Los conversos al mileismo: se agudiza la crisis en Pro por la pelea Macri-Bullrich y la eventual “fusión” con los libertarios en 2025
Diego Valenzuela se sumó al grupo de dirigentes amarillos que mutan a libertarios ante la popularidad que sostiene el Presidente; el plan del macrismo para “recuperar la esencia” y aislar a la ministra de Seguridad; los nuevos oficialistas que desfilaron por el Luna Park
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Corre la segunda semana de abril y en los rincones del Congreso se desata la última batalla legislativa por la Ley Bases y el paquete fiscal. Ya desgastados por las idas y venidas, los negociadores del Gobierno y los jefes de la oposición dialoguista se enredan en el frenético “toma y daca” de la política, en un último intento por evitar que el proyecto vuelva a naufragar. Apenas Diego Santilli se asoma en la reunión de bloque de Pro, Hernán Lombardi lo recibe con una chicana para distender el clima: le enrostra una entrevista en la que había defendido a rajatabla el rumbo económico y político de Javier Milei, como un adulador del oficialismo. “¡Ahí viene el nuevo diputado de La Libertad Avanza! Qué chupamedias”, grita Lombardi, y suelta una carcajada. Santilli clava la vista en su compañero de bancada y replica: “¿Perdón? Yo no soy el que puso funcionarios en el Gobierno o se quedó con Parques Nacionales”. Hacía pocas horas, se había oficializado la designación de Cristian Larsen, un hombre de confianza de Lombardi, al frente del organismo público que gestiona las áreas protegidas a lo largo y ancho del país.
Pro quedó atrapado en una insondable crisis de identidad por el sorpresivo triunfo que condujo a Javier Milei a la cúspide del poder. A las divisiones que arrastraba por la feroz interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se anexaron los dilemas internos que provocó la llegada de Milei a la Casa Rosada. Bullrich dio el puntapié inicial cuando, sin hacer el duelo o una autocrítica por la dura derrota electoral, aceptó el ofrecimiento del líder de La Libertad Avanza de integrarse a la gestión como ministra de Seguridad. La siguieron Luis “Toto” Caputo y decenas de dirigentes amarillos que estaban ansiosos por ocupar puestos en el nuevo gobierno. Con el correr de la gestión de Milei, las diferencias internas en el seno de la fuerza que fundó Mauricio Macri se acrecentaron por el poder de seducción de las “fuerzas del cielo”. En otras palabras: Milei dispone del reparto de cargos o contratos en el Estado o lugares de mayor visibilidad en el Congreso para comprar lealtades en Pro.
A las distintas facciones que conviven en Pro ya no los dividen los matices en torno a cuál debe ser la fórmula para implementar reformas estructurales en el país o el estilo de liderazgo y los posicionamientos frente al kirchnerismo. Dicho de otro modo: la categoría de “halcones” y “palomas” ya no sirve para clasificar las divisiones en Pro. Ahora, están los que lucen convencidos de que Pro debe fusionarse con LLA en 2025 y cogobernar; y los que apuestan a cooperar con el oficialismo en las políticas que concuerdan con la cosmovisión del partido fundado por Macri, sin perder la identidad propia ni la capacidad de tomar distancia de los excesos de Milei.
Atentos al nivel de popularidad que ostenta el Presidente, pese a que aplica un severo plan de ajuste fiscal desde diciembre, hay dirigentes de Pro que optaron por tomar el camino de Bullrich y mutar al mileismo para sobrevivir en la nueva configuración del mapa político, salvar a los suyos o simplemente garantizarse puestos de poder y pujar por lugares en las listas en 2025. Están convencidos de que el electorado macrista ya se corrió al campamento libertario y que el lugar de la oposición al Gobierno quedará invariablemente en manos del kirchnerismo y el peronismo. Son los conversos de Pro.
