Los escritos de Centeno incluyen pistas sobre el capítulo argentino del Lava Jato
Los cuadernos del chofer del Ministerio de Planificación Federal Oscar Centeno aportan nuevos indicios al capítulo argentino del Lava Jato, que podrían acelerar las investigaciones locales sobre quiénes y cómo pagaron sobornos millonarios a los funcionarios argentinos, según surge del cruce de datos, protagonistas y fechas de ambas pesquisas que desarrolló LA NACION.
El primer paso lo darán hoy los fiscales Franco Picardi y Federico Delgado , a cargo junto al procurador de Investigaciones Administrativas, Sergio Rodríguez, de las pesquisas locales por los sobornos que pagó Odebrecht por obras en la Argentina.
Entre ellas están el soterramiento del tren Sarmiento, la construcción de la planta potabilizadora de agua para AySA y la extensión de las redes troncales de gasoductos. Pedirán copias de los cuadernos de Centeno al juez federal Claudio Bonadio para analizar si aporta nuevos datos a esas investigaciones, adelantaron fuentes tribunalicias.
En su sexto cuaderno, Centeno aportó precisiones sobre cómo era la interacción entre De Vido , sus funcionarios y un puñado de empresarios y ejecutivos ya acusados en Brasil de pagar sobornos. Contó, por ejemplo, que el entonces secretario de Coordinación del Ministerio de Planificación Roberto Baratta participó de la sobremesa de un almuerzo, el 5 de agosto de 2010, en el restaurante Croque Madame de Avenida del Libertador 1902 junto a "Carlos Mundin, Wagner, un tal Flavio, [y] Santiago De Vido". ¿De qué hablaron? Según contó luego Baratta, mientras lo llevaba al ministerio, "de cuatro obras en el sur y dos obras en el norte; obras de infraestructura de gas".
Ese "tal Flavio" es el brasileño Flavio Bento e Faria, el entonces número uno de Odebrecht en la Argentina y quien le informó a su superior en Brasil, Marcio Faria -sin parentesco entre ellos-, que en la Argentina le habían pedido "propinas" millonarias para destrabar el proyecto para la extensión de las redes troncales de gasoductos.
Sentado frente a los fiscales brasileños tras acogerse a la delación premiada, Marcio Faria precisó que Carlos Enrique Wagner, por entonces presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, sirvió de interlocutor entre Flavio Bento e Faria y los funcionarios que pedían coimas.
Marcio Faria apuntó directo a Wagner -uno de los comensales en Croque Madame-, así como a Carlos Mundin, dueño de la firma BTU, quien también participó del almuerzo aquel jueves 5 de agosto, día en que los medios informaban que el exdefensor del Pueblo de la Nación Eduardo Mondino había declarado ante la Justicia sobre la existencia de presuntas coimas en la "diplomacia paralela" con Venezuela , a cargo del equipo del ministro Julio De Vido.
Desde que sellaron el acuerdo y hasta la muerte de Néstor Kirchner , les explicó Marcio Faria a los fiscales brasileños, "todo fluía". Tanto las obras que Odebrecht había ganado con el kirchnerismo así como los pagos por los avances de obra y las coimas correspondientes.
-Pero durante? -le planteó un fiscal.
Todo fluía -lo interrumpió Faria.
-¿El pago de las coimas?
-Todo fluía -insistió el exejecutivo de Odebrecht-. Nosotros estábamos cumpliendo con todo lo establecido por el señor Wagner. Andaba todo bien -reafirmó, para después avanzar sobre BTU, a la que definió como una empresa "muy recomendada", que era una de "las empresas bien vistas" por el Ministerio de Planificación .
La delación de Faria junto a la confesión del entonces vicepresidente de Odebrecht Luiz Antonio Mameri trazaron un panorama sobre cómo fue, según los brasileños, la operatoria delictiva en la Argentina. Apuntaron contra Wagner y la mano derecha de Ángelo Calcaterra en la constructora Iecsa (Javier Sánchez Caballero), hasta fines de octubre de 2010 y, tras la muerte de Kirchner, al lobista Jorge "Corcho" Rodríguez.
Los tres negaron, ante la consulta de LA NACION, haber participado en cualquier ilícito vinculado a Odebrecht. Pero Wagner y Sánchez Caballero al igual que Mundin ya fueron detenidos por el juez federal Claudio Bonadio como derivación de la pesquisa judicial que comenzó con los cuadernos de Centeno, en tanto que Corcho Rodríguez se encuentra inhibido y citado a indagatoria por su presunto rol en el capítulo local del Lava Jato.
Según los registros de transferencias, copias de delaciones, correos electrónicos y otros documentos vinculados al Lava Jato a los que accedió LA NACION durante los últimos años, Odebrecht pagó coimas a funcionarios desde 2007 -por los proyectos de redes troncales de gasoductos y de la planta potabilizadora de agua de AySA en Paraná de las Palmas-, y un año después, 2008, comenzó a sobornar por las obras del tren Sarmiento.
