Lo que Cristina Kirchner dijo con sus gestos en su despedida en la Plaza de Mayo

Los nervios del último día

Cristina Kirchner llegó al escenario montado en la Plaza de Mayo acaricándose el pelo, bastante cerca de su sien, como forma de canalizar sus nervios. Su primer saludo desde el escenario fue estilo "limpia parabrisas" con un brazo yendo de un lado al otro, atravesando su frontalidad, lo que significa una forma de parapetarse de lo que pueda venir. También dio la sensación de que saludaba a gente que conocía de las primeras filas, bien al estilo norteamericano. Es común: pude verlo tanto en los actos de Hillary como de Bill Clinton.

Estilo Perón

Después ocupó con decisión el atril, tomó el micrófono con su mano izquierda y dijo: "Muchas gracias compatriotas, queridos compatriotas. ¿Se escucha bien? ¿están seguros de que se escucha bien en todas partes?" Esta fue una búsqueda de empatía con el público. "Los voy a escuchar siempre", dijo. Y abrió los brazos, al mejor estilo Juan Domingo Perón. Luego hubo un barrido de faros recorriendo con su mirada a la gente. Y enseguida, su primer gesto tipo batuta, que sirve para acompañar con la mano el ritmo de las frases y darle mayor elocuencia. En ese momento dijo: "Después de tener los medios hegemónicos en contra".

También usó el gesto de la "mano en hacha", muy común para cortar o castigar a los que se mencionan. Cayeron bajo este mensaje las multinacionales y, también, las referencias a "hostigamientos permanente". También dejaba el tiempo necesario para que los militantes silben e insulten a sus "enemigos".

Referencias a Macri

"Tiene a favor (se refería al presidente electo Mauricio Macri, a quien nunca llamó por su nombre) que el presente que hereda es mucho mejor que el que teníamos nosotros". Y lo negó claramente con la cabeza, un signo de incongruencia entre lo verbal y lo gestual. Inmediatamente, habló de "que podamos gozar" y se rió de modo pícaro, cómplice con la gente.

"Llegamos al 5,4 por ciento de desocupación", dijo, y lo acompañó con la mano izquierda en gesto de batuta, bastante medida en ese momento del discurso. "Aspiro a que tengan la misma libertad de expresión que hemos tenido en estos doce años y medio. Espero una Argentina sin censuraaaaa", agregó, alargando la letra "a" final.

Todo lo que espera

Cristina enumeró una serie de cuestiones que espera de la próxima gestión. Cuando dijo: "Espero mayor grado de democracia", cruzó con sus brazos su corporalidad como parapetándose de algún posible ataque (¿sobrevuela e insinúa que puede ser víctima de una persecución judicial?) . Allí también su voz hizo su primer falsete, que deja entrever una emoción fuerte.

"Me hubiera gustado haber entregado…", dijo, al hacer referencia al no traspaso de los atributos presidenciales a Macri. Y arreciaron los silbidos. "Pero bueno, la verdad..." y miró para abajo. Usó en ese momento la mano en el gesto denominado "stop" para pedir con la palma de su mano que se detengan los insultos.

Cristina se tocó el pelo con gesto de coquetería al hablar del "presidente cautelar" y sonrió con sorna. Una vez más abrió los brazos a lo Perón extendiéndolos hacia afuera. Fue un gesto como de querer abrazar a todos en la plaza.

Su mano derecha estuvo rígida (un gesto autoritario) al decir que le dolió como argentina lo sucedido. "No lo merecimos". La gente en ese momento gritó: "Golpe de estado". Según dijo: "Todos los argentinos estamos en libertad condicional". Su tono de voz daba una sensación de angustia y demostraba la vulnerabilidad que siente la ahora ex presidenta. Entonces, hizo un ademán de empoderamiento hacia al gente. "Hay que respetar la voluntad popular". Bajó la intensidad del tono de voz.

Una caricia y miradas

Al hablar de YPF, Cristina se tocó el pelo de la manera en que se lee como "auto confort". Como felicitándose a sí misma. "Nos enroscamos en cuestiones de que si la banda…y nos pasan elefantes". Se pasó su mano derecha por detrás de la cabeza, un gesto de quien está más en el pasado que en el futuro.

Cruza su frontalidad con sus brazos cuando dice que "la dejamos desendeudada –a la economía-como nadie antes". Vuelve a los gestos batuta, que sirven para marcar y hacer énfasis en sus dichos, cuando habla de los 119 nietos recuperados.

Buscó a todos cuando dijo que puede mirar a los ojos a las Madres, a las Abuelas y también a los trabajadores. Y extendió su brazo derecho (gesto de: "Yo les doy mi poder")

Al hablar de los" jóvenes universitarios" cruzó su frontalidad e hizo gestos batuta con la mano en gesto de okey. Hace varios gestos cuando habla de los jubilados, ganaban 150 pesos, y su mano va para un lado y la mirada otro (incongruencia entre el discurso y el lenguaje no verbal).

Al cielo

Revoleó su mano izquierda para incluir "a los millones de argentinos" y señalar el cielo para hablar de los satélites, sin mirarlo.

Y también se refirió a Néstor, que ya no está. "Cuando Néstor asumió nadie tenía un mango". Y nuevamente cruzó su corporalidad con la mano izquierda, portegiéndose de supuestas amenazas. "Decían que iba a ser un chirolita o que yo lo iba a mandonear". Y al mencionarlo con su brazo izquierda señaló hacia atrás, marcando claramente hacia dónde la expresidenta tiene su pasado, de gran importancia en su presente.

"Y decirles, mis queridos compatriotas, que cada uno de ustedes, de los 42 millones de ustedes, tiene un dirigente adentro". Un final a lo Evita con el registro de voz de la que fuera en vida esposa de Perón. "Gracias por tanto amor" (segundo falsete de su voz), "gracias a todos", dijo y se abrazó con su hijo Máximo. Se tocó el pelo (gesto de estrés) y volvió como al comienzo al gesto "limpia parabrisas". Apenas bailó con la música de los Redonditos de Ricota para luego golpetear su corazón con el puño y cruzarse las manos en el pecho como una faraona egipcia.

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