Los camaristas Gustavo Hornos y Mariano Borinsky rechazaron los planteos de Cristina sin darles trámite y revisarán su condena
La vicepresidenta los había recusado; son los jueces a los que ella cuestionó por haber visitado a Mauricio Macri mientras era presidente
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Los camaristas de Casación Gustavo Hornos y Mariano Borinsky rechazaron los planteos que presentó Cristina Kirchner para sacarlos del caso Vialidad, en el que decidirán si confirman la pena de seis años de prisión dictada contra ella en diciembre del año pasado.
La defensa de la vicepresidenta había pedido que se sorteara una nueva integración de la sala para que fueran otros jueces los que resolvieran, pero Hornos y Borinsky rechazaron ese pedido: desestimaron ellos mismos las recusaciones y lo hicieron “in limine”, sin darles trámite a los planteos.
Hornos y Borinsky son los jueces a los que Cristina Kirchner denunció por sus visitas a la Casa Rosada y la quinta de Olivos durante el gobierno de Mauricio Macri.
En su fallo de hoy, además, los camaristas aceptaron la excusación del tercer miembro de la sala, Javier Carbajo, que entendió que no le correspondía intervenir en esta causa por lo que había sostenido cuando confirmó la condena por lavado de dinero contra Lázaro Báez y dijo que entre los delitos precedentes de ese lavado estaban los hechos de corrupción que se investigaron en el caso Vialidad. Aquella intervención previa podía ser interpretada como un prejuzgamiento, entendió Carbajo. Ahora, deberá sortearse un camarista de casación que lo reemplace.
Ese juez se sumará a Hornos y Borinsky y los tres tratarán los recursos contra la sentencia del Tribunal Oral Federal que condenó a Cristina Kirchner a seis años de cárcel y dispuso su inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. No solo los recursos de las defensas; también los de la fiscalía, que pretende que la vicepresidenta sea condenada además de por fraude, por asociación ilícita. Todo indica que la decisión de la Cámara no será antes del año próximo.
La defensa de la vicepresidenta había recusado también a Carbajo y al fiscal Raúl Pleé. En los dos casos, Hornos y Borinsky declararon hoy “inoficioso” tratar los planteos: el de Carbajo, porque estaban aceptando ya su excusación; el de Pleé, porque solo tuvo una actuación “interina” en reemplazo del fiscal Mario Villar, que es quien seguirá al frente de la acusación.
La defensa de Cristina Kirchner cuestionó el fallo. “Es una decisión totalmente arbitraria e ilegal. La vamos a recurrir”, dijo Carlos Alberto Beraldi a LA NACION minutos después de conocido lo resuelto.
Hornos y Borinsky sostuvieron en su fallo de hoy que las recusaciones contra ambos “resultan manifiestamente improcedentes” y que, por eso, debe aplicarse “la inveterada jurisprudencia de la Corte” que establece que “los pedidos de recusación manifiestamente inadmisibles deben ser desestimados de plano; incluso por los mismos jueces cuya recusación se pretende”.
Los argumentos centrales de la vicepresidenta para intentar correrlos del caso fueron dos: las visitas de Hornos y Borinsky a Macri, a la Casa Rosada y a la Quinta de Olivos, y las intervenciones previas de ambos en esta causa, en las que, según Berladi, “comprometieron una opinión”.
Los camaristas sostuvieron que las defensas de Cristina Kirchner y de Nelson Periotti (otro condenado que también los recusó por sus visitas a Macri) dijeron que está afectada la “independencia e imparcialidad subjetiva” de ellos basadas “en expresiones imprecisas y conjeturales” y que esas “hipótesis especulativas” no pueden sacarlos de la causa porque se afectaría “la garantía del juez natural”.
En este punto -relativo a los vínculos con el expresidente-, los camaristas agregaron que la Casación ya rechazó este mismo planteo y que esa decisión quedó firme porque la Corte se negó a revisarla.
Por las visitas se inició además una causa penal contra los camaristas y contra Macri. El juez Marcelo Martínez de Giorgi los sobreseyó y la fiscal Alejandra Mángano apeló esa decisión, pero el fiscal de Cámara José Luis Agüero Iturbe desistió del recurso con el argumento de que, aunque hubieran existido encuentros, no se había acreditado que hubieran influido “en el actuar de la Justicia” para perseguir a nadie. El kirchnerismo había denunciado lo contrario.
En cuanto a sus intervenciones previas en la causa, Hornos y Borinsky dijeron que haber resuelto lo que les llegó en el marco del ejercicio de sus funciones “no constituye per se prejuzgamiento”. Afirmaron que ante planteos así “es doctrina” de la Corte “que corresponde el rechazo in limine de la recusación por improcedente”.
Sostuvieron que hasta ahora nunca hicieron en la causa un “juicio de verosimilitud” de los hechos investigados ni sobre el “mérito de la prueba” reunida.
Con respecto a Carbajo y su excusación, Hornos y Borinsky dijeron que, al margen de lo que ellos puedan opinar, “frente a las propias razones expresadas por el juez respecto de su propia imparcialidad frente al caso, no resulta oportuno” que él intervenga, “con el objeto de preservar más adecuadamente la confianza en la administración de justicia”.
La respuesta de la defensa
Beraldi dijo a LA NACION que el procedimiento que aplicaron los camaristas para resolver las recusaciones es “ilegal” y que, además, fueron arbitrarios al rechazar su planteo. “Una recusación tiene un trámite procesal: el juez recusado presenta un informe y después se remite a otra sala para que lo resuelva. Ellos no pueden ser jueces de su propia situación”, sostuvo el abogado de la vicepresidenta. “Además -afirmó- el fundamento que damos no es solo que fueron a Olivos. Estamos diciendo que ya intervinieron en este proceso en instancias previas, que tienen comprometida una opinión y que corresponde que se aparten de la causa”.
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