Centeno consignó múltiples pagos efectuados por Wagner, Sánchez Caballero y Mundin, al que caracterizó en julio de 2010 como "otro aportador de dinero por los proyectos en vigencia por el gobierno".
Tony y Corcho
Los cuadernos del chofer también incluyen alusiones a otro actor relevante en el proyecto de los gasoductos, según coincidieron por separado tres fuentes del sector con información sobre lo ocurrido a LA NACION: el ingeniero Antonio Luis Pronsatto, quien lideró con mano férrea el Enargas, donde se lo conoció como Tony y se erigió en hombre de confianza de De Vido.
El chofer Centeno recién incluyó una mención a Corcho Rodríguez en sus cuadernos tras la muerte de Kirchner. Lo hizo el 17 de septiembre de 2013, cuando contó que Baratta recolectó US$750.000, que llevó a su departamento, y que "en el camino decía que mañana se retiraría [dinero) de Electroingeniería, Corcho Rodríguez, Isolux, Calcaterra" [sic].
Al día siguiente, Centeno detalló que Baratta y su secretario, Nelson Lazarte, pasaron por una sucursal del Banco Macro, por el estacionamiento común al Hotel Hilton y a otros locales y empresas de Puerto Madero -entre ellas Iecsa-, por la zona de Leandro N. Alem y Lavalle, y por la sede de Electroingeniería.
Con la firma del acuerdo de cooperación entre los fiscales brasileños y la Procuración argentina, ahora podría destrabarse el acceso de los investigadores locales a los datos y las evidencias que duermen desde hace 14 meses en Brasil sobre los sobornos que Odebrecht pagó entre 2007 y 2014 por "al menos" US$35 millones a funcionarios argentinos, según admitió en Brasil y Estados Unidos. Esa cuenta, no obstante, LA NACION verificó que es más alta y treparía a más de US$ 59millones.
No solo eso. El chofer Centeno podría ser citado a declarar en alguna de las cuatro pesquisas abiertas en Comodoro Py sobre las coimas de Odebrecht en la Argentina.
La conexión
Roberto Baratta, exmano derecha de De Vido
Algunas de las menciones del exsecretario de Coordinación de Planificación en los cuadernos de Oscar Centeno pueden aportar indicios al capítulo argentino del Lava Jato. Centeno escribió que Baratta fue a un almuerzo el 5 de agosto de 2010 en el restaurante Croque Madame, donde se juntó con Flavio Bento e Faria, que en ese entonces era el número uno de Odebrecht en la Argentina.
Faria le informó a su superior en Brasil, Marcio Faria, que en la Argentina le habían pedido "propinas" millonarias para destrabar obras.
Enrique Wagner, expresidente de la CAC
El expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción, que estuvo en ese almuerzo del 5 de agosto de 2010, fue apuntado por Marcio Faria –de Odebrecht– como el interlocutor entre Flavio Bento e Faria y los funcionarios argentinos que pedían las coimas. Faria también incluyó en su delación a Carlos Mundin, dueño de la firma BTU. "Todo fluía", dijo el exejecutivo de Odebrecht. Y agregó: "Nosotros estábamos cumpliendo con todo lo establecido por el señor Wagner".
Wagner fue detenido por orden del juez Claudio Bonadio.
Jorge "Corcho" Rodríguez, lobista
El lobista y empresario Jorge "Corcho" Rodríguez apareció en los cuadernos de Centeno tras la muerte de Néstor Kirchner. El chofer señaló que Corcho Rodríguez figuraba como una de las personas indicadas para recolectar el dinero de los bolsos.
Las anotaciones, del 17 de septiembre de 2013, cuentan que Baratta recolectó ese día US$750.000, que llevó a su departamento, y que en el trayecto adelantó que al día siguiente debía retirar dinero de "Electroingeniería, Corcho Rodríguez, Isolux, Calcaterra" [sic].
La descripción de Centeno
Según el chofer, Roberto Baratta participó de la sobremesa de un almuerzo el 5 de agosto de 2010, en el restaurante Croque Madame de Avenida del Libertador 1902, junto a "Carlos Mundin, Wagner, un tal Flavio, [y] Santiago De Vido". Según contó luego Baratta, mientras lo llevaba al Ministerio de Planificación, los participantes conversaron "de cuatro obras en el sur y dos obras en el norte; obras de infraestructura de gas".
El "tal Flavio" que menciona Centeno es el brasileño Flavio Bento e Faria -entonces número uno de Odebrecht en la Argentina- y quien le informó a su superior en Brasil, Marcio Faria, que en nuestro país le habían pedido "propinas" millonarias.