Los aliados que priorizó Horacio Rodríguez Larreta para fortalecer su proyecto presidencial
Tras neutralizar a Mauricio Macri, el alcalde porteño resguardó su alianza con Carrió y Lousteau, y buscó contentar a Bullrich y los intendentes de Pro
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Apenas logró el corrimiento de Mauricio Macri de la interna por las candidaturas, Horacio Rodríguez Larreta puso la mira en su próximo objetivo: resguardar los acuerdos con Elisa Carrió (CC), Martín Lousteau (UCR), Graciela Ocaña (Confianza Pública) y los intendentes bonaerenses de Pro, sus principales laderos en su carrera hacia la Casa Rosada. A su vez, con la idea de ampliar a JxC sin romper la unidad, pactó con Patricia Bullrich y Jorge Macri, para imponer como candidatos a María Eugenia Vidal, en la Capital, y a Diego Santilli, en la provincia.
Al armar su rompecabezas electoral, una jugada que tendrá su primer test en las PASO del 12 de septiembre, Larreta optó por priorizar piezas, porque sabía que no habría espacio para contener a todos los sectores en las listas.
Primero, el jefe porteño se movió rápido para satisfacer las demandas de los intendentes de Pro, claves para que él pudiera ungir a Santilli, rival de Facundo Manes (UCR) en la provincia. “Fue lo que volcó la balanza”, admiten en la Ciudad. . En su intimidad el alcalde reconoce el gesto de Néstor Grindetti (Lanús), Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Héctor Gay (Bahía Blanca), Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), protagonistas de la cena en Valentín Alsina del 21 de junio que hirió de muerte el plan de Jorge Macri (Vicente López) de resistir el desembarco de Santilli, rival de Manes (Dar el Paso) en la interna bonaerense de Juntos. Con esa imagen, el expresidente Macri se convenció de que el Grupo Dorrego, apalancado por su primo, era “una ficción”. “No fue un capricho. Pongo al que mejor mide [por su exvicejefe]”, evangelizó Larreta.
Para retribuirles el respaldo, el alcalde les entregó la lapicera para que confeccionen las listas en las seccionales. También habilitó nueve nóminas de unidad en la categoría de concejales. Eso representa una garantía para los jefes municipales, pero un riesgo para Santilli.
Al desplegar su táctica, Larreta tuvo que neutralizar a Jorge Macri, quien exigió una retribución a su renunciamiento. El primo de expresidente puso a María Sotolano, concejal de Quilmes, en el sexto lugar de la lista de Santilli. En el tramo de senadores provinciales, lleva a Christian Gribaudo, en la primera sección, y Yamila Alonso, en la cuarta.
Pese a que Cristian Ritondo masculló bronca durante el cierre de listas, el vidalismo también levantó su cosecha. En la nómina de Santilli aparecen Alejandro Finocchiaro y Gabriela Besana, dos espadas de Vidal. Es más, en la agrupación La Territorial, que reúne a vidalistas y larretistas, entre otros dirigentes bonaerenses de JxC, hicieron un balance positivo del reparto tras el caos que provocó la salida de la exgobernadora.
Tras pactar con el alcalde para desactivar una interna de Pro en la Capital, Bullrich cobró por dos ventanillas. Por un lado, ubicó a Fernando Iglesias y Sabrina Ajmechet en puestos expectantes de la boleta de Vidal, y a Gerardo Milman en la lista de Santilli. Y, por el otro, recibió el aval larretista para encargarse de los cierres de alianzas de Pro en el interior. “Es un gesto de confianza”, resaltan en la Ciudad. Ahora, la exministra se muestra en actividades proselitistas del larretismo, para impulsar a Santilli y Vidal. “Ella tiene agenda propia y está súper activa”, se jactan cerca del alcalde. Bullrich, que anhela competir por la presidencia en 2023, luce menos entusiasta cuando habla de Larreta. “Todos adentro, todos enojos”, replica el alcalde, habituado a gestionar tensiones internas. Sin embargo, las heridas que dejó su jugada electoral aún no cicatrizan en el corazón de Pro.
Larreta también se encargó de consolidar su acuerdo con Carrió, impulsora del proyecto presidencial del alcalde. La CC consiguió puestos codiciados para Juan Manuel López y Marcela Campagnoli en la nómina de Santilli. Allí, también entró Victoria Borrego, en una ubicación menos expectante. En la Capital, Lilita obtuvo el tercer casillero para Paula Oliveto y el sexto, para Fernando Sánchez.
En paralelo, Larreta cuidó su alianza con Ocaña, quien secunda a Santilli, e incorporó a su tribu a Miguel Ángel Pichetto, un ladero incondicional de Macri en el llano.
Si bien la carta de Macri en la que se declaró prescindente del armado de listas fue clave para que avanzara su plan electoral, el alcalde no se quita méritos como ordenador. “El corrimiento de Mauricio fue importante, pero después hubo que hablar con cada uno para convencerlos”, se jactan en la Ciudad.
En su debut como estratega de Pro, el jefe porteño no previó la irrupción de Manes. Atento a los heridos que dejó Larreta, el médico pudo sumar a su armado a Emilio Monzó y Joaquín de la Torre, exladeros de las “palomas”. “Llega un momento en que no hay más lugar”, evalúan cerca de Larreta sobre el pase de Monzó a la tropa de Manes. Sin embargo, el alcalde piensa que después de las primarias el exarmador de Macri volverá a trabajar para su proyecto presidencial. El caso de De la Torre es distinto: el jefe porteño lo valora, pero no lo considera un alfil propio, ya que el exintendente de San Miguel respondía a Vidal. En el larretismo relativizan el impacto en términos electorales de esas bajas. Como contrapartida a la movida de la UCR para incorporar peronistas, Larreta pudo sumar al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, un radical díscolo que está al frente de uno de los distritos más poblados de la provincia.
Con la mira en la Casa Rosada, Larreta jugó fuerte para conservar su alianza con Lousteau, quien aspira a gobernar la Ciudad desde 2023. Pese a que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, lo presionó para que enfrente a Vidal en las primarias porteñas, el senador preservó su acuerdo con el alcalde y sumó a Martín Tetaz y Carla Carrizo en la nómina de Vidal para sentirse más cómodo con la oferta electoral en la Capital. “Martín jugó con Horacio, pero nosotros también fuimos generosos con él”, resalta un alto funcionario porteño. Larreta considera a Lousteau un hombre de su confianza. Está claro que no existe un acuerdo explicito para que sea su sucesor, pero el alcalde le promete al senador reglas de juego claras para competir dentro de dos años. El regreso de Vidal genera resquemores en la UCR sobre el plan de Pro, pero Larreta no dramatiza: avisa que la postulación de la exgobernadora significa que será su delfín en la Ciudad en 2023. “Ella no resigna su vocación de ser presidenta”, cuentan cerca del alcalde. Para consolidar su acuerdo con Lousteau, Larreta planea incorporar a fin de año más alfiles del senador a su gestión. Hasta ahora, el economista tiene dos representantes en la Ciudad: el ministro José Luis Giusti (Desarrollo Económico) y Guillermo Laje, titular de Banco Ciudad.
Larreta también cumplió con los únicos pedidos que hizo Macri: le hizo lugar a Darío Nieto en la lista de legisladores porteños y ubicó a Hernán Lombardi en la nómina de Santilli. Se siente cómodo con el traje de armador y ya imagina el papel que tendrá Macri en 2023: “No creo que Mauricio interfiera en lo más mínimo si tenemos chances de ganar. Va a apoyar al que mejor esté”, les dice a los suyos.
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