Los desafíos cruciales que enfrentan los candidatos
El debate, el rol de los nuevos y viejos aliados, el reparto de cargos y el anclaje territorial para lograr una victoria el 19 de noviembre aparecen como elementos demasiado alejados del control de Massa y Milei
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Cuando aún faltan dos semanas para el balotaje, la tensión política ha comenzado a extremarse en línea con el grado de antagonismo que representan las dos candidaturas presidenciales en pugna. La disputa empieza a desbordar la política para inundar lo social. La grieta vuelve en todo su esplendor y profundidad.
La discusión por la segunda vuelta es de tal intensidad que los candidatos marcan menos la agenda que quienes hablan de ellos y por ellos.
Sergio Massa y Javier Milei aparecen expuestos en este contexto a dinámicas y acontecimientos que escapan a su control, justo cuando más necesitan tener bajo su dominio la mayor cantidad de variables que puedan potenciar o dañar su competitividad. Así, asoman desafíos cruciales de aquí hasta la elección del próximo 19 que tienen en vilo a los presidenciables y a sus equipos.
El debate presidencial, cuyas reglas se terminaron de acordar anteayer, emerge como una de las grandes y más riesgosas vallas a superar. Así lo transmiten en ambos comandos electorales.
El formato establecido, coinciden expertos y estrategas, eleva el riesgo y el margen de exposición al error al que se entregarán los candidatos. La dinámica y la interacción que permite esta versión es más parecida a los debates de los Estados Unidos o de Brasil, que a los que hemos visto en la Argentina, y los expone a más cruces y pasos en falso.
“Seguramente, Massa lo va a ir buscar a Javier para sacarlo del eje, pero si no lo logra puede resultar muy agresivo. Y si no lo busca para agredirlo, puede resultar más el actor de un spot publicitario que el aspirante a Presidente, como en el último debate. Además, él tiene que dar respuestas por el desastre que está viviendo la gente. Por eso, estamos trabajando para enfrentar esa situación”, dicen en el entorno de Milei, en una clara demostración de que el debate es una de las preocupaciones del equipo del libertario. El efecto sobre su candidatura del mal paso de Patricia Bullrich en la primera de las contiendas dejó huella.
En el massismo admiten también que es una de las preocupaciones, aunque confían en la capacidad discursiva y de interpretación del candidato y apuestan a la desestabilización del rival. Ellos lograron imponer que los postulantes no puedan contar con notas en los atriles y lo consideran un primer triunfo.
Además, Massa buscará usar en su favor lo que para los libertarios es un potenciador: el apoyo macrista. Puede ser una táctica riesgosa. Reinstalar la antinomia macrismo-antimacrismo también reactualizaría el kirchnerismo-antikirchnerismo. No le convendría a Massa,
El otro desafío que desvela a ambos campamentos es, por eso mismo, el rol de los aliados. Para Massa, tres hechos alteraron la estrategia de darle centralidad absoluta al candidato e invisibilizar socios incómodos. El sosiego que había traído el parcial desplazamiento del escándalo Insaurralde duró demasiado poco.
Por un lado, se produjo la reposición del cobro por parte de un puntero peronista de medio centenar de sueldos de empleados de la Legislatura bonaerense, agravado con la imputación en el caso del concejal Facundo Albini, que es apoderado del partido de Massa. Manchas que vuelven a salpicar cerca.
Por otro lado, reapareció Cristina Kirchner, no solo para reafirmar su lugar en el espacio oficialista sino para rechazar el trámite de la jubilación que había iniciado y anunciado Massa. “Cristina eligió un rol en su vida política de mirar desde afuera”, había dicho el candidato. “Yo voy a trabajar y a militar como lo hice toda mi vida”, dijo la vicepresidenta.
El intenso proceso de despintado de la letra K que venía practicando Massa sufrió un revés. Para alegría del nuevo eje opositor libertario-macrista, que se desvela por ponerle la cara de Néstor y la voz de Cristina al candidato oficialista. La falta de nafta también impidió el despinte de viejos desaguisados.
Por último, el zigzagueante y ambiguo posicionamiento de Massa en muchos temas, como las relaciones internacionales, se puso a prueba con el comunicado de la Cancillería de su gobierno que criticó a Israel por los ataques a campos de refugiados en Gaza y las violaciones al derecho internacional. Apenas algo más de doce horas se tomó para distanciarse de ese pronunciamiento. La amplitud del espacio que representa entraña riesgos. Demasiados frentes abiertos.
Del lado de Milei, además de las complicaciones que les imprimen los dichos y hechos de muchos personajes excéntricos originales de su espacio, ahora deben lidiar con sus nuevos apoyos, liderados por Macri y Bullrich.
Al mismo tiempo, enfrenta deserciones y versiones de fugas de candidatos, aliados y acompañantes después del acuerdo con el macrismo, como el que comenzó anteayer y no sería el último, sino solo el primero. Sobra el ruido y no son rugidos de león. El universo felino está alterado con la incorporación de nuevas especies.
Por eso, el comando central está en proceso de reorganización y haciéndose más compacto. Lo integran el propio candidato, su hermana Karina, el exejecutivo del grupo Eurnekian Nicolás Posse, la postulada a canciller Diana Mondino y el experimentado político Guillermo Francos. Las acciones del otrora poderoso Carlos Kikuchi están en baja. Al candidato se le infiltró el virus de la duda y ya muestra síntomas.
