Giro: los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi no renunciarán y concursarán por sus cargos
Los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, a quienes la Corte Suprema dejó en sus cargos, pero solo hasta que un concurso resuelva sus reemplazos, decidieron que no van a renunciar, que seguirán en la Cámara Federal y que concursarán por los lugares que ocupan actualmente.
Así se lo hicieron saber hoy a LA NACION sus colaboradores, luego de que los camaristas se presentaron a trabajar en la Cámara Federal, donde seguirán firmando sentencias y revisando las actuaciones de los juzgados de primera instancia que lleguen a su conocimiento.
La novedad se conoce también un día después del "banderazo del 8N", que tuvo en la defensa de Bruglia y Bertuzzi y la condena al fallo de la Corte una de sus banderas. También la oposición, a través de dirigentes de distintos espacios, le pidió a los jueces que no renuncien a sus cargos.
El caso de los camaristas Bruglia y Bertuzzi se erigió en una bandera que dividió al oficialismo de la oposición. El kirchnerismo promovió anular sus traslados a la Cámara Federal –decididos en el gobierno de Mauricio Macri– porque dijo que no contaban con acuerdo del Senado. La oposición señaló que los traslados eran legales y que todo era una venganza porque habían fallado contra Cristina Kirchner en casos de corrupción.
Finalmente, la Corte decidió dejarlos en sus cargos, pero solo transitoriamente hasta que se cubran con jueces que ganen un concurso y obtengan acuerdo del Senado. La sentencia estableció que los jueces trasladados que no pasaron por todo el proceso de designación, que incluye el concurso en el Consejo de la Magistratura, la postulación por parte del Poder Ejecutivo y el acuerdo del Senado, deben revalidar sus cargos en un nuevo concurso. El alcance de este fallo aún está por verse y alteró a medio centenar de jueces que están en esta situación.
A pesar de que el fallo no es como el que hubieran querido, y que en un primer momento analizaron presentar su renuncia, Bertuzzi y Bruglia continuarán en sus cargos y analizan eventualmente acudir ante los tribunales internacionales para denunciar lo que interpretan como una violación a la garantía de estabilidad que tienen los jueces y un ataque a la independencia judicial.
Entre tanto, apuestan a que el concurso se prolongue lo suficiente como para que cambie la actual correlación de fuerzas en el Consejo de la Magistratura o el signo político del Gobierno. Los concursos suelen demorar muchos años, incluso décadas. Aunque en este caso el presidente del Consejo, Alberto Lugones, señaló que podrían tenerlos concluidos en seis meses.
Lo cierto es que los concursos, que arrastran una histórica demora, fueron afectados por la pandemia. Por lo que si se reactivan los que ya están en marcha, con la toma de exámenes escritos o las audiencias orales, los camaristas creen que primero deberían terminarse esos trámites para que avance el concurso a convocarse para cubrir sus cargos.
El hecho de que permanezcan en sus cargos no implica que consientan el fallo de la Corte. Si bien en su entorno dieron por hecho que acatarán el fallo, también anticiparon que los camaristas piensan cuestionarlo ante tribunales internacionales, lo que implica tener una respuesta, pero no en lo inmediato.
Por la misma razón piensan concursar, pero asegurándose que el concurso tenga las garantías necesarias de transparencia. Descreen que se resuelva rápidamente, teniendo en cuenta los antecedentes históricos. Y en el medio imaginan como probable que haya nuevas autoridades constituidas, que no sean imputados en las causas que pasaron o pasarán por sus manos.
El Consejo de la Magistratura debe convocar ahora a los concursos, aunque aún está en duda si va a llamar solo a cubrir las vacantes de Bruglia y Bertuzzi o de otros jueces trasladados que podrían estar alcanzados por el fallo de la Corte. Si solo se avanza con estos dos casos y se da un concurso exprés, quedaría claro que el único objetivo era removerlos, especulan los colaboradores de los camaristas.
Son conscientes de que la pelea por sus cargos los dejó expuestos a que sean objeto de recusaciones por parte de algunos acusados. Los jueces responderán y esos planteos serán resueltos por otros colegas. Aún si son corridos de esas causas, dan por seguro que la decisión se tomará dentro del marco de lo jurídico y lejos de la política.
La situación del tercer juez en disputa, Germán Castelli, es diferente. La Corte en su caso decidió que la causa vuelva a primera instancia y que allí se dicte un fallo en consonancia con el de Bruglia y Bertuzzi. Pero Castelli podría recurrir hasta llegar nuevamente a la Corte. Recién si allí recibe un nuevo revés es que el Consejo de la Magistratura debería convocar un concurso para cubrir su cargo, lo que le da mucho tiempo por delante para seguir siendo juez de tribunal oral federal en Comodoro Py 2002.
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