Los gremios rescatan las paritarias, pese a las omisiones
Oficialistas y opositores destacan la negociación salarial, aunque dudan de algunas estadísticas
Después de casi cuatro horas de discurso, la tropa de sindicalistas de la CGT oficialista que asistió al Congreso salió raudamente por una de las puertas alternativas y montó una suerte de reunión de consejo directivo en una de las mesas de La Gran Taberna, un conocido restaurante ubicado sobre Combate de los Pozos.
Entre un banquete con platos de lechón, cortes de vacío y hasta ranas, los comensales sacaron en limpio una conclusión sobre el mensaje de Cristina Kirchner: el próximo presidente no podrá ceder en las conquistas laborales. Se referían, puntualmente, a las paritarias, el mayor logro que se le reconoce a la gestión kirchnerista tanto entre los sindicatos oficialistas como en los opositores.
No fue casual. Entre sus primeras definiciones, Cristina Kirchner reivindicó como una epopeya la reactivación de las paritarias y del Consejo del Salario. Es cierto: omitió mencionar la inflación. Y no es real que el sueldo mínimo (hoy en $ 4716) sea el más alto de la región, como aseguró. En esto último juega un intrincado análisis sobre el valor en el que se toma el dólar y en la medición del poder adquisitivo.
Los gremialistas tomaron nota sobre la omisión de la inflación y otras estadísticas. "Para negociar no nos guiamos por el Indec; nosotros sabemos cuál es el índice que vale, que es más o menos lo que sacamos en paritarias: entre un 30 y 32 por ciento", advirtió un jerárquico de la CGT alineada con la Casa Rosada que ayer estuvo en el palco del primer piso.
"Cualquier cifra se distorsiona con el único dato que faltó: el de la inflación. Hubo cuestiones que no parecen creíbles, como la creación de empleo, el trabajo no registrado y la desocupación", dijo Facundo Moyano, diputado nacional e hijo del jefe de la CGT opositora.
También Luis Barrionuevo caminó con pies de plomo sobre los números que arrojó la Presidenta. "Mintió con el desempleo y hace tres años que la inflación se come los salarios. Tampoco anunció nada sobre Ganancias", se quejó el referente de la CGT Azul y Blanca.
Desde el corazón del Gobierno se insinuó en diciembre con la implementación de posibles cambios en la legislación laboral. Hasta había circulado un borrador con ideas: mejorar la indemnización mínima, aumentar las licencias por paternidad y debatir sobre la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas. Ayer, la Presidenta echó por tierra cualquier modificación. Y hasta chicaneó con lo que fue la reforma laboral durante el menemismo, cuya iniciativa tuvo por entonces el apoyo de algunos de los sindicalistas que ayer vivaban a Cristina.
En la CGT, en tanto, esperan sí otro gesto del Gobierno: una modificación de la política tributaria o, al menos, una suba en las escalas del mínimo no imponible de Ganancias. "En los próximos meses habrá novedades. Algún anuncio habrá", se esperanzó un dirigente que estuvo ayer en el Congreso.
Entre la comitiva de dirigentes de la CGT hubo dos que salieron del recinto eufóricos: el ferroviario Sergio Sassia y Antonio Caló, el jefe de la UOM. El primero porque el anuncio de la estatización de todos los servicios ferroviarios era un viejo reclamo de la Unión Ferroviaria, su gremio. "Es un hito fundacional", dijo Sassia.
Caló, en tanto, celebró cuando la Presidenta llamó a continuar con el modelo de industrialización. El metalúrgico siempre rescata que su gremio tenía en 2001 unos 60.000 afiliados y estaba en concurso de acreedores, con 200 millones de pesos en deuda. Ahora supera los 200.000 adherentes y la economía estaría saneada. Además, hay otro motivo, casi personal: hace unos días Cristina le cedió a la UOM 113 hectáreas en Ramallo y San Nicolás. Un gesto similar al que solían tener ella y Néstor con Moyano, cuando el camionero era un incondicional.
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