Los jueces esperan un gesto de Lorenzetti en defensa de la independencia judicial
Desde la denuncia de Nisman hasta la respuesta presidencial al 18-F, la Corte mantuvo un perfil bajo; busca mantenerse por encima del conflicto con el Gobierno
El martes próximo, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, inaugurará el año judicial y muchos jueces y fiscales alientan la expectativa de que, una vez más, el magistrado haga una defensa muy firme de la independencia de la Justicia.
Hasta ahora, desde la muerte del fiscal Alberto Nisman -que se produjo cuatro días después de que el fiscal denunció a la Presidenta por encubrimiento del caso AMIA- la Corte mantuvo un perfil extremadamente bajo y cauteloso.
Durante todas estas semanas, Lorenzetti tan sólo dejó trascender algunas reuniones que mantuvo con los peritos del Cuerpo Médico Forense; con la jueza Patricia Palmaghini, que reiteradamente baja al cuarto piso del Palacio de Justicia para hacerle saber al magistrado su disconformidad con la tarea que desempeña la fiscal Viviana Fein, y varios encuentros con la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, que coincide con el diagnóstico de Palmaghini sobre la errática marcha de la investigación penal. Por cierto, hubo otras reuniones y en la Corte siguen muy de cerca el caso. Pero la estrategia fue la de ponerse por encima del conflicto que muchos jueces y camaristas interpretan como más propio de la política que de los tribunales. Lo que esos jueces y fiscales se preguntan es cuánto tiempo podrá la Corte mantener esa cautela.
En las últimas semanas, los hechos se encadenaron vertiginosamente y a la muerte de Alberto Nisman se sumaron la denuncia que el fiscal hizo contra Cristina Kirchner y que el viernes último impulsó su colega Gerardo Pollicita; la multitudinaria marcha del 18-F; la reacción que tuvo Cristina el sábado último, cuando acusó a la Justicia de ser el "Partido Judicial", y la airada respuesta que le dio la Asociación de Magistrados.
Hay dos hechos, además, que pueden complicar aún más el escenario: el primero, que en las próximas horas el juez Daniel Rafecas decidirá impulsar la denuncia de Pollicita con algunas medidas de prueba, algo que podría acentuar el malhumor de la mandataria.
Y la segunda, cuando el domingo la Presidenta pronuncie su discurso en la apertura del nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso, la última Asamblea Legislativa que le tocará encabezar en su mandato. No hay que descartar que, incluso frente a Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y otros jueces, políticos y legisladores invitados al acto, la Presidenta vuelva a tener algunos conceptos fuertes.
En muchas cámaras y tribunales intuyen que la Presidenta "no está dispuesta a retroceder", porque "su embestida contra jueces y fiscales es parte de su estrategia político-electoral para mostrarse fuerte. La Presidenta no cree que los jueces y fiscales intenten destituirla. Pero, por un lado, es fácil embestir contra el Poder Judicial y, por el otro, teme que los jueces federales quieran avanzar contra ella y contra Máximo Kirchner en casos como Hotesur y otros más".
Ayer, el vicepresidente de la Asociación de Magistrados, Alejandro Sudera, dijo al periodismo que "las denuncias no son inventadas, sino que existen y hay que investigarlas", antes de poder profundizarlas o desestimarlas. "La Presidenta se acaba de dar cuenta de que cuando se vaya del Gobierno esas denuncias van a seguir abiertas. Si quería convertirse en un factor de poder, ahora advierte que su futuro político está hipotecado. Se ve reflejada en el presente de Carlos Menem", arriesgó un magistrado que tiene un fino olfato político.
En los próximos días o semanas no hay que esperar que la Corte dicte fallos contra el Gobierno. De hecho, en el tribunal está lleno de cuestionamientos que van desde el cepo hasta Ganancias, que por ahora avanzan lentamente.
Además, la Cámara Nacional Electoral elevó ayer a la Corte una consulta muy importante: le pide que el máximo tribunal defina si deben ser considerados verdaderos jueces los siete secretarios, empleados y abogados que el Consejo de la Magistratura nombró en los juzgados electorales de La Plata, Salta y en otros cinco distritos. La Cámara advierte del riesgo de que se manipulen las elecciones.
Ahora, el horizonte inmediato está en adivinar si Lorenzetti logra mantener el equilibrio y, al mismo tiempo, defiende la independencia de la Justicia.
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