Los juicios por corrupción revolucionan los tribunales
"Ahora la sociedad le da una nueva visión a nuestro trabajo", se entusiasma uno de los jueces federales encargado de dictar sentencias en los casos de corrupción que pueblan por estos meses los tribunales orales federales de Comodoro Py.
Por primera vez desde que se tenga memoria se están haciendo de manera simultánea seis juicios orales por corrupción que abarcan al kirchnerismo y al menemismo, con Carlos Menem incluido como acusado en dos de esos procesos. Y el mes próximo se inaugura una agenda de otros juicios claves, que incluyen a Cristina Kirchner .
Los protagonistas de esta nueva etapa son los jueces de los Tribunales Orales Federales, los TOF, como les dicen en Comodoro Py 2002, que deben decidir si los funcionarios públicos del gobierno anterior o de este cometieron o no un acto de corrupción . Deben decidir si son culpables o inocentes. La respuesta a esa pregunta es la que dará algunas certezas y permitirá, tal vez, que la sociedad recupere la credibilidad en la Justicia.
Los jueces de los TOF siempre tuvieron bajo perfil porque los protagonistas siempre fueron los magistrados federales de primera instancia, cerca de la política y con vasos comunicantes con el poder. Ellos son los que alimentan con sus investigaciones a los tribunales orales. Cuando una causa termina de investigarse es elevada a juicio.
En la década kirchnerista los TOF estaban abarrotados de juicios de lesa humanidad, mechados con casos de corrupción menemista. Los casos del menemismo eran tan viejos, tan viejos, que casi todos llegaron boqueando oxígeno, a punto de la prescripción. Los tiempos judiciales hicieron que quedaran en primera instancia.
Pero ahora cambió el esquema. Uno de los jueces del tribunal oral lo explica así: "Abajo cambiaron la marcha. Antes dilataban y nunca llegaban los casos a juicio. Ahora no se estacionan y avanzan. Sobre todo los casos del kirchenismo".
En estas semanas se da la rareza de que se estén juzgado al mismo tiempo a Menem en dos juicios simultáneos: el que está acusado de vender parte del parque Tres de Febrero a la Rural y el que refiere al encubrimiento en la investigación de la causa AMIA . El expresidente ya fue condenado dos veces por sobresueldos y por el contrabando de armas. Pero no está preso gracias a sus fueros de senador y porque esos fallos no están firmes. Las causas las tiene la Corte Suprema de Justicia.
A su vez están siendo juzgados Julio De Vido por la tragedia de Once, y el exvicepresidente Amado Boudou por el caso Ciccone .
Al mismo tiempo se juzga el caso Tandanor, donde está en juego el futuro del predio donde se alza el astillero: terrenos multimillonarios en dólares ubicados en Puerto Madero.
Y recién comenzó el proceso por enriquecimiento ilícito contra José López , el exsecretario de Obras Públicas que fue preso con los bolsos llenos con 9 millones de dólares.
La hiperactividad de los tribunales orales en los casos de corrupción es adjudicada por algunos de los jueces de esos tribunales a un recambio generacional que se dio con la llegada de nuevos camaristas que se encontraron con otros más experimentados, pero con renovadas ganas de sacar adelante los expedientes que llegaban a punto de prescribir.
Los nuevos jueces son Gabriela López Iñiguez, José Michilini, Fernando Machado Pelloni, Javier Ríos, Andrés Basso, Nicolás Toselli y Sabrina Namer. Entre los más experimentados se cuentan Pablo Bertuzzi, Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Tassara, José Martínez Sobrino, Fernando Canero y Julio Panello.
En la mirada de otros jueces, en cambio, la hiperactividad no es nueva, sino que lo que ocurre es que el periodismo posó más la mirada sobre ellos. Un juez recordó los juicios de corrupción emblemáticos realizados en los últimos años: el juicio a Carlos Gostanian, el pago de sobresueldos, el juicio por el Megacanje y los procesos contra María Julia Alsogaray . Todo eso en simultáneo con los juicios por violaciones de los derechos humanos, incluidos Vesubio o y las causas sobre crímenes en la ESMA.
