Los empresarios no ven expectativas claras sobre posibles cambios de rumbo
Hay desconfianza sobre las promesas de Alberto Fernández de dar marcha atrás con la prohibición de despidos y la doble indemnización
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El auditorio no estaba repleto, pero muchos empresarios que habían esquivado los paneles sobre innovación en busca de resolver los problemas de la caliente coyuntura, llegaron al cierre del °57 Coloquio de IDEA solo para escuchar al presidente Alberto Fernández.
Pero esa expectativa se quebró rápidamente. Primero por los 54 minutos tarde que llegó Fernández a la cita. Todos los empresarios, muchos de ellos CEO de empresas o gerentes generales de multinacionales, esperaban dentro el salón clausurado por la seguridad mientras la organización estiraba el evento con entregas de premios, videos, homenajes y un repaso oral de lo que había sido el Coloquio completo. “Parece un casamiento”, ironizó uno de los impacientes.
Superado ese mal momento, las palabras del Presidente tampoco terminaron de convencer al empresariado. Varios hombres de negocios cuestionaron las críticas por reclamar cambios en la legislación laboral –la actual nació de la emergencia por el covid y se mantiene pese a la flexibilización de las restricciones– y se alarmaron por el nuevo deslizamiento de las responsabilidades desde el Estado al sector privado por las subas de precios.
“Hubo una picardía electoral en su comentario sobre el tema laboral”, dijo un empresario del mundo de los servicios. “Acá nadie está pidiendo eliminar la indemnización. Estamos buscando que la situación se normalice; que se elimine la prohibición de despidos y la doble indemnización”, señaló.
Otro empresario, hombre de la alimentación que ya disfrutaba del almuerzo en otro salón de Costa Salguero y se quejaba de que algunos de sus colegas aplaudieran a José Luis Espert, tomó las palabras del Presidente sobre la transitoriedad de esas normas. Dijo que fue una señal positiva, pero luego criticó el haber enumerado los regímenes laborales de Finlandia, Dinamarca o Noruega, una tradición presidencial –sin buenos resultados en tiempos de la pandemia– para enrostrarles a los empresarios su insistencia en la necesidad de cambios laborales.
“Ninguna pyme te va a tomar gente porque esta situación pone en riesgo su negocio”, recalcó un empresario industrial. “No es que las empresas quieren hoy despedir. Las empresas hoy no quieren tomar empleados para no tener que afrontar la industria del juicio”, aseguró un consultor empresario a su lado.
“Tiene que empezar a dejar de hablar del pasado. Tenemos que empezar a proyectar el futuro. Esperábamos propuestas y anuncios. Que siga con la grieta es uno de los grandes problemas que resaltan todos acá”, dijo el director general de una cámara de agronegocios.
Poca confianza
Muchos empresarios afirmaron que coincidieron con parte del mensaje del Presidente; sin embargo, el inconveniente, recalcaron, ya no es el contenido sino la poca confianza en la concreción de las promesas oficiales, sobre todo luego de las peleas internas en el Frente de Todos tras las elecciones internas.
El tema precios también estuvo en la mesa. Pese a que ya lo adquirieron como costumbre, que el Presidente haya deslizado nuevamente que la inflación es culpa de los “especuladores” y no una cuestión macroeconómica, cayó muy mal. “Nos hecha la culpa de los precios de los alimentos. Ayer justamente, tuvimos reunión en el Consejo Agroindustrial (CAA) y el debate es que todo es mucho más complejo que lo que puede resolverse con un control de precios”, afirmó el director general. “Si quieren frenar precios con controles con esta inflación a nivel global viven en un tupper”, describió un industrial que ya degustaba su almuerzo.
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