
Los buques argentinos llevarán todas sus armas
Preparados: la Armada ordenó un "alistamiento preventivo" a dos de sus naves por la posibilidad de intervención en el Golfo.
Los buques de la Armada que podrían participar en una segunda edición de la Guerra del Golfo se encuentran actualmente en estado de "alistamiento preventivo", a la espera de poner proa hacia Medio Oriente cuando así lo disponga el gobierno nacional.
Ello fue confirmado ayer a La Nacion por fuentes navales confiables, que aclararon, además, que las dos naves de guerra elegidas por la Armada viajarán con todos sus sistemas de armas completos. Tal como lo informó ayer este diario, en forma exclusiva, la Armada designó al destructor La Argentina y a la corbeta Parker para el caso de que el Poder Ejecutivo decida intervenir directamente en acciones militares junto a una coalición internacional contra el régimen de Saddam Hussein.
Los dos buques podrían prestar inicialmente apoyo logístico, como lo hicieron el destructor Almirante Brown y la corbeta Spiro durante la Operación Tormenta del Desierto.
De cualquier forma, las dos naves llevarán todo su armamento para ser utilizado en caso de que sea necesario en algún momento. Tanto el destructor como la corbeta cuentan con lanzadores de misiles tierra-tierra y tierra-aire. Y cargarán con todas las municiones necesarias para su utilización.
Preparativos
La Armada mantiene todo lo relativo a los preparativos de un supuesto viaje al Golfo en la más estricta reserva.
La cúpula naval se limita a recibir información diaria sobre el posible desarrollo del conflicto y, tras realizar contactos con el Gobierno, orienta sus acciones.
Así es como en las últimas semanas, ante nuevas evidencias del incremento de la tensión entre los Estados Unidos e Irak, la orden en la fuerza que comanda el almirante Carlos Marrón fue la de "alistamiento preventivo" para el destructor La Argentina y la corbeta Parker.
Esto implica, según fuentes del Edificio Libertad, "preparar todo por si el Poder Ejecutivo decide intervenir". Esos preparativos, realizados en los dos buques mencionados, incluyen el control de todos sus sistemas (de navegación, comunicaciones y armas), los equipamientos del buque y del personal y las necesidades de repuestos.
Entre una veintena de oficiales y unos 180 tripulantes, La Argentina tiene su capacidad casi colmada. Pese a ello, para el caso de emprender el viaje hacia Oriente, el buque contará con pilotos de helicóptero, mecánicos, médicos e incluso nadadores de rescate.
Pese a los aprontes, la Armada emitió ayer un comunicado en el que "desmiente categóricamente" que exista un alistamiento de tropas y naves para participar de una coalición militar en caso de conflicto en el Golfo Pérsico.
La decisión sobre la partida de las dos naves argentinas corre por cuenta exclusiva del presidente Carlos Menem, pero está condicionada a una aprobación del Congreso Nacional. Un trámite nada sencillo.