Llega el canciller alemán en medio de la inquietud en la Unión Europea por el avance del Gobierno sobre la Justicia
Olaf Scholz se encontrará este sábado con el Presidente luego del reclamo en la ONU de la delegación de su país contra la Argentina por las “intimidaciones” a jueces y la falta de cobertura de vacantes
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El canciller alemán Olaf Scholz llegará a Buenos Aires mañana, dos días antes de lo previsto originalmente, como parte de una visita a Sudamérica en la que se entrevistará con Alberto Fernández y que tendrá como eje central un encuentro con el presidente de Brasil.
La estadía en la Argentina de Scholz, el sucesor de Ángela Merkel, durará menos de 24 horas y se da en un contexto de tensión evidente, luego del reclamo de la delegación alemana en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, centrado en las “presiones e intimidaciones” a los jueces e investigadores y en la necesidad de cubrir vacantes claves en el andamiaje institucional argentino.
La preocupación fue compartida, días atrás, por los Estados Unidos, a través de voceros del departamento de Estado, y se manifestó también ayer en una reunión reservada de delegados políticos de la Unión Europea, según contaron a LA NACION dos participantes de ese encuentro. Con matices, distintos delegados se mostraron en alerta ante el inicio del juicio político contra la Corte en la Cámara de Diputados y la retórica hostil que comparten el Presidente y su vice, Cristina Kirchner, condenada el mes pasado por corrupción.
El lunes, un rato después del informe del secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, en el que denunció “lawfare” y sostuvo que hay una “persecución judicial” contra la vicepresidenta, Alemania cuestionó en la ONU la injerencia política sobre el sistema judicial argentino.
“Alemania expresa su preocupación por los intentos de ejercer influencia política en el sistema de Justicia. Alemania en ese sentido recomienda que se fortalezca la independencia judicial y se proteja a jueces e investigadores ante presiones e intimidaciones. Recomienda además trabajar activamente con la oposición para cubrir los puestos vacantes en la procuración general, la Corte Suprema y la Defensoría del Pueblo”, leyó la diplomática Ann-Jasmin Krabatsch, que representó a su país en la audiencia.
Desde la delegación alemana en Buenos Aires evitaron hacer comentarios a LA NACION al respecto, horas antes de la llegada de Scholz. Pero trascendió de fuentes cercanas que no se trata, por cierto, de una casualidad y que el informe “quirúrgico” es una muestra de que el gobierno alemán sigue con atención la pelea entre el Gobierno y la Justicia.
No fue ese el único cuestionamiento internacional que recibió el Gobierno. Durante la sesión en Ginebra hubo otros dos estados que aludieron a la necesidad de garantizar la independencia judicial en la Argentina (Eslovaquia y Chile), mientras que otro -Suecia- presentó una pregunta escrita a la delegación que encabezó Pietragalla en la que aludió a “la creciente preocupación de organizaciones independientes” sobre la injerencia política en la Justicia. Bolivia fue el único país que respaldó la denuncia kirchnerista sobre el lawfare (y añadió un reclamo para liberar a la dirigente jujeña Milagro Sala).
La semana pasada, y a través de voceros del Departamento de Estado, Estados Unidos llamó a “respetar las instituciones democráticas y la separación de poderes” en el país luego de que el presidente Alberto Fernández escaló su enfrentamiento con la Corte Suprema al impulsar un juicio político en el Congreso a todos los integrantes del máximo tribunal. “Estamos al tanto de estos informes. Hacemos un llamado a todos los actores en la Argentina a respetar las instituciones democráticas y la separación de poderes”, afirmó el funcionario norteamericano.
Alerta de Human Rights Watch
La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) había alertado a principios de enero en su Informe Anual 2023 que la retórica hostil hacia los jueces por parte de las autoridades argentinas, las demoras en la designación de jueces y de otras autoridades de alto nivel -como el Procurador General o el Defensor del Pueblo- y la corrupción, presente también en el Poder Judicial, “han socavado de forma progresiva el Estado de derecho”. Tamara Taraciuk Broner, directora en funciones para las Américas de HRW, dijo a LA NACION que el impulso a un juicio político era un “gravísimo ataque a la separación de poderes”.
A ellos se suma la reunión de delegados políticos europeos, este jueves en la sede porteña de la UE, en la que distintos diplomáticos europeos coincidieron -según testigos- en que “es la República lo que está en juego” y en la importancia de “sostener la independencia del Poder Judicial” en el país.
Desde el Gobierno minimizan las críticas de Alemania en Ginebra. Y apuntan a la importancia de la reunión entre Scholz y Fernández, la tercera si se cuenta el encuentro a solas en Berlín, de abril pasado, y el de Munich, durante la reunión del G7, al que Fernández llegó como presidente pro témpore de la Celac. Destacan además que una importante delegación de empresarios acompañará al sucesor de Merkel, ansioso por reafirmar la “alianza estratégica” con la región y conseguir abastecimiento energético, limitado al máximo por su férrea oposición a la invasión ordenada por Vladimir Putin a Ucrania.
El domingo por la tarde, ya fuera del país, Scholz será recibido por el presidente de Chile, Gabriel Boric, en el Palacio de la Moneda. Será un paso previo a su encuentro del día siguiente con el presidente Lula, en el final de un paso veloz pero significativo que comenzará en Buenos Aires, lugar en el que la preocupación alemana por el ataque kirchnerista a la Corte podría formar parte de las conversaciones.
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