“Lo que se discute es la gestión, no gestos ni aplausos”: la reacción en el kirchnerismo a los mensajes de Alberto Fernández
Entre los aliados de Cristina Kirchner y las filas de La Cámpora consideran que el Presidente “no sumó” a bajar la tensión en el Frente de Todos
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En 24 horas, Alberto Fernández se refirió dos veces a la feroz interna que atraviesa el Frente de Todos. Ayer, en su primer mensaje, y con frases cargadas de dramatismo, Fernández hizo una invocación a la unidad, pero también se quejó por la falta de acompañamiento a sus medidas, cargó contra “narcisismos o egoísmos” y recalcó que él era quien tomaba las decisiones. Hoy volvió a valorar la unidad y las figuras de Máximo y Cristina Kirchner, para quien incluso pidió un aplauso.
Si parte del kirchnerismo interpretó que el primer mensaje “no contribuyó a calmar las aguas” y se mostró a la espera de una medida “concreta”, más que un discurso, para recuperar el diálogo, la segunda intervención presidencial tampoco habría logrado su cometido.
“Le dio la razón a Cristina”, decían en el kirchnerismo duro. “Ella hace varios meses se lo recordó diciendo que era él quien tenía la lapicera”, agregaban en referencia a una de las últimas misivas de la vicepresidenta. “Es lo que venimos diciendo nosotros, la responsabilidad es del Presidente”, completó otro hombre cercano a La Cámpora.
“Cuando pase algo en serio habrá interpretaciones del kirchnerismo”, aseguró una fuente cercana a las filas de La Cámpora y que conoce como pocos las distintas terminales donde la organización liderada por Máximo Kirchner tiene peso. En esos espacios existe una visión compartida: lo que pasa al interior de la coalición de Gobierno es lo suficientemente serio como para que un pedido de aplauso o una valoración del mandatario cambien el curso de los hechos. “Lo que se discute es hacia dónde se va la gestión y eso no cambia por una serie de gestos o palabras”, coinciden en el ala más dura del gobierno.
“La verdad que no cayó bien, es momento de bajar la tensión en serio, con gestos concretos, no con declaraciones públicas”, opinó tras la primera intervención presidencial un dirigente con despacho en uno de los organismos con “caja” de La Cámpora. “No contribuyó a mejorar el clima”, deslizaban otros con indisimulable malestar.
En la Casa Rosada, la mayoría de las voces consultadas, tanto del albertismo como del kirchnerismo, desestimaban casi de plano la posibilidad que trascendió en los últimos días y que daba cuenta de una inminente y nueva carta de la vicepresidenta. “No va a haber una carta o la va a haber cuando se deje de hablar. Es toda una especulación ridícula, en la que la realidad indica que cuando ella las fue sacando nadie las esperaba. No va a ser ahora la excepción”, advirtió un referente del kirchnerismo.
Una fuente del albertismo evaluó que, si hubiera una nueva carta de Cristina Kirchner, “sería el remate” para la coalición. “Ya se expresó (el senador Oscar) Parrilli, también el bloque. Si ella saca una carta ahora sería la ruptura del todo”, agregó. También consideró “inexplicable” lo que sucede en la relación del kirchnerismo duro con Fernández: “Lo quisieron para candidato, pero no lo quieren para presidente”.
Un funcionario que compartió de cerca los últimos días con el Presidente asegura que lo notó “preocupado y cansado”, aunque aclaró: “Pero por el ritmo diario, la inflación y el acuerdo con el Fondo. No diferente por lo que pasa internamente, pero quizá la procesión va por dentro”.
Por estas horas, la gran pregunta en Balcarce 50 y otras terminales del oficialismo apunta a si es posible una reconciliación entre Fernández y Cristina. En ese sentido, la mira parece estar centrada en el capítulo económico, pero el escenario es por demás complejo.
La cabeza del ministro Martín Guzmán aparece en la primera línea de los apuntados por el kirchnerismo duro. Sin embargo, cerca del Presidente consideran que “no hay posibilidad de cambio”. Detallan que el mandatario “no lo va a entregar”. Lo que sigue es una larga enumeración de “caídos” en pos de la unidad. “Alberto ya entregó a [su exvocero y amigo personal, Juan Pablo] Biondi, a [el exjefe de gabinete y actual canciller] Santiago Cafiero, a [la exministra de Justicia, socia y amiga personal desde la facultad] Marcela Losardo, a [la extitular de Hábitat] María Eugenia Bielsa. Y lo siguieron volviendo loco. ¿Por qué seguiría entregando funcionarios? ¿Cuál es la moneda de cambio?”, se preguntaron cerca del Presidente. Y completaron: “¿Del otro lado qué entregaron? Amenazas de renuncia, la votación en contra [del acuerdo con el Fondo]. Es mentira que el kirchnerismo es quien más hizo por la unidad”.
En medio de las tensión y las declaraciones públicas que se suman sobre el tema, desde el kirchnerismo también están quienes creen que hay que “leer” el escenario actual en “clave 2023″, en referencia a las próximas elecciones presidenciales. Sostienen que, para entonces, al interior del oficialismo, habrá dos grupos. Los que digan “nosotros no apoyamos el acuerdo” y los que digan “nosotros llevamos el país a la catástrofe”.
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