Los gestos a Bolsonaro y la demora por el sucesor de Scioli complican la relación de Milei con Brasil
El presidente argentino renovó su cercanía con el rival de Lula da Silva y su hijo Eduardo en Washington; baja el comercio bilateral y sigue vacante la embajada argentina en Brasilia
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“Todo está bien. Menos la relación personal entre ambos”, resumió con algo de ironía un importante diplomático argentino, al tanto del áspero vínculo que hoy sostienen el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y su par argentino Javier Milei, quien no escondió en los últimos días su renovada simpatía por Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo, archirivales políticos del veterano mandatario brasileño.
La demora en cubrir la vacante en la embajada argentina en Brasil-Daniel Scioli renunció hace un mes para ser el nuevo secretario de Turismo, Deportes y Ambiente, sin reemplazante a la vista, es sólo una muestra del estado del vínculo bilateral con el considerado principal socio comercial del país.
Más allá de los esfuerzos de la canciller Diana Mondino, que se reunió la semana pasada con su par brasileño Mauro Vieira en el contexto de las reuniones del G20 que organiza el país vecino, está claro que Milei no sobreactuará ni en el corto ni el largo plazo, ningún acercamiento con Lula, a quien consideró “comunista” durante la campaña electoral. El brasileño, con distintos aliados y centrado en afianzarse como líder regional desde la centroizquierda, no estuvo en la asunción del libertario, el 10 de diciembre pasado.
“Ideológicamente, el Presidente tiene diferencias con el presidente de Brasil, pero nada interfiere en nuestras relaciones comerciales, diplomáticas ni de ninguna otra índole”, reconoció el portavoz Manuel Adorni, el martes pasado, durante la conferencia de prensa en Casa Rosada. Dos días antes, y desde Washington donde participó de la reunión de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el Presidente Milei había retuiteado distintas opiniones de simpatizantes de Jair Bolsonaro, que tildaban de “dictadura” al gobierno del PT luego de una manifestación callejera en favor del ex mandatario brasileño.
Más allá del silencio público, desde Brasilia volvieron a tomar nota del discurso presidencial, días después que Viera y Mondino ratificaran “que Argentina y Brasil son socios estratégicos”. En el comunicado emitido por la Cancillería luego de la reunión, sin menciones sobre eventuales desencuentros, se informó que Mondino explicó a su par brasileño “las reformas impulsadas por el Gobierno del Presidente Milei” y le aseguró que “no habrá más restricciones al comercio argentino”, evitando referencias al Mercosur, estancado y cuestionado desde su base por el presidente argentino.
“El ministro Mauro Vieira ya mantuvo reuniones bilaterales con varios de sus homólogos al margen de la reunión (del G20), incluidos los ministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Canadá, Egipto, Francia, Indonesia, Portugal y Rusia, entre otros”, fue la solitaria mención desde un comunicado, de Itamaraty, en referencia al encuentro con Mondino.
En referencia al eventual reemplazante de Scioli, cuyo pliego fue retirado del Senado días después de su designación como secretario, y con la embajada en Brasilia a cargo del encargado de Negocios, Pablo De Angelis, suena el nombre de Luis María Kreckler, embajador en Brasil durante el gobierno de Cristina Kirchner y actual cónsul en San Pablo. Fuentes diplomáticas aseguran que Scioli -de fluido vínculo con Kreckler- estaría impulsando su nombre, aunque cerca del exgobernador de Buenos Aires aseguraron que “es una decisión del Presidente y la canciller”, y que no se involucrará en esa decisión.
Otros nombres que circularon fueron los de Federico Pinedo (confirmado como sherpa del G20) y el también exembajador en Brasil Diego Guelar, aunque trascendió que Mondino se inclinaría, como ya lo ha hecho en decenas de casos, por un diplomático de carrera para encabezar una representación que no aparece como sencilla. Allí pica en punta Daniel Raimondi, número dos de la Cancillería en tiempos de Jorge Faurie, y actual representante argentino ante la OEA, lugar por el que Sonia Cavallo, hija del ex ministro de Economía Domingo Cavallo, espera la aprobación del Senado.
En relación a los acuerdos comerciales, la falta de sintonía política parece tener un correlato en los números. Según datos de la consultora Abeceb, del exministro de Trabajo de Cambiemos Dante Sica, Argentina pasó del liderazgo al cuarto lugar como receptor de las exportaciones brasileñas. En enero, según la consultora, las importaciones desde Brasil fueron de U$S 786 millones, una sensible reducción del 25,4% anual contra el primer mes de 2023. Por otro lado, las exportaciones argentinas a Brasil alcanzaron los U$S 796 millones en el mismo enero, una caída del 3,2% anual.
Los roces con Brasil se trasladan al Parlasur, que es el parlamento del Mercosur, que esta semana llevó adelante su primera reunión de mesa directiva, en Montevideo y presidida por el exlegislador salteño Alfredo Olmedo. “Hay una vocación hegemónica de Brasil en este parlamento desde hace muchos años, y el debate y la rotación permanente que se da en la Argentina colabora con esa realidad”, afirmó a LA NACION el exembajador en Ecuador, y actual titular de la bancada argentina en el Parlasur, Gabriel Fuks.
Tampoco el contexto de alianzas internacionales ayuda a una eventual confluencia. Sin los Brics ni la Unasur como espacio en común-Milei decidió no participar de ambos espacios, en los que Lula tuvo o tiene rol protagónico-el abrupto freno al acuerdo UE-Mercosur generado por las manifestaciones anti-apertura en distintos países europeos dinamitó uno de los pocos objetivos que ambos presidentes decían compartir, más allá de que las negociaciones entre ambos bloques continúan. Otros dos datos: Lula da Silva condena la respuesta militar de Israel a la organización terrorista Hamas, mientras Milei la respalda, y el firme apoyo del gobierno argentino a Ucrania en su disputa con la Federación Rusa no coincide con la postura de Lula, que es socio de Vladimir Putin en los Brics.
“Ahora vamos a escuchar al gran presidente de nuestro país hermano”, dijo Eduardo Bolsonaro al presentar a Milei en la cumbre de la CPAC, el sábado pasado. “Tenés que ser el próximo presidente de Brasil”, le habría devuelto entre bambalinas la gentileza el propio Milei al hijo del expresidente. Gestos que agregan sombra adicional sobre un vínculo personal con Lula ya de por sí complicado, sin reconciliación a la vista.
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