Los gastos del presidente electo, en una zona gris
No está regulado cómo se debe financiar; los viajes de Fernández y la oficina de Puerto Madero
Alberto Fernández ya no es candidato. Pero tampoco asumió como mandatario. En tiempos de transición, el presidente electo se fue a México y aterrizará en Europa en los próximos días. Mudó sus oficinas y tiene un equipo multidisciplinario a su disposición. ¿Quién paga todos esos gastos?
El Frente de Todos, que asumió el costo de la campaña electoral, asegura que no puso ni un peso en esta transición. El Estado, por otro lado, no tiene partidas asignadas para presidentes electos. Se abrió, entonces, una zona gris en un momento clave para la próxima gestión.
Lejos de la austeridad, Fernández se instaló en Puerto Madero, viajó en avión privado a Uruguay y, cuando voló por línea comercial a México, toda su comitiva (integrada por unos diez dirigentes) se acomodó en clase ejecutiva. A días de asumir en la Casa Rosada, su equipo suma colaboradores en distintos temas.
Atentos a esta zona gris desde el punto de vista legal, Fernández y todos los integrantes de su comitiva aseguran haber pagado el viaje a México de sus propios bolsillos, dijeron desde su entorno. Y aclararon que el gobierno de Andrés López Obrador se hizo cargo de algunos gastos de la delegación, como por ejemplo, los traslados.
Más allá de los nombres más resonantes políticamente, la comitiva argentina que viajó a México estuvo también integrada por Julián Leunda, un hombre del Grupo Indalo oriundo -como el propio Cristóbal López- de Comodoro Rivadavia.
Leunda conoció a Fernández hace unos dos años como parte de su rol en el Grupo Indalo y lo frecuentó incluso después de que se convirtiera en el candidato del Frente de Todos, según reconstruyó LA NACION. Leunda escoltó al presidente electo, camisa blanca y con una rosa en su mano, durante su visita a la Basílica de Guadalupe. Desde el Grupo Indalo aclararon que la compañía no pagó ninguno de los gastos de Fernández en ese viaje.
"Los pasajes a México los pagó cada uno de su bolsillo. Todos están en condiciones de hacerlo", aseguró un estrecho colaborador de Fernández. Y agregó que la metodología se repetirá cuando el presidente electo visite Francia, Italia y quizá Alemania a fin de mes.
Al regreso de México, el presidente electo viajó esta semana a Uruguay para manifestar su apoyo a Daniel Martínez, candidato a presidente del Frente Amplio. Desde su entorno dijeron que Fernández voló junto a Sergio Massa en el avión privado que suele alquilar el Frente Renovador. "Ya tenía los pasajes para viajar en Buquebus, pero Sergio lo invitó porque también iba a viajar", relataron cerca de Fernández.
El jet privado patente LV-FUT despegó el jueves desde el aeropuerto de San Fernando rumbo a Montevideo y, ese mismo día, regresó a la Argentina, según registros oficiales. Tal como informó LA NACION, ese Lear Jet 60, propiedad de la empresa Excel Servicios Aéreos, fue el más utilizado en los últimos años por Massa.
En sus orígenes la empresa aeronáutica tuvo en su directorio a la familia del banquero Jorge Brito. En 2008 pasó a ser presidida por Ernesto Clarens, el financista kirchnerista que se presentó como arrepentido en los cuadernos de las coimas. El último movimiento ocurrió en 2017, cuando Excel fue adquirida por un cuñado de Brito, exdirectivo del Banco Macro.
Fernández se movió durante casi toda su campaña electoral en Aerolíneas Argentinas, pero sobre el tramo final contrató jets privados de la empresa Baires Flight para actos en distintos lugares del país, como Resistencia o Mar del Plata. En algún tramo, incluso, se alquilaron dos aviones privados por tramo para llevar también a los equipos técnicos.
El Frente de Todos aclaró que todos los vuelos serán debidamente declarados en el informe de financiamiento de campaña que presentarán ante la Justicia.
Colaboradores ad honorem
Ya había terminado la campaña electoral cuando un intenso colaborador del proselitismo tocó la puerta de los administradores del Frente de Todos para exigir una retribución por sus servicios profesionales. La respuesta fue tajante: "Si cobrás, quedás afuera de un posible cargo", le advirtieron. Y la respuesta fue inmediata. El colaborador se levantó y se retiró con los bolsillos vacíos.
Deseosos de desembarcar en la Casa Rosada o en algún ministerio, los colaboradores trabajan full-time ad honorem y, si hace falta ponen dinero de su bolsillo. Un dirigente del PJ porteño, por ejemplo, se atribuye el alquiler de las nuevas oficinas de Puerto Madero donde se planifica la transición.
El nuevo búnker, en Juana Manso y Rosario Peñaloza, está cerca de la residencia del presidente electo en el edificio River View, un departamento que le presta el exfuncionario Enrique Albistur.
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