Los encuestadores evalúan cambios metodológicos tras el papelón de las PASO
Las heridas que dejaron las PASO en las encuestadoras todavía están frescas, pero la cercanía de las elecciones generales obliga a las consultoras a dar vuelta la página y a tomar medidas para evitar que los resultados del 27 de octubre vuelvan a dejarlas en el terreno del desprestigio.
En silencio, los encuestadores atraviesan las semanas posteriores a las primarias entre evaluaciones, diagnósticos y análisis que buscan determinar por qué fallaron tanto en las previsiones que daban un escenario de paridad entre Mauricio Macri y Alberto Fernández. Dos semanas después de la elección, la mayoría de las compañías frenaron la difusión de sondeos, entablaron conversaciones con los clientes -que pagan por los informes- y contemplan la posibilidad de modificar la metodología de trabajo de campo para intentar obtener resultados que se acerquen más a la realidad.
También hubo tiempo para la catarsis. El martes último hubo un cónclave de seis encuestadores para compartir las experiencias y establecer hipótesis que expliquen lo que pasó. Estuvieron presentes representantes de las consultoras que tuvieron perfil alto en la previa a las PASO, pero también de las que prefirieron no exponerse. El tema del día fue "el desvío común".
Una de esas hipótesis, coinciden los consultores, es que hubo una falla importante en una de las metodologías comúnmente utilizadas para hacer encuestas: los llamados a teléfonos fijos. Calificada por algunos como "obsoleta", esa herramienta de investigación otrora representativa hoy tiene un sesgo marcado pues el teléfono fijo fue reemplazado masivamente por el celular y quienes aún lo usan suelen ser adultos mayores pertenecientes a sectores medios y altos. Por eso, las consultoras evalúan hacer ajustes en el uso de esa herramienta, combinarla con otra más confiable o reemplazarla.
La metodología, bajo la lupa
"El diagnóstico refleja el desafío de hacer relevamientos telefónicos. La dificultad que tenés es que no llegás a los segmentos de menor edad, de menores recursos económicos y de menor instrucción. Ahí, te das cuenta de que coincide mucho con el perfil de votantes de Alberto Fernández. Es una tecnología imprecisa en términos de capacidad predictiva", dijo a LA NACION un consultor que pasó los días posteriores a las elecciones primarias en comunicación permanente con sus clientes para determinar los pasos a seguir. "Hay una cantidad de cosas que se pueden hacer para calibrar mejor la recolección de los datos, como reforzar las muestras o pedir cuotas más altas. Queda claro que no vamos a usar el mismo sistema con las mismas características porque el resultado te obliga, necesariamente, a revisar eso", agregó.
Otro consultor que también falló pero cuyos informes estuvieron más cerca de los resultados que otros estudios también dijo que hará "ajustes" y ratificó que los sondeos más cercanos a la realidad son los presenciales, aunque son los más costosos en comparación a las herramientas más utilizadas. "Las [encuestas] telefónicas y las online tienen problemas serios, salvo las asistidas por un operador. Son baratas y fáciles, en pocas horas tenés un número, pero fallan", dijo.
El consultor, además, contó que en los días previos a las PASO, los sondeos telefónicos terminaban dando un resultado inverso a lo que finalmente ocurrió. Macri figuraba con posibilidades de ganar por 20 puntos y María Eugenia Vidal aparecía 25 puntos arriba de Axel Kicillof.
Una de las alternativas que no elevaría demasiado los costos (como sí lo haría una encuesta presencial a nivel nacional) y reflejaría mejor la opinión pública, aseguran los encuestadores, es implementar trabajo de campo mixto en el que confluyan los sondeos presenciales con los telefónicos y abarcar la mayor parte de territorio posible. Aún así, señaló el director de una consultora, los sondeos "nunca dejarán de ser aproximaciones" al resultado de las urnas.
Por su parte, en las evaluaciones tras la experiencia fallida de las primarias, una consultora que acertó los resultados de elecciones pasadas indicó que buscará tener más información acerca de los componentes del universo de estudio. La empresa pedirá a las autoridades con intervención en los comicios, como la Cámara Nacional Electoral (CNE) o la Dirección Nacional Electoral (DINE) datos segmentados del padrón, como las franjas etarias.
A modo de autocrítica, los encuestadores consultados por LA NACION también indicaron que parte del error generalizado se debió al "paradigma" de la polarización que se generó en los meses previos a la elección. "Hubo una comunidad que consensuó que había paridad y que Fernández iba a ganar por pocos puntos. Cuando a una encuestadora los números le daban distinto, lo consideraba un error o no le creían", analizó un consultor.
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