Los intendentes del PJ buscan cerrar filas
Peronistas y ultra-K escenificaron cierta unidad; preocupación por la situación social
En defensa propia y con el libreto de la unidad, los intendentes bonaerenses del PJ cerraron filas en una cumbre en Bolívar. La intención fue enviar una señal de preocupación por la "conflictividad social" que dicen que empiezan a notar en sus distritos y, en clave política, se pusieron en alerta ante el avance del macrismo sobre la Federación Argentina de Municipios (FAM).
El almuerzo comenzó con una extensa catarsis y luego siguió en una discusión acerca del tipo de vínculo que debían mantener con la gestión de Mauricio Macri. Como dato de peso, fue la primera vez que asistieron a una reunión jefes comunales que se despegan del kirchnerismo, como Martín Insaurralde, y los más ultras, como Francisco Durañona. Cada uno, claro, planteó una posición más moderada o dura respecto del rol opositor.
"Si explota el conurbano, salta el Presidente y a la gobernadora le va a costar", dijo, flamígero, Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense, según reprodujo el portal La Tecla, frase que luego ratificaron a LA NACION varios testigos. Fue de los más apocalípticos, aunque la mayoría mostró inquietud por el impacto de la suba de tarifas de los servicios públicos y la remarcación de precios.
La disputa por la FAM, que fue dominada por el PJ durante la era K, preocupa especialmente a Julio Pereyra, histórico presidente del sello. El espacio debe reelegir autoridades y desde Cambiemos analizan dar pelea. Para la sede bonaerense, sillón que hoy ocupa Alberto Descalzo, algunos peronistas promueven a Eduardo "Bali" Bucca, el intendente anfitrión ayer.
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