Ley ómnibus: Julio Cobos tuvo que retractar su voto y algunos recordaron su intervención en la 125
Después del tratamiento de un inciso de la reforma del Estado, que terminó rechazado, Cobos pidió la palabra para aclarar el sentido de su voto, diferente al que había marcado en el tablero
- 3 minutos de lectura'
La votación de la ley ómnibus en particular en la Cámara de Diputados deja muchas anécdotas. Una de ellas será, sin dudas, la de Julio Cobos, que cuando se estaba tratando un inciso referido a las facultades que el Ejecutivo podría tener para la reforma del Estado tuvo que retractar su voto. En la votación a través del sistema electrónico lo hizo a favor, pero luego pidió la palabra para aclararlo.
“Por micrófono diputado, que no se le escucha bien”, le pidió Martín Menem, el presidente de la Cámara, a Cobos. “Perdón mi voto es negativo, voté mal”, dijo el diputado. Fue después del tratamiento del Título II, el artículo 5 inciso C. Algunos votos no habían quedado claros: el de Lisandro Almirón, el de Guillermo Montenegro y el de Leopoldo Moreau. Pero allí apareció Cobos para aclarar el suyo. Él mismo se rió. También Menem. Muchos recordaron su intervención en la votación de la 125 cuando tuvo que desempatar.
Cobos era vicepresidente y titular del Senado. Había llegado al cargo acompañando en la fórmula a Cristina Kirchner en 2007. La votación era clave tanto para el gobierno como para el campo, porque modificaba el sistema de retenciones. En ese momento, Cobos, incómodo por la situación, dijo: “Pido perdón si me equivoco, que me juzgue la historia, mi voto es no positivo, es en contra”. Aquel “no positivo” quedó en la memoria del Parlamento. Fue una simple confusión.
En este caso, la votación de ese artículo en particular de la ley ómnibus obtuvo un rechazo contundente. Solo 94 votaron a favor. “Ah, votó mal, se está retractando el voto”, sostuvo Menem luego de escuchar a Cobos.
Varios traspiés del oficialismo en la ley ómnibus
Tal como publicó hoy LA NACION, en el arranque del debate en particular del megaproyecto de ley del Gobierno, el oficialismo logró aprobar un paquete de delegaciones legislativas al Poder Ejecutivo -que tendrán plazo de un año- pero tuvo un fuerte traspié al perder varias de las delegaciones solicitadas por la Casa Rosada. A instancias de los bloques dialoguistas -apoyados por el kirchnerismo- los libertarios y sus únicos aliados de Pro perdieron la posibilidad de manejar de manera discrecional los fondos fiduciarios como así también gozar de amplias atribuciones en materia energética y de seguridad.
Los libertarios también cayeron derrotados en casi todos los puntos incluidos en el crucial artículo 5 referido a la Reforma del Estado. En este clima dramático, el oficialismo pidió un cuarto intermedio en sus bancas para intentar reconducir la sesión.
“Al oficialismo le pedimos que tenga alguna cuota de flexibilidad, les encanta seguir perdiendo”, pidió el diputado Miguel Pichetto a la bancada oficialista. Luego les recomendó: “Traten de ver cómo receptar algunas propuestas y ganar. No hay que perder, hay que ganar”.
El capítulo sobre Reforma del Estado es uno de los ejes más importantes que tiene la iniciativa. Sin embargo, a instancias de los bloques dialoguistas, numerosos incisos fueron rechazados. Entre ellos, los que pretendían facultar al Poder Ejecutivo a regular y controlar en un marco regulatorio la organización interna del sector público nacional, así como a “centralizar, fusionar, transformar la tipicidad jurídica, reorganizar, disolver o suprimir total o parcialmente órganos o entidades que integran el sector público”.
Tampoco pudieron mantener en pie la facultad que pretendía arrogarse el Gobierno para suprimir facultades superpuestas; privatizar total o parcialmente empresas y sociedades del Estado; e intervenir entes y compañías del sector público nacional. Con ello, el capítulo de reforma del Estado de la “Ley de Bases” quedó prácticamente desarticulado.