López: piden reexaminar la salud de una de las monjas
El fiscal quiere que una junta médica revise el caso de la hermana Alba
LA NACION
El fiscal federal Federico Delgado pidió ayer que una "junta médica" evaluara el estado de salud de la religiosa Alba Díaz de España Martínez, de 95 años, madre superiora del convento donde fue detenido José López con nueve millones de dólares.
Delgado, que acusó a la madre Alba de encubrimiento, quiere que se realice un "análisis integral" de su salud para determinar si puede o no enfrenar un proceso penal.
Hasta ahora, los informes médicos parecen probar que no, pero ella tuvo un rol clave el día que José López, ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo, visitó su convento.
En primer lugar, porque según los testimonios recogidos en el expediente ella fue quien acordó con López y con su mujer que él visitaría el monasterio y se quedaría unos días en una especie de retiro.
El registro de las llamadas de ese día da cuenta de once comunicaciones cruzadas entre la madre superiora y la mujer de López. La primera fue a las 20.35 del 13 de junio pasado; la última, a la 1.29 del 14, un par de horas antes de que el ex funcionario llegara al convento. Pero además, según las declaraciones de las otras religiosas, la madre Alba, que era la autoridad en el monasterio, fue quien ordenó que le abrieran la puerta a López aquella madrugada y luego se reunió con él a solas.
El pedido de junta médica presentado ayer por el fiscal deberá resolverlo ahora el juez de la causa, Daniel Rafecas. Fuentes judiciales adelantaron que el juez coincide con el fiscal en la necesidad de corroborar con la máxima seguridad posible si la madre Alba puede o no enfrentar un proceso. Pero antes de resolver sobre la junta médica, Rafecas debe esperar que se pronuncie la Oficina Anticorrupción, que es querellante en la causa y pidió una prórroga para presentar su opinión. Delgado pidió la junta en un escrito de dos párrafos en el que sostuvo que los informes médicos que hay hoy en la causa se caracterizan por su "ambigüedad".
La doctora Mariana Martínez Álvarez, neuróloga forense, sostuvo que la religiosa presenta "un deterioro cognitivo severo". La doctora Norma Miotto, psicóloga forense, advirtió una "propensión a la dispersión; fallas mnésicas [de la memoria] con tendencia al relleno fabulatorio del vacío asociativo; fatigabilidad, labilidad emocional; vivencias de vulnerabilidad; dificultades para la comprensión de consignas", y Leonardo Ghioldi, médico forense, sostuvo que presenta un "deterioro cognitivo moderado a severo".
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