Ley ómnibus: a la espera de Diputados, en el Senado se impone la incertidumbre y las miradas se posan sobre nueve “independientes”
La vicepresidenta Villarruel hizo contactos preliminares con bloques dialoguistas, pero no hay ninguna definición; el peronismo insistirá con la convocatoria al ministro de Economía, Luis Caputo
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Atentos a lo que ocurre en Diputados, pero la incertidumbre de cómo se terminará resolviendo el debate en particular del articulado de la iniciativa, en el Senado impera la expectativa de cara al tratamiento del proyecto de ley ómnibus que recién la semana próxima terminará de aprobar la Cámara baja.
De hecho, la vicepresidenta Victoria Villarruel utilizó la indefinición del debate en Diputados como carta de negociación en las conversaciones que mantuvo con los diferentes bloques legislativos en su búsqueda de apoyo antes de negar el pedido de sesión especial para rechazar el DNU 70/23 formulado por el kirchnerismo.
Ante la demora de la Cámara baja, la conducción de la Cámara alta todavía no previó ningún cronograma de tratamiento. Más aún, en algunas oficinas cercanas a la presidencia del cuerpo se especulaba con que el debate de la ley ómnibus recién podría estar comenzando, con un poco de suerte, a fines de la próxima semana.
Esto eso así porque en caso de que Diputados apruebe el proyecto a lo largo del miércoles -el debate en particular se retomará el martes-, la composición definitiva de un texto de más de 260 artículos por la Secretaría Parlamentaria podría postergar su envío al Senado al menos hasta el jueves. Recién entonces, Villarruel definiría el número de comisiones que intervendrán -podrían ser dos para apurar el trámite- y la cantidad de días que se discutirá la iniciativa.
Por lo pronto, hasta en los bloques dialoguistas sostienen que deberán desfilar por el Senado ministros y funcionarios del gobierno de Javier Milei para explicar la iniciativa. Esto demandaría, como mínimo y en el cálculo más optimista, tres días de reuniones de las comisiones en plenario.
El kirchnerismo, que se ha parado en la vereda de enfrente del gobierno libertario y no pierde oportunidad de hacerlo notar, ya se prepara para demorar todo lo posible el debate del proyecto. El jueves pasado, el jefe del bloque del Frente de Todos José Mayans (Formosa), estimó en un mínimo de dos semanas la discusión de la iniciativa en comisiones.
Como hicieron sus compañeros de la Cámara baja, Mayans adelantó que los senadores kirchneristas pedirán la presencia del ministro de Economía, Luis Caputo, que logró superar la discusión en Diputados sin tener que exponerse. Con estos factores sobre la mesa de negociación, es imposible que el proyecto pueda llegar al recinto del Senado antes de la última semana de febrero. Y para que eso ocurra, el Poder Ejecutivo deberá extender las sesiones extraordinarias, que vencen el próximo 15 del corriente.
Mayorías modulares
Otro cantar es el tema del apoyo que podría tener la iniciativa en la Cámara alta. Desde que comenzó el debate en Diputados, muchos de los bloques del Senado, sobre todo los exsocios de Juntos por el Cambio, han mantenido aceitado contacto con sus pares que discutían cambios en la otra ala del Palacio Legislativo.
Así, los radicales Maximiliano Abad (Buenos Aires), Mariana Juri (Mendoza) y Martín Lousteau siguen de cerca las discusiones que sus correligionarios de la bancada que preside Rodrigo De Loredo (Córdoba) mantienen con el Gobierno y con las otras bancadas de la Cámara baja.
Otro tanto ocurre en Pro. El jefe de bloque, Luis Juez (Córdoba), y Guadalupe Tagliaferri (Capital) se mantienen al tanto de lo que se discute en la Cámara de Diputados en contactos diarios con Cristian Ritondo, jefe de los diputados de la escudería amarilla, y Silvia Lospennato (Buenos Aires).
Esto indica que, a priori, lo que apoyen tanto la UCR como Pro en Diputados cuando se defina la letra fina del proyecto, es decir lo que se apruebe en particular, tendrá su correlato en el Senado.
Los nueve senadores clave
Algo parecido ocurriría con los bloques de fuerzas provinciales reunidos en Innovación Federal. En el Senado son tres votos: Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro) y los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut (Frente Renovador de la Concordia). Si el Gobierno nacional termina acordando con sus respectivos gobernadores, Alberto Weretilneck y Hugo Passalacqua, esos apoyos estarán asegurados.
Otro tanto ocurrirá con la neuquina Lucila Crexell, alineada con el mandatario Rolando Figueroa, y los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano, aliados del gobernador Claudio Vidal.
Por último, será clave el camino que adopte el bloque de peronistas díscolos de Unidad Federal. La cordobesa Alejandra Vigo forma parte de la corriente que lidera Juan Schiaretti, que está integrado al gobierno de Milei a través de varios funcionarios, como el titular de la Anses, Osvaldo Giordano; por lo que se descuenta que apoyará al oficialismo.
La incógnita estará en saber qué camino adoptarán el correntino Carlos Espínola, presidente de Unidad Federal, y Edgardo Kueider (Entre Ríos). Sin gobernador al cual reportar, han manifestado sus críticas a varias iniciativas del Poder Ejecutivo, como el DNU 70/23, pero tampoco están muy contentos parándose en la vereda opositora junto al kirchnerismo.
De ello podría depender, en gran medida, el éxito del proyecto en el Senado y hasta ahora nadie los ha consultado. La Casa Rosada debería tener en cuenta esto antes de que el proyecto salga de Diputados en dirección a la Cámara alta.
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