Los consejos, pedidos y deseos que recibió Milei de los distintos credos en la Catedral Metropolitana
Representantes de distintas religiones recibieron al Presidente en el inicio de gestión; el arzobispo García Cuerva pidió “dejar de lado personalismos y buscar acuerdos”
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Luego de la jura de sus ministros, Javier Milei caminó junto a su vicepresidenta, Victoria Villaruel, los flamantes integrantes de su gabinete y sus colaboradores más cercanos los doscientos metros que separan la Casa Rosada de la Catedral Metropolitana, donde lo esperaba el director de la casa, el padre Alejandro Russo. Un rato antes, el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, lo había aguardado durante largos minutos parado junto a las enormes columnas. Luego de rendir homenaje ante los restos del general José de San Martín, el flamante presidente participó de una invocación compartida por religiosos de distintos credos, en búsqueda del apoyo de la fe para los primeros y seguramente difíciles momentos que le aguardan en la gestión.
La ceremonia interreligiosa, que duró unos cincuenta minutos, fue dirigida por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien llegó el viernes desde Roma, donde se reunió con el papa Francisco. Luego de distintas declaraciones de Milei en su contra (más tarde relativizadas y aclaradas), el Sumo Pontífice llamó al Presidente luego de su triunfo electoral.
“Invocamos juntos la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia”, convocó la conducción del acto, antes de escuchar el recitado de salmos y pasajes del Evangelio. “Que Dios bendiga e ilumine al Gobierno que hoy inicia la gestión”, dijo en el inicio García Cuerva. Y pidió “sabiduría, para que todas sus decisiones vayan en camino a la paz y el bien común”, agregó.
El arzobispo propuso sostener “pilares que nos constituyeron como Nación (...) El Evangelio nos habla de casa y de cimientos, lo que no se ve pero que permite que toda la construcción sea posible. Somos conscientes que nuestra casa sufre tormentas, inflación, grietas, intereses mezquinos, desencanto y sueños rotos. Nos toca recordar, reforzar los cimientos que nos permitieron sostener la esperanza”, puntualizó.
Pidió la “fraternidad”, la “unidad entre los argentinos” y a los gobernantes la “capacidad de comprometerse con la fraternidad social”. Al estilo del Papa, afirmó que “nadie es descartable” y solicitó “dejar de lado personalismos y buscar acuerdos”. Añadió que, “como hermanos en la fe, todos los presentes compartimos la creencia en un Dios liberador de la avaricia y la injusticia, que nos hace libres para ser más dignos y solidarios”. Y citó al Papa: “No hay libertad sin amor”, dijo.
“Habrá tormentas inesperadas como la pandemia, pero tenemos que advertir de las tormentas que nosotros mismos podemos crear, las tormentas de la intolerancia, sentirnos los dueños de la verdad, de creer que cuanto mejor, peor”, advirtió García Cuerva. “Es revolucionario sostenernos en la esperanza y buscar otra oportunidad”, finalizó, antes del recitado del padrenuestro.
En el origen de la convocatoria participaron el secretario de Culto saliente, Guillermo Oliveri, y el padre Russo. También el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, de fluido vínculo con papa Francisco.
Además del Arzobispo de Buenos Aires, participaron de la invocación religiosa el arzobispo griego, Iosif Bosch; el obispo anglicano, Brian Williams; el representante de Aciera, que nuclea a las iglesias evangélicas, pastor Christian Hooft; el rabino ortodoxo Shimon Axel Wahnish (consejero de Milei) y el Sheik Salim Delgado Dassum, representante de la comunidad islámica. Cada uno de ellos leyó una invocación con buenos deseos para el flamante Presidente.
“Agradecemos por cuarenta años de democracia”, dijo el arzobispo Bosch, y pidió “fortaleza para enfrentar adversidades” y “valor para la autocrítica y que el bienestar no sea para unos pocos”. Lo siguió el obispo Williams, que pidió a Dios “por nuestro Presidente y vicepresidenta, para que tengan sabiduría en las decisiones que tengan que tomar”. Pidió además “que no se sientan abrumados por las dificultades”, que sean “hacedores de paz”, y que su prioridad sea “servir y no ser servidos”. Citó al profeta Isaías y extendió la bendición a los legisladores, al jefe de gobierno porteño y los gobernadores, para que “trabajen por el bien de todas las personas”.
Salim Delgado citó al Corán, que “invita al ser humano a la reflexión conjunta”, y expresó “un deseo de paz y esperanza para una sociedad fraterna”. Elevó sus súplicas para que encuentran “el más sensato de los caminos, que puedan transitar todos”. El pastor Hooft, en tanto, le habló directamente al Presidente y pidió “perdón a Dios, porque te hemos quitado del primer lugar, a vos, que sos el soberano”. Habló de un “momento bisagra” y rogó “poder volver a ese país próspero y bendecido, que nos levantemos de las cenizas”. Pidió “menos inflación, salarios dignos, fortalecer la cultura del trabajo” y “volver a creer”.
A su turno, el rabino Wahnish citó los Salmos. “El valor humano consiste en la capacidad de caerse y volver a levantarse. Y como pueblo argentino sabemos de eso, levantarnos y volver a empezar de nuevo”, dijo. Para Wahnish, “Dios tiene fe en usted, señor presidente, en los gobernantes, que nos vamos a poner de pie los argentinos, una sociedad con justicia y bondad”. Habló de las “fuerzas del cielo” que suele citar el Presidente y dijo que “el valor humano reside en la fe, en la capacidad de hacer justicia y fe”.
–¿Cuál es su deseo, señor Presidente?, preguntó Wahnish
–Poner de pie a la Argentina, contestó el Presidente desde su atril. “Le voy a pedir a Dios que le conceda algo que él pide desde hace mucho tiempo. El pide sabiduría, templanza y coraje”, culminó el rabino, en un momento de comunicación directa con Milei, con quien luego de la ceremonia se fundiría en un largo abrazo.
“Donde hay odio, pongamos amor. Donde hay discordia, unión. Donde hay desesperación, pongamos esperanza”, leyeron Milei y Villarruel, en un texto compartido con los presentes, antes del final del evento religioso.
La elección del rabino Wahnish, consejero espiritual de Milei y rabino de la comunidad Acilba, como representante del judaísmo en la Catedral, incomodó a algunos integrantes de las entidades de la dirigencia comunitaria por tratarse de “un rabino de una comunidad, que no representa al conjunto” de la comunidad judía del país, según comentaron desde una de las entidades. Durante la tarde, trascendió que el propio Wahnish será propuesto al Senado como próximo embajador en Israel, para cubrir un cargo vacante desde que el exgobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri fue condenado por corrupción y renunció al puesto, en abril de 2022.
La oración interreligiosa marcó, además, el final de la gestión de Oliveri al frente de la secretaría de Culto, cargo que ocupó durante varios períodos. Se menciona a Roberto Bosch, diplomático de carrera, como el nuevo secretario de Culto de Milei.
La visión de los columnistas
"La asunción de Milei desplegó un discurso de derecha, economicista, mucho más nítido que el que caracterizó el paso de Macri por el poder. Por otro, un expresividad hiper reformista, que podría emparentar a Milei con Cristina. En la liturgia parecía repetir aquel “vamos por todo” pero de sentido contrario. "
Carlos Pagni
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