UCR, Larreta ya sabe cómo responderá: “Gerardo es un excelente gobernador”.
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