Sobran los ejemplos de referentes de Pro que hasta hace seis meses apoyaban a Larreta, Macri o Bullrich y ahora cambiaron de piel para apuntalar al gobierno de La Libertad Avanza. Muchos de ellos, al igual que José Luis Espert, excandidato larretista, el radical Luis Petri o Joaquín de La Torre, fueron atraídos por Milei y sus armadores, quienes postergan la discusión con Macri sobre un acuerdo institucional para conformar una coalición y apuestan a seducir a dirigentes de Pro con caudal electoral o experiencia en el manejo de la botonera estatal.
“Aquí uno que la está viendo”, escribió Milei el viernes en su cuenta de X para felicitar a Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, por su decisión de reducir las tasas municipales. Valenzuela, quien tiene un vínculo con Milei hace años -se conocieron mientras cursaban en la Universidad de Belgrano-, fue uno de los principales socios de Larreta en el conurbano en los comicios de 2023. Con el triunfo libertario, el jefe municipal cerró filas con los libertarios y asoma como un potencial aliado de la Casa Rosada en el vasto territorio bonaerense, bastión del PJ. ¿Quiere abrir una puja con Santilli o Cristian Ritondo por la embajada libertaria en Buenos Aires?
De hecho, Valenzuela se puso al frente de la jugada para vaciar de intendentes de Pro el acto en el que Axel Kicillof anunció la entrega de fondos a municipios. Y participó este fin de semana del acto en Esteban Echeverría que organizó Bullrich junto a los “liberales de Pro” tras la asunción formal de Macri en Pro. Ese día estuvo Sebastián Pareja, funcionario nacional y armador de LLA en Buenos Aires. Al cónclave también concurrió otro converso: Juan Curutchet, extitular del Banco Provincia y actual director del BCRA. Curutchet supo ser macrista, vidalista y bullrichista antes de convertirse en un defensor de la prédica ultraliberal de Milei. A partir del 22 de octubre, cuando la postulante de JxC quedó tercera en los comicios generales, Curutchet leyó que Pro no tenía otra alternativa que mudarse al campo libertario. En sus redes sociales no oculta su seguidismo a Milei y profesa su simpatía con el latiguillo del Presidente: “VLLC (Viva La Libertad Carajo)”.
La misma sensación tuvo el filósofo Alejandro Rozitchner, exasesor de Marcos Peña y Macri durante la gestión de Cambiemos. Rozitchner, que suele visitar al jefe del Estado en Olivos, al igual que Fernando Iglesias o Valenzuela, dispara mensajes en las redes sociales como si fuera un “talibán” de Milei. Es la antítesis del larretista Pablo Avelluto, con quien compartió equipo en la era Macri-Peña, en el mundillo de intelectuales de Pro y se muestra como un promotor de la nueva narrativa libertaria. De “halcón” a “león”.
Guillermo Dietrich, uno de los exministros de Macri que se jugó por Larreta en la interna con Bullrich, también salió a pedir paciencia a los nuevos funcionarios y respaldar el rumbo que trazó el Presidente en la antesala de la etapa más crítica por el impacto de la recesión y la ola de despidos. Tiene lazos estrechos con el jefe de la AFI, Silvestre Sívori, y exintegrantes de su equipo ocupan cargos. No obstante, no se involucra en actos o se reúne a solas con Milei.
“Es una incógnita el lugar que vamos a tener. Nuestro electorado está bancando a Milei, incluso, los comerciantes o clase media que sufre el ajuste”, dice uno de los intendentes más importantes de Pro.
Ritondo logró evitar fisuras en el bloque de Diputados de Pro durante la crucial votación de la ley bases y el paquete fiscal. De hecho, con pocas excepciones, hubo obediencia a la hora de rechazar la inclusión del capítulo del tabaco. Entre los conversos al mileismo que integran la bancada sobresalen Santilli, exmano derecha de Larreta, y Silvia Lospennato, quien pasó de tributar a Emilio Monzó, el reivindicador de la “rosca” y uno de los adversarios que eligió Milei, o acompañar la candidatura presidencial del proyecto de los moderados del larretismo, a convertirse en una pieza clave para el oficialismo en Diputados. Martín Menem y Milei premiaron el compromiso de Lospennato: le otorgaron la presidencia de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento; y la vicetercera de la Cámara baja. Otro exlarretista que se pintó de violeta es Omar De Marchi, secretario de relaciones parlamentarias.
