Los gremios del transporte calientan la interna de la CGT
Se unen para contrarrestar el poder de "los Gordos"; le exigen medidas sectoriales a Alberto Fernández
Alberto Fernández asistirá el viernes próximo al plenario de jefes sindicales de la CGT, que servirá de puntapié formal del proceso de reunificación de la central obrera. Entre las diversas invocaciones a la unidad surge por lo bajo una disputa interna entre los gremialistas para posicionarse en el nuevo escenario que se vislumbra. En esa lógica se encuadra el reagrupamiento de piezas de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), que sumó ayer la adhesión de ocho sindicatos que se habían alejado.
La CATT es encabezada por el portuario Juan Carlos Schmid y reúne a 20 sindicatos vinculados al transporte, entre ellos, el de los camioneros de Hugo Moyano. Se trata de uno de los bastiones gremiales más influyentes por su poder de daño en una eventual protesta. Ayer, en una cumbre en su sede de la avenida Jujuy al 100, los referentes de la confederación coincidieron en que harán valer esa fortaleza en la negociación interna por el control de la futura CGT. Eso sí, hubo un faltazo que puede hacer tambalear esta teoría: Roberto Fernández, jefe de los colectiveros de la UTA, se ausentó sin aviso.
Como parte de la misma estrategia, los transportistas se diferenciaron del sector de "los Gordos" (grandes gremios de servicios) en lo relativo a su alineamiento con el gobierno de Alberto Fernández. "Vamos a acompañar a Alberto y a poner el hombro, pero sin entregarnos", coincidieron en su diagnóstico varios dirigentes.
Surgió a partir de este planteo un listado de pedidos que ya fue elevado al presidente electo. Los transportistas reclaman la institucionalización del diálogo social tripartito, participación plena en la elaboración de políticas del área y el desarrollo de un plan integral del transporte.
Si bien ayer no se mencionó nada sobre quién podría ser el hombre de Fernández para el sector, se sabe que los Moyano y otros gremios ferroviarios sugirieron el nombre de Guillermo López del Punta. Se trata de un abogado al que Moyano conoce desde 2000, cuando era un funcionario de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte. Dos años más tarde, y con la venia del jefe camionero, López del Punta fue llamado por Eduardo Duhalde para ser secretario de Transporte.
Los transportistas repasaron además tres conflictos sectoriales de los cuales dos podrían escalar antes de fin de año. El primero tiene que ver con la actualización de las paritarias antes de avanzar con un eventual acuerdo de precios y salarios. Los gremios ferroviarios, por ejemplo, evalúan medidas de fuerzas por salarios en el corto plazo.
Otra pulseada que suma tensión se desarrolla en los puertos. El posible traspaso de la Administración General de Puertos, un organismo descentralizado que depende del Ministerio de Transporte de la Nación, a la ciudad de Buenos Aires despertó la reacción de los gremios, que rechazan la eventual medida.
El tercer punto fue explicado por los aeronáuticos Pablo Biró (Apla) y Rubén Fernández (Upsa), quienes dieron por cerradas las negociaciones con Aerolíneas Argentinas y apuestan a que la gestión de Fernández le dé prioridad a la línea área estatal por sobre las denominadas low cost.
La CATT se siente nuevamente fortalecida por la reincorporación de ocho gremios que se habían alejado por diferencias internas. Regresaron ayer, por ejemplo, Omar Viviani (taxistas) y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria). Moyano, en tanto, envió a Omar Pérez como su representante. El jefe camionero duda por ahora en asistir al plenario cegetista del viernes próximo. Ni él ni su hijo Pablo estarían dispuestos a aceptar el liderazgo de Héctor Daer, quien ayer estuvo con Alberto Fernández, y de Carlos Acuña, un hombre que responde a Luis Barrionuevo.
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