Los hijos de José Alperovich se ofrecen como garantes y piden que le otorguen la prisión domiciliaria en Puerto Madero

José Jorge Alperovich, exgobernador de Tucumán entre 2003 y 2015, cumple una pena de 16 años de prisión por abuso sexual simple y agravado en la Unidad Residencial 1 del Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza. Es el sitio donde cumplen su condena los “ofensores sexuales”. Cayó en prisión el 18 de junio, acusado de abusar de una sobrina que trabajó para él en la campaña electoral para su frustrado intento de volver a la gobernación en 2019.

A casi 100 días de su encierro, Alperovich, que tiene 69 años, reforzó mediante sus cuatro hijos la estrategia para lograr que el juez Juan Ramos Padilla le otorgue la prisión domiciliaria. Los familiares directos del exgobernador se ofrecieron como “fiadores” en su intento de morigerar la pena y solicitaron que su padre cumpla la condena acompañado permanentemente por ellos en un departamento de un complejo en Puerto Madero.

“Para el caso que entienda que con la caución personal de nuestra parte no alcance, solicitamos que fije la suma de dinero que considere pertinente. Subsidiariamente a la caución que se fije nos comprometemos, como obligación secundaria, a que nuestro padre se encuentre acompañado las 24 hs. del día por alguno de nosotros, asumiendo los cuatro hijos el compromiso de que parte de nuestras vidas transcurra en la Ciudad de Buenos Aires”, expresarons sus hijos, en el requerimiento al juez. Y añadieron: “Subsidiariamente a la caución que se fije nos comprometemos, como obligación secundaria, a que nuestro padre se encuentre acompañado las 24 hs. del día por alguno de nosotros, asumiendo los cuatro hijos el compromiso de que parte de nuestras vidas transcurra en la Ciudad de Buenos Aires”.

Además, Gabriel, Mariana, Sara y Daniel Alperovich se comprometieron a poner a disposición del juez sus pasaportes para demostrar que no existiría riesgo de fuga. “Nuestro padre siempre estuvo a derecho”, expresaron los hijos en el escrito.

A Alperovich lo visita periódicamente su familia. “Tiene además visitas religiosas tres veces por semana, asistencia médica y obra social. La familia donó al hospital del Complejo Penitenciario una silla de ruedas, que la pueden usar tanto él como otros internos. Cuando tiene alguna dolencia y lo autoriza el juzgado va al hospital Italiano”, dijeron a LA NACION fuentes penitenciarias.

Otras fuentes, conocedoras de la cotidianidad carcelaria, afirman que el otrora poderoso senador peronista “está como un campeón” en Ezeiza, que no presentó ni debió enfrentar ningún problema con otros presos y que se adaptó rápidamente a la rutina de la Unidad Residencial 1, donde ocupa una celda individual, como el resto de los internos.

“Tiene una infraestructura de rico, con psicólogo y médico, que se los paga él. Tres veces por semana recibe asistencia religiosa. Cuando va al hospital Italiano, que suele ir bastante, autorizado por la Justicia, nunca se tiene que quedar internado”, dijeron fuentes que están al tanto del día a día del exmandatario tucumano. El exgobernador fue operado de la columna en diciembre del año pasado y posee algunos problemas de salud por su condición de fumador desde que era adolescente.

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