“La contradicción la tienen ustedes; yo defiendo lo que siempre sostuvimos”, les dijo la senadora Guadalupe Tagliaferri al sector de Pro que asume una posición concesiva en el Congreso.
Con el Jefe 😎 pic.twitter.com/85bysxRzTv
— DAMIÁN ARABIA (@DamianArabia) May 17, 2024
En tanto, María Eugenia Vidal, quien no apoyó a Milei en el balotaje, se inclina por sostener al Gobierno, sobre todo, en el Congreso. A diferencia de Larreta, evita chocar con los libertarios, y defiende el rumbo y la mayoría de las medidas del oficialismo.
Pese a sus gestos de apoyo al Gobierno, Lospennato y Vidal se desmarcaron del resto de bloque Pro al votar a favor del repudio a los polémicos dichos del Secretario de Culto, Francisco Sánchez, otro converso de Pro, quien pidió derogar el aborto y cuestionó el matrimonio igualitario y el divorcio.
En la tropa de Bullrich casi no hay fisuras: desde Silvana Giudici hasta Gerardo Milman, Laura Rodríguez Machado o Damián Arabia se mueven como si fueran parte del bloque oficialista. Siguen las directivas de Bullrich, quien considera que no hay lugar para “tibios” o legisladores rigurosos a la hora de revisar la letra chica de las reformas o votar las leyes, ya que la gestión libertaria atraviesa una fase crucial por el cambio de régimen económico y la batalla contra la inflación.
Ayer, varios conversos, como Arabia, Lombardi, Sabrina Ajmechet o el exlarretista Julio Garro, actual secretario de Deportes, y Claudio Avruj, a cargo del INAI, fueron a la presentación del libro y show musical de Milei en el Luna Park. Ritondo y Santilli fueron invitados por Martín Menem y no se quisieron perder la chance de ubicarse en las primeras filas para sacarse un selfie. Asistieron acompañados por Alejandro Finocchiaro y Martín Maquieyra. Otros bullrichistas activaron gestiones a contrarreloj para asegurarse un lugar en la tribuna. “Milei mantiene el apoyo de nuestros votantes”, justifican cerca de Santilli. En cambio, las macristas Daiana Fernández Molero o Laura Alonso criticaron el tono festivo de la convocatoria.
Hay múltiples casos de soldados del bullrichismo que no dudaron en integrarse al Gobierno o trabajar para confluir en los territorios. Por caso, Juan Pablo Allan fue designado al frente de la ANMaC -la semana pasada anunció medidas para “regularizar y favorecer a los legítimos usuarios de armas”- y Pablo Walter, que estuvo cerca de arribar a Aysa, ya tiende puentes con los libertarios en los distritos con vistas a las elecciones de medio término del año próximo. Walter también estuvo en el mítin liberal del sábado.
En tanto, Patricia Vásquez, que accedió a su banca impulsada por Bullrich, respalda el programa del Gobierno. Sin embargo, salió a cuestionar la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema, a quien la ministra de Seguridad había calificado de “expeditivo”. Las denuncias de Vásquez sobre los alcances políticos del negocio de los registros automotores habían generado incomodidad en el bullrichismo, sobre todo, por los papeles que difundió Oscar Agost Carreño (HCF) en plena discusión pública con la diputada. ¿Rebelión en la granja?
