Los intendentes que tienen terror por las colectoras
Son una decena de caudillos oficialistas con serio riesgo de perder
Los intendentes del oeste del conurbano se quejan de estar yendo camino, sin escalas, a la derrota. Lo repiten en público y en privado: el plan electoral del Gobierno de habilitar listas colectoras para que Martín Sabbatella sea candidato bonaerense con la boleta de Cristina Kirchner los pondrá, tarde o temprano, al frente de una batalla que consideran inevitable.
El grupo siente el peligro real de perder las elecciones. En concreto, son los caciques de ocho distritos clave, un pelotón que encabezan Hugo Curto (Tres de Febrero), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Luis Acuña (Hurlingham), Raúl Othacehé (Merlo), Fernando Espinoza (La Matanza), Enrique García (Vicente López), Andrés Arregui (Moreno) y Ricardo Ivoskus (San Martín).
Todos ellos rodean el distrito de Sabbatella, Morón, y se quejan de la estrategia de la Casa Rosada de alentar al diputado para que haga valer candidatos propios con apoyo oficial. Le temen a la derrota. Y anuncian que lo impedirán, como sea.
De hecho, los intendentes peronistas que integran el grupo de riesgo fueron los más difíciles de convencer para sellar una paz, al menos momentánea, en la reunión del PJ bonaerense en Mar del Plata. El Gobierno debió intervenir con llamadas personales, promesas de negociación y hasta un adoctrinamiento cara a cara en el vuelo que los llevó al encuentro. Acompañado del gobernador Daniel Scioli y el senador José Pampuro, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, intentó calmar en pleno viaje a Curto, Descalzo, Acuña, Othacehé y Espinoza. Consiguió un pacto frágil de silencio por 60 días.
Los barones esgrimen números para sostener quejas airadas. La última semana, mientras seguían los reclamos en público, la mayoría hizo circular un sondeo de Artemio López, el encuestador más cercano al Gobierno. Lo mostraban como una prueba de sus temores.
Impacto intenso
López asegura que el impacto de la colectora para Sabbatella será "intenso" en el oeste del conurbano y que su fuerza, Nuevo Encuentro, podría duplicar sus votos. En la lista de porcentajes previstos, los cinco distritos más afectados es donde el Gobierno encuentra mayor resistencia: Ituzaingó (Nuevo Encuentro llegaría al 31,8 de los votos), Hurlingham (25,4%), Merlo (23,4), Tres de Febrero (17,4) y La Matanza (16,6). Les siguen el resto de los vecinos de le región: Vicente López (15,6), Moreno (12,7) y San Martín (11,6).
Los intendentes que viajaron con Randazzo hablaron, además, del "efecto confusión". Así llaman a la posibilidad de que los votantes en el cuarto oscuro se "equivoquen de boleta". Temen perder todavía más votos. El ministro intentó calmarlos diciendo que ahora las nóminas van a tener colores y fotos, lo que va a dificultar ese fenómeno.
Los caciques piden protección. Miran con especial interés a Scioli, que también soporta la candidatura de Sabbatella y usará la tregua para idear nuevas estrategias para resistir. Los encargados bonaerenses de ese trabajo ya están designados: el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y el ministro de Desarrollo, Baldomero Alvarez. Los intendentes del Oeste son duros: no quieren negociar. "¿Qué nos van a prometer? ¿Más obras? Si pierdo, no me sirve de nada", dijo ayer uno de ellos a La Nacion.
El resto de los intendentes del conurbano quiere resistir, aunque con menos exposición. Igual ya se habla de casos riesgosos. Un ejemplo: Lanús. Los votos en ese distrito están atomizados y una colectora podría causar problemas al peronismo. El distrito aparece en la tabla de riesgo de Artemio López. Nuevo Encuentro podría cosechar el 10%. Esos puntos serán clave. Hasta San Isidro, que gobierna el radical cobista Gustavo Posse, deberá poner atención al eventual crecimiento del sabbatellismo. El distrito también está en la lista de los posibles afectados.
El resto de los intendentes, por ahora, teme por su mayoría en los concejos deliberantes. El acuerdo con Scioli para modificar la ley electoral era un intento de morigerar el problema. Una idea para fortalecer las listas legislativas de los caciques: levantar el piso necesario en las primarias y que los competidores internos no puedan poner candidatos propios en las nóminas ganadoras, de concejales o de legisladores provinciales. Hoy el piso es del 10%. Los intendentes quieren que sea del 25. Pero eso no se trató en la reunión del PJ. Tampoco las colectoras. La tensión de la batalla final se dirimirá día tras día.
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