El temor a un desperfilamiento de Milei y a todo lo que le da sentido es tan grande (a veces mayor) como la preocupación por los tropiezos o dislates que protagonizan los propios. Como anteayer Mondino, al reinstalar la más que polémica propuesta de crear un mercado de órganos.
En la misma noche en la que en la casa de Macri se consagró el apoyo a Milei, los libertarios fijaron límites, pero lo ocurrido en los días posteriores activó las alarmas. En la reunión de la casona de Acassuso, Milei y su estratega principal se vieron en la obligación de interrumpir al anfitrión que, como campeón de los hechos consumados, había empezado a pergeñar acciones conjuntas, como una foto de los integrantes de la fórmula libertaria con el derrotado binomio cambiemita.
“Presidente [sic], vayamos de a poco, no es momento todavía”, le dijo Milei a Macri cuando ya éste avanzaba hasta sobre la conformación de un eventual gobierno. Más preciso e incisivo fue el estratega Santiago Caputo. Hay que evitar que Javier se desperfile, porque él llegó hasta acá como un rupturista, advirtió el joven asesor. La ocupación del centro de la escena por parte del expresidente, casi como jefe de campaña del libertario, inquieta al comando central de La Libertad Avanza.
La preocupación no es porque pueda eclipsar o desdibujar al candidato. Hay otra razón más práctica. “El apoyo de Patricia [Bullrich] le sumó más a Javier que el de Mauricio. No solo en cuanto a tracción de dirigentes, sino de adherentes y votantes. Se vio en algunos sondeos y en la avalancha de oferentes para fiscalizar el balotaje”, cuenta uno de los miembros destacados del mileísmo.
El misterio sobre los probables integrantes de cargos clave de gobierno y en puestos políticos es otro de los retos que enfrentan los candidatos y sus comandos. Los nombres de los posibles ministros de Economía están en el tope de las apuestas.
Ayer, Milei tuvo que calmar a algunos de sus más estrechos colaboradores ante las versiones de que ya había definido al titular de la cartera de Hacienda. El hermetismo con el que se maneja y la forma radial en la que se vincula con su equipo tiene siempre en ascuas hasta a los más cercanos.
Cavallo, Randazzo y Lavagna
Milei se limitó a decirles a los que lo consultaron que estaba en proceso de definición y que lo haría en los próximos días. La reunión que anteanoche tuvieron en un departamento de Palermo el postulado para el Banco Central, y adalid de la dolarización, Emilio Ocampo, con Domingo Cavallo, en busca de consejos, robusteció la idea de inminencia de la resolución de la incógnita mayor. Aunque el misterio no se disipó.
Otro de los cargos que es motivo de dudas es quién sería el presidente de la Cámara de Diputados en caso de llegar Milei a la Presidencia, ya que suele ocuparla un legislador oficialista por estar en la línea de sucesión. Allí asoma una de las grandes sorpresas que buscaría dar Milei. Ante la ausencia de representantes con peso propio y vínculos con los partidos con representación parlamentaria, asoma el nombre del peronista Florencio Randazzo. Los libertarios dicen contar ya con un guiño no solo de él sino también de Juan Schiaretti, el líder de la fórmula presidencial que integró el exministro del Interior y Transporte.
De concretarse ese ofrecimiento y aceptación, se trataría de mucho más que de una jugada política a futuro para darle gobernabilidad a una Presidencia que tendrá minoría en el Congreso, en las legislaturas provinciales y concejos deliberantes del país y sin un solo gobernador de su espacio. La idea es que ese acuerdo ayude a sellar el apoyo de un electorado clave como es el de Córdoba.
En el caso de Massa, la esfinge de Roberto Lavagna ya luce gastada de tanto de exhibirla y nadie cree que vuelva a ocupar el cargo que dejó hace casi 20 años. Es más, quienes mejor lo conocen no solo lo descartan y lo ponen en el difuso rol de consejero, sino que arriesgan que el cargo no será para alguien que puedan encarnar el perfil de superministro, aunque de acá al balotaje pueda instalar nombres que lo parezcan. Los antecedentes cuentan. Massa ya asumió como ministro sin viceministro y sin ningún experto en macroeconomía a su lado. Ahora tendrá más poder, pero también desafíos tanto o más complicados. Habrá que ver quién se anima a tener que desarmar la poderosísima bomba que el propio Massa se encargó de potenciar.
El anclaje territorial es otro de los desafíos cruciales que enfrentan los candidatos. En ese plano, Córdoba es a Milei lo que Buenos Aires para Massa. Para tener chances concretas, el candidato de LLA debería repetir allí el desempeño que tuvo Macri en el balotaje 2015, cuando obtuvo casi el 72% de los votos cordobeses y neutralizó la marea peronista bonaerense. También esta vez la madre de las batallas se dirimirá en más de un campo.
El despliegue de recursos que hizo el oficialismo el 22 de octubre para la primera vuelta fue decisivo para incrementar la participación, lo que le permitió a Unión por la Patria sumar unos tres millones más de votos que en las PASO. Que los jefes territoriales locales, como gobernadores e intendentes, ya tengan resuelto su destino después de haber puesto para eso todos los recursos con los que contaban, y algo más, es un motivo de preocupación adicional para Massa. Mover el aparato no es solo cuestión de amor por la causa.
Son muchos los desafíos que quedan para las próximas dos semanas, en medio de una tensión política y social creciente. No hay margen para equivocarse ni clima para más crispación.
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