Los gobernadores de la UCR meten presión por sus urgencias fiscales y se topan con resistencias del ala dura en el Senado
Tras la extensa cumbre entre los mandatarios y los representantes del bloque radical, persisten las diferencias respecto de la letra chica de la Ley Bases y el paquete fiscal
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El inicio del debate en el Senado de la Ley Bases y el paquete fiscal que impulsa el presidente Javier Milei vuelve a poner en el punto de mira a la UCR. Los radicales son los dueños de la llave que podría destrabar la aprobación de las iniciativas que necesita la Casa Rosada para enviar una señal al FMI y los mercados sobre la seguridad jurídica de sus reformas y empujar una eventual reactivación económica tras el profundo ajuste que implementó Milei para controlar la crisis inflacionaria.
El partido centenario, que está atravesado por las fricciones entre tres líneas internas, aún no tiene una postura orgánica o una estrategia unificada respecto del tratamiento de la Ley Bases y el paquete fiscal. De hecho, el ingreso de los proyectos a la Cámara alta tras la aprobación en Diputados intensificó las diferencias entre los dialoguistas reformistas, los colaboracionistas y los intransigentes.
Los cinco gobernadores de la UCR -Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Leandro Zdero (Chaco) y Carlos Sadir (Jujuy)- intentan convencer y persuadir a los 13 integrantes del bloque radical, que conduce Eduardo Vischi, para que acompañen al oficialismo, aunque sea en la votación en general. Fue el mensaje que llevaron ayer Cornejo, Valdés, Sadir y Pullaro -Zdero se ausentó por motivos de agenda- a la cumbre con los senadores radicales en el Congreso.
Los mandatarios provinciales tienen premura por motivos concretos y tangibles: sus cajas. Requieren, sobre todo, que se sancione el paquete fiscal -incluye la restitución de ganancias- para aliviar su situación financiera. Está claro que los gobernadores sufren el impacto de la caída de la recaudación por la recesión y de la decisión de Milei de frenar las transferencias discrecionales de fondos a las provincias o eliminar el Fondo de Incentivo Docente (Fonid).
A su vez, el Gobierno amaga con comenzar a abrir lentamente el grifo para drenar recursos a las provincias. Por ahora hay gestos simbólicos o promesas. Por caso, Cornejo (Mendoza), un promotor de la posición cooperativa con Milei, consiguió que el Ejecutivo destrabara la adenda al acuerdo para redireccionar los fondos de la obra de Portezuelo del Viento. “Milei les abrió la billetera”, intuye un histórico operador radical en el Senado.
Más allá de las urgencias fiscales, la mayoría de los mandatarios radicales intuye que deben darle las herramientas a Milei para gobernar a cuatro meses de la toma de posesión. Mueven sus fichas con la calculadora fiscal y electoral en la mano. Entienden que gran parte de su electorado local acompaña el “cambio” que apalanca el líder de LLA o que reclama dar vuelta la página del kirchnerismo y, por lo tanto, prefieren no pagar costos de ubicarse en el campo de la resistencia. No es casual que eviten confrontar con Milei y ensayen gestos de cooperación ante la opinión pública. Por ahora, todos descuentan su participación en el Pacto de Mayo, cuando el Presidente planea firmar diez políticas de Estado con los sectores dialoguistas de la oposición. Por eso, Milei, que prepara una gran puesta en escena en Córdoba, avisó que aquellos que no acompañen la ley bases, no serán invitados a rubricar su pacto fundacional.
“Nuestro electorado está con el cambio”, insistió anoche Cornejo frente a sus pares y los representantes del radicalismo en el Senado. El gobernador de Mendoza generó ruidos en el seno de la UCR cuando, en una entrevista con Clarín, expresó que no entendía a los radicales que “querían que le vaya mal a Milei”. “La otra alternativa es Cristina Kirchner”, remarcó. Sus adversarios internos lo tomaron como una “provocación” y siembran sospechas respecto de las razones de su acercamiento a la Casa Rosada.
La prisa de los gobernadores de la UCR choca con los intereses políticos de los senadores más combativos de la bancada, como Martín Lousteau o Pablo Daniel Blanco, que pretenden dar una profunda discusión en el Senado sobre las reformas que incluye la Ley Bases y el paquete fiscal. Rechazan la idea del Gobierno y el oficialismo de apurar la firma del dictamen y plantean objeciones en capítulos clave de los proyectos, como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) o Ganancias. “El Senado no es una escribanía. Queremos trabajar la ley y hacer aportes. Vamos a cumplir el rol de cámara revisora”, dicen cerca de Lousteau, quien aún no definió si acompañará en general.
El senador y titular de la UCR cuestionó ayer la redacción del articulado del RIGI, la gran apuesta de Milei para fomentar una reanimación de la economía tras la caída de la actividad por el shock de ajuste. Lousteau advirtió que el Gobierno fue “excesivamente generoso” con los beneficios fiscales y garantías que ofrece a grandes empresas del exterior para que inviertan en el país. “¿Hace falta tanto beneficio para que esas inversiones tengan lugar? Está claramente pensado para algunos sectores específicos”, alertó.
Esa posición colisiona con los intereses de algunos gobernadores, como Sadir (Jujuy), que apuestan a beneficiarse de grandes inversiones en sus provincias. Creen que podrían salir fortalecidos porque el costo fiscal lo asumirá la Nación y ellos cobrarán regalías.
Lousteau intuye que hay dudas entre sus compañeros de bancada respecto de la letra fina de la Ley Bases. No solo hay reparos sobre RIGI y Ganancias, sino también sobre Bienes Personales. Los gobernadores se retiraron anoche del cónclave con la sensación de que el escenario más probable es que el proyecto regrese a Diputados con modificaciones de alto calibre, lo que frustraría el deseo de Milei de llegar al Pacto de Mayo con las leyes sancionadas.
