Los mensajes ocultos en el discurso de Alberto Fernández hacia Cristina Kirchner y La Cámpora
El Presidente agradeció a los que tuvieron la “responsabilidad democrática” de apoyar el acuerdo con el FMI e hizo varias alusiones a la necesidad que tenía de avanzar hacia el camino que cuestiona la vicepresidenta
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Sin mencionar ni una vez a los socios díscolos de su coalición, el presidente Alberto Fernández incluyó en el discurso con el que pretendió “declararle la guerra” a la inflación una serie de mensajes cifrados que revelan el grado de malestar que le ocasionó la resistencia de Cristina y Máximo Kirchner al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fernández apeló a un tono grave para plantear los desafíos que vienen en términos económicos pero se encargó de resaltar la relevancia que tuvo la votación en el Congreso. Elogió profusamente a quienes apoyaron la iniciativa -sin enumerarlos- y, por contraposición, expuso a quienes se pronunciaron en contra.
“Es también un día especial porque llegamos a esta ley con el consenso de legisladores de distintas fuerzas políticas que lograron encontrar los puntos de acuerdo para responder con responsabilidad democrática a una situación que así lo requería”, dijo el Presidente, al empezar su alocución.
Añadió que se llegó a la aprobación con una “abrumadora mayoría” en las dos cámaras del Congreso gracias al “consenso y apoyo de gobernadores y gobernadores, empresarios, sindicatos, organizaciones sociales y dirigentes de muchos sectores que comprendieron la gravedad del momento y unieron su esfuerzo para hacerlo posible”.
Por contraposición, esas palabras parecieron un dardo directo a los 28 diputados nacionales del oficialismo -en su mayoría de La Cámpora- y los 13 senadores leales a Cristina Kirchner que votaron no al proyecto que validó el préstamo de 44.500 millones de dólares que el ministro de Economía, Martín Guzmán, pactó con el staff del FMI y cuyos desembolsos servirán para saldar las cuotas de la deuda que tomó el gobierno de Mauricio Macri en 2018. A los díscolos que rechazaron el acuerdo se sumaron 13 diputados y 2 senadoras que se abstuvieron. En cambio, cerca de dos tercios de los legisladores del Frente de Todos votaron por el sí.
En palabras de Fernández, “una vez más, la convicción y el trabajo responsable han servido para superar desafíos que se nos imponen”. No dejó de agradecerles explícitamente a los que le permitieron escapar del default: “A todos y todas, mi sincero reconocimiento”.
Más adelante en su discurso, el Presidente recordó que a lo largo de sus primeros dos años de gestión recibió clarísimas señales internacionales de que era fundamental arreglar la deuda con el organismo internacional si quería sacar al país adelante. Sonó a otra réplica velada al kirchnerismo, cuyos dirigentes le exigían desde romper relaciones y denunciar la deuda hasta estirar la negociación con el fin de obtener mayores beneficios.
“En cada país que visité, se encargaron de advertirme la importancia que tenía que Argentina tuviera regularizada su deuda con el Fondo Monetario Internacional -enfatizó-. Eso era necesario para que las empresas argentinas pudieran acceder al crédito. Ahora podemos desatar todas las oportunidades productivas de nuestro país. Además, podremos financiar el gasto de capital de nuestro gobierno, con organismos internacionales y bilaterales, así como también seguir fortaleciendo el financiamiento interno. Esto nos permitirá depender menos de la emisión monetaria y hacer que nuestro Banco Central se fortalezca”.
Fernández insistió en que se deben “fortalecer las expectativas” y que eso solo será posible si la dirigencia política (¿la oficialista también?) es capaz “de sentarse en torno a una misma mesa, construyendo los entendimientos necesarios para construir el futuro”. También dijo que su batalla es “contra los agoreros de siempre, que intentarán instalar el sálvese quien pueda o buscar culpables rápidos y respuestas sencillas”.
Su defensa del acuerdo con el FMI resistido por sus rivales internos lo llevó a describir que ahora podrá “comenzar a ordenar las variables macroeconómicas centrales en la lucha contra la inflación”. Dijo: “Para atacarla debemos acumular reservas, mejorar el crédito público, desacoplar los precios internos de los internacionales, trabajar sobre las políticas de ingresos y precios al mismo tiempo y tomar una batería de medidas en las que múltiples actores son imprescindibles”.
Añadió que se está en un “punto de partida” para “contar con más reservas y calmar las expectativas de devaluación que algunos generan solo mirando su propio provecho”.
La votación del Senado
El discurso presidencial ocurre un día después de la sanción en el Senado de la ley que autoriza a tomar el préstamo del FMI. Cristina Kirchner se ausentó del recinto durante la votación, en la que un grupo importante del bloque del Frente de Todos dejó sentado el rechazo al plan que Fernández considera fundamental para evitar un crisis económica dramática.
En ese grupo de rebeldes se ubican los senadores más fieles de Cristina, como Oscar Parrilli (Neuquén), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza) y Juliana Di Tullio (Buenos Aires). Otros kirchneristas que se plantaron ante el gobierno son el porteño Mariano Recalde, el rionegrino Claudio Martín Doñate, la santacruceña Ana María Ianni, los camporistas fueguinos Matías Rodríguez y María Eugenia Duré, más la chaqueña María Inés Pilatti Vergara y la salteña Nora del Valle Giménez. Se sumaron los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y María Eugenia Catalfamo, además del jujeño Guillermo Snopek.
Esos 13 senadores quedaron en minoría en el bloque oficialista, en el que otros 20 acompañaron el proyecto del Presidente (que se sumaron a otros 36 votos de bloques opositores). Uno de esos votos fue el del jefe de bancada, el formoseño José Mayans, que había sido muy crítico del FMI durante las semanas previas. Se abstuvieron Silvina García Larraburu, una senadora muy cercana a Cristina Kirchner, y Silvia Sapag (Neuquén).
Los 13 oficialistas que rechazaron el acuerdo publicaron luego un duro documento en el que expusieron sus razones y aseguraron que los compromisos del país son de difícil cumplimiento al tiempo que conspiran “contra el crecimiento económico”.
Citaron al inicio la frase “los muertos no pagan las deudas”, pronunciada por Néstor Kirchner. En el documento, tuvieron en cuenta el actual contexto internacional y los efectos de la invasión rusa en Ucrania, advertidos por el FMI.
“En efecto, señaló el organismo será aún peor en América Latina, ya que se trata de una región que está fuertemente acoplada al mercado internacional de alimentos y materias primas. En otras palabras, el propio Fondo está admitiendo que será imposible cumplir con las metas propuestas a la Argentina”, señalaron en el documento.
“Repetidas veces han acorralado a la sociedad y a sus representantes con este tipo de operaciones cuando se discutieron y sancionaron leyes que tuvieron resultados nefastos para el conjunto de la sociedad argentina. La historia reciente así lo demuestra”, sostuvieron.
Y ampliaron: “Esta artificial encrucijada a las que nos pretenden someter, de aceptarse, se transformaría en la derrota, no solo del pueblo que sufrirá las consecuencias de este pacto, sino que, además, se transformaría en la dolorosa derrota de la política, verdadera y vital herramienta que desde nuestras bancas pero fundamentalmente como militantes, no estamos dispuestos a aceptar”.
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