Nuevo paradigma
Otro juez, de los más nuevos, señala: "Se busca que los juicios por corrupción no detengan los otros procesos. No le sacamos el cuerpo al trabajo, pero con todos los casos. Que un caso político emblemático no evite que se juzgue al que lleva tres años preso por drogas".
Otro colega entendió que se está "ante un nuevo paradigma". Y se levantó para empezar una audiencia de juicio oral a las 4 de la tarde. Una rareza en los tribunales donde se atiende al público entre las 7.30 y las 13.30, aunque los empleados se quedan trabajando hasta el atardecer.
Hay tribunales como el TOF 1 que tiene una agenda con 7 juicios simultáneos, otros como el TOF 4 lleva en paralelo el juicio de Ciccone, el de Once y un caso complicado de trata de personas.
Además, todos estos tribunales a diario resuelven decenas de juicios abreviados donde los acusados y el fiscal en casos de drogas pactan una pena y un juez las homologa.
Uno de los problemas de los TOF son las vacantes: son ocho tribunales orales federales, de tres jueces cada uno, pero hay tres vacantes. Es decir que para hacer un juicio deben llamar a un juez del tribunal vecino, con lo que hay que desarmar un tribunal para armar otro. Lo que retrasa todo. Están cruzados, integrando tribunales repartidos.
La agenda del segundo semestre de los tribunales orales es igualmente desafiante: empiezan dos juicios contra Lázaro Báez, uno por la ruta del dinero K y otro por los sobreprecios en las rutas patagónicas (allí estará acompañado por Cristina Kirchner, De Vido, José López); el juicio contra Ricardo Jaime por sus bienes, el juicio contra De Vido por la compra de trenes chatarra, el caso del dólar futuro, el del Pacto con Irán por la denuncia del fiscal Alberto Nisman , entre otros.
Los jueces son conscientes de que estos procesos los dejan con una mayor exposición pública. De hecho, sus cargos la requieren por la oralidad de los juicios. Pero no se quejan de ello, sino que saben que es parte de lo que trae el puesto.
"A una mayor exposición hay una mayor responsabilidad y eso nos genera un compromiso mayor con la sociedad", dijo otro de los camaristas que sabe que del producto de sus sentencias depende que la Justicia recupere su credibilidad.
Las principales causas en trámite
Son los juicios más resonantes que se tramitan en estas semanas
La Rural
Está en el comienzo
El Tribunal Oral Federal N° 2, integrado por Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Luciano Gorini y José Antonio Michilini, juzga a Menem, Cavallo y exdirectivos de la Rural acusados de la venta de parte del Parque Tres de Febrero a la entidad ruralista. El Estado quiere recuperar el predio
Juicio Ciccone
Final de los alegatos
Amado Boudou y su socio Núñez Carmona están siendo juzgados por el Tribunal Oral Federal N° 4, integrado por Pablo Bertuzzi, Guillermo Costabel y Gabriela López Iñiguez. Los acusan de quedarse con la imprenta que fabrica papel moneda. El juicio termina en un mes
Tragedia de Once
Etapa final de alegatos
Termina en agosto. El juicio contra Julio De Vido está a cargo de los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel y Gabriela López Iñiguez
José López
Está en el comienzo
López está acusado de enriquecimiento ilícito por sus 9 millones de dólares, su casa de Rincón de Milberg y un departamento en Recoleta. Lo juzga el Tribunal Oral Federal N° 1, integrado por Adrián Grünberg, José Michilini y Ricardo Basilico
Tandanor
Etapa final de alegatos
Está a cargo del Tribunal Oral Federal N° 5, integrado por Gabriel Ángel Nardiello, Sergio Paduczak y Sabrina Namer. Se busca esclarecer una maniobra llevada a cabo por el Ministerio de Defensa y el entonces titular de Tandanor por la adjudicación de la empresa del Estado
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