El problema de los gobernadores es que no controlan al bloque, donde habitan varios cuentapropistas, como Daniel Kroneberger (La Pampa) o Stella Maris Olalla (Entre Ríos) y Flavio Fama (Catamarca). Los más alineados con los mandatarios y la Casa Rosada son los representantes de Santa Fe -Carolina Losada y Eduardo Horacio Galaretto-, Mendoza -Rodolfo Suárez y Mariana Juri-, Corrientes –Vischi y Mercedes Valenzuela- y Chaco -Víctor Zimmermann-. Zdero estuvo ausente, pero también empuja para lograr la aprobación de la ley. Es más: el diputado chaqueño Juan Carlos Polini contó ayer que el gobernador le pidió que votara a favor. “No hay dudas de que recibió presiones del Gobierno”, sostuvo Polini en diálogo con Radio 10.
Polini es jefe de la UCR en Chaco y forma parte de la tropa que arma Facundo Manes, quien salió a cruzar a Cornejo e intenta nuclear a los radicales más batalladores contra la prédica libertaria y el modelo económico de Milei. En ese grupo también se mueven Pablo Juliano (Buenos Aires), Fernando Carbajal (Formosa), Pedro Galimberti (Entre Ríos), Marcela Coli (La Pampa) o los jujeños Natalia Sarapura y Jorge Rizzotti, entre otros.
En esa línea interna sospechan que la Casa Rosada logró comprometer a los gobernadores con la promesa de reactivar obras en los próximos meses, cuando Milei logre equilibrar las cuentas. “Nosotros ayudamos, buscamos votos y ahora esperamos un gesto. El paquete fiscal va a ser para todos, incluso Axel Kicillof y los gobernadores del PJ que se oponen”, remarca uno de los mandatarios de la UCR que activó llamados en las últimas horas para convencer a los senadores que están en duda.
Sin embargo, Pullaro deja trascender que “el acompañamiento no está supeditado a que haya obras”. Incluso el Gobierno por ahora no activó las respuestas a los reclamos más urgentes del gobernador de Santa Fe: la deuda de la caja de jubilaciones o los fondos para obras en las rutas de acceso a los puertos. Las autoridades provinciales se resignaron tras la última visita del ministro del Interior, Guillermo Francos. Por eso, Pullaro lanzó un plan provincial para retomar obras inconclusas. Y mañana, tres ministros de Santa Fe -Economía, Producción y Obras Públicas- viajarán a Buenos Aires para reunirse con funcionarios nacionales. A diferencia del debate de la ley ómnibus, el gobernador de Santa Fe no necesitó involucrarse en la discusión nacional, ya que Milei retiró la suba de retenciones o los cambios en biocombustibles. Al sacar los capítulos sectoriales, como azúcar, pesca o limones, el oficialismo logró despejar obstáculos y allanarse el camino a la aprobación.
Maximiliano Abad (Buenos Aires), que se ubica en la rama de los opositores reformistas que están dispuestos a dialogar con Milei, se muestra proclive a analizar punto por punto los proyectos del Gobierno e introducir modificaciones. “Lo que se habló con los gobernadores es avanzar hacia la aprobación en general”, apuntan fuentes cercanas a Abad. Anoche, durante el encuentro en el Congreso, el jefe de la UCR bonaerense propuso armar una mesa de trabajo para sintetizar posiciones y coordinar estrategias entre los cinco gobernadores y los bloques en el Congreso con el objetivo de que el radicalismo tenga una mayor “gravitación” en el escenario político. Las necesidades de los dirigentes que gestionan suelen chocar con los intereses de los referentes nacionales que necesitan posicionarse en sus territorios.
El caso más evidente es el de Lousteau, quien apuesta a confrontar con Milei para sostener su caudal político en la Capital, bastión de Pro, donde se eligen senadores el año próximo. Por ahora, no hay una coordinación entre Evolución Radical y el grupo Manes para armar una línea de resistencia interna. Incluso cuatro diputados que orditan cerca de Manes -Carbajal, Aguirre, Galimberti y Coli- se desmarcaron de Lousteau, jefe del partido, e impugnaron la candidatura de Ariel Lijo a la Corte Suprema ante el Ministerio de Justicia, en la misma sintonía que la Coalición Cívica, de Elisa Carrió. “Ha cometido severas irregularidades en el ejercicio de su cargo como magistrado federal, algunas de las cuales podrían incluso configurar delitos penales”, indicaron.
Lousteau es el blanco predilecto de las críticas de Milei a los radicales. Los detractores internos del jefe de la UCR creen que tendrá poco margen para desmarcarse del resto de la bancada como hizo durante la votación del DNU 70/2023 con el que Milei buscó desregular la economía y reformar el Estado. Es que la mayoría de los integrantes del bloque de Vischi se inclinaría por aprobar en general y motorizar cambios en la votación en particular. De hecho, Blanco (Tierra del Fuego) anticipó que respaldará al Gobierno en la votación en general, pero no avalará la delegación de facultades ni las privatizaciones. Objeta, sobre todo, la inclusión de Aerolíneas Argentinas o medios públicos en la lista de empresas públicas sujetas a privatizar.
“Fue una muy buena reunión. Fue unánime el apoyo en general, pero habrá diferencias a la hora de votar en particular, como ocurrió en Diputados”, sintetizaron cerca de Cornejo. En el sector de Lousteau creen que Cornejo y Valdés son los únicos gobernadores de la UCR que apuestan a pegarse a Milei.
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