El plan de Macri
Con ese telón de fondo, Macri tomó el control de Pro. El martes reunió a su tropa de leales y marginó a los bullrichistas, como Arabia, vicesegundo, con la excusa de que se juntaba con el Consejo Directivo. Ahora armaría una mesa chica con peces gordos, como gobernadores e intendentes, para consensuar posiciones.
Al tanto de la maniobra, Bullrich amaga con retirar a sus fieles del partido. “¿Para qué nos quedaríamos si solo se va a reunir con el ‘club de amigos’ y no nos llaman?”, braman cerca de la ministra, quien aventuró que Macri ya no será protagonista en el futuro. El pedido de jubilación anticipada despertó la ira de los macristas línea fundadora. Los puso en pie de guerra. “Es desagradecida; tomó la decisión personal de irse al Gobierno”, dicen en el macrismo.
Molesto por el destrato de Macri, Arabia había subido una foto a la red X para provocar a los rivales de Bullrich. “Con el Jefe”, escribió, horas después de que asumiera Macri. En la selfie aparecía Karina Milei, con quien Arabia se había cruzado en un pasillo de la Casa Rosada.
Consumada la ruptura con su exsocia, Macri bajó un mensaje a su grupo. A sabiendas de que enfrenta el desafío de evitar que su fuerza sea absorbida por Milei, el expresidente apuesta a recuperar la “esencia” de su partido: “Tenemos que hacer lo correcto, no lo conveniente”. El exmandatario es muy crítico del proceso que derivó en la interna entre Bullrich y Larreta, a quienes responsabiliza por el desperfilamiento de Pro. Por esa razón, apunta a coordinar los posicionamientos y reconstruir el partido para frenar la sangría de votos. Los gobernadores se entusiasman con la chance de tener mayor incidencia en la toma de decisiones.
Tras el cisma interno por la pugna entre halcones y palomas, Macri deberá armar un rompecabezas, pero se ufana de preservar la mayoría de los apoyos en Pro. Los suyos consideran que Bullrich no logró consolidar una tropa propia durante su mandato y que lograrán aislarla.
Además, Macri y sus feligreses prometen “humildad” para asumir el fracaso electoral de 2023. ¿Un tiro por elevación a la ministra, quien se fue con Milei sin hacer una autocrítica por su campaña? En las filas del bullrichismo -no en su círculo más íntimo- hay inquietud por las consecuencias que tendrá el quiebre con Macri.
Es sabido que Macri no piensa exhibir sus cartas hasta que Milei logre aprobar las leyes económicas en el Congreso. Sin embargo, sus laderos ya preparan un acto de relanzamiento para junio, cuando planea reunir a gobernadores, intendentes y legisladores de Pro. ¿Invitará a Bullrich? Hoy es un enigma si la ministra continuará en las filas del partido, pese a que quedó a cargo de la Asamblea.
Macri se jacta de haberle dado a Milei el apoyo legislativo que necesitaba, pese a la resistencia de los libertarios de abrirle las puertas a un pacto integral o colocar a Ritondo y los suyos en puestos clave. Consciente de que enfrenta una encerrona, el expresidente apuesta a resaltar la identidad del partido y descarta una fusión en 2025, como promueve Bullrich. Es más, Ignacio Torres, gobernador de Chubut, y Facundo Pérez Carletti, nuevo secretario general de Pro, le cerraron la puerta a esa posibilidad tras la cumbre con Macri en sus oficinas en Olivos. Bullrich y los suyos lo interpretaron como una señal política. Creen que el expresidente comenzará a diferenciarse progresivamente del Gobierno.
En el entorno de Macri admiten que tras la sanción de la ley bases y la firma del pacto fundacional de Milei comenzará otra etapa. “Pro acompañará todo lo que proponga el Gobierno y consideremos que es bueno para la Argentina. Las cosas que no estén en línea en términos republicanos o institucionales, vamos a dar nuestra opinión”, anticipa un allegado a Macri. ¿Rechazará públicamente la postulación de Lijo o dará libertad de acción? Es otra incógnita en el universo de Pro.
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