Ley ómnibus: con sorpresas en la UCR, el apoyo de los dialoguistas y gobernadores aliados fueron clave para la aprobación
Finalmente, los radicales Facundo Manes y Pablo Juliano no acompañaron el megaproyecto en la votación en general
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El gobierno de Javier Milei logró aprobar en general la ley ómnibus con el respaldo crucial de los bloques aliados en la Cámara de Diputados, pero salió debilitado de su primera batalla política en el Congreso.
Es que, tras un debate extenuante de treinta horas, que tuvo picos de alta tensión, los libertarios debieron conformarse con una victoria simbólica en la votación en general y postergar la media sanción, por la falta de consenso entre la Casa Rosada y los dialoguistas en torno al articulado de capítulos estratégicos de la ley.
En un clima de incertidumbre por el atascamiento de las complejas negociaciones para avanzar con la votación en particular, los libertarios dieron apenas un paso adelante en su intento de lograr el aval de Diputados al megaproyecto impulsado por el Presidente para desregular la economía y reforma el Estado. Sin defecciones en el bloque oficialista, que lidera Oscar Zago, Milei consiguió la aprobación de la ley con 144 votos positivos y 109 negativos. Lo hizo gracias al apoyo de Pro y la mayoría de los integrantes de las bancadas de la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal. Los diputados del kirchnerismo y la izquierda fueron los principales impulsores del rechazo.
Pero hubo sorpresas y un giro de último momento en el espacio radical que conduce Rodrigo De Loredo, ya que el médico Facundo Manes y Pablo Juliano optaron por oponerse a la ley. “Es un proyecto que reedita el ‘vamos por todo’ de Cristina Kirchner. El ‘todo o nada’ ha sido nefasto en la historia argentina”, argumentó Manes ante la consulta de LA NACION.
El neurólogo y Juliano se desmarcaron de sus compañeros de bloque. Ambos habían anticipado que votarían en contra de la delegación de facultades y las privatizaciones, ejes neurálgicos de la ley ómnibus, pese a que estaban dispuestos a acompañar en general. Esa postura giró con el correr del debate. De hecho, Manes ensayó uno de los discursos más enérgicos en rechazo del megaproyecto y optó por no convalidar la ambiciosa iniciativa que envió Milei al Congreso en el amanecer de su gestión.
Pese a que votaron en el mismo sentido que Unión por la Patria o la izquierda, Manes repite que hará oposición a Axel Kicillof en Buenos Aires y a Milei, a nivel nacional. Considera que la ley estuvo “mal parida” y que tuvo “como principal objetivo la concentración de poder, otorgarle al Presidente la suma del poder”. “La legitimidad que le da el voto popular al Ejecutivo Nacional no es un cheque en blanco ni puede significar la supresión del Congreso. La delegación de facultades atenta contra la división de poderes, esencia del sistema republicano”, explicó. Manes venían teniendo roces con De Loredo por el posicionamiento frente a Milei. Reclamaba una posición más combativa e, incluso, buscó sumar voluntades entre los radicales alineados con Gerardo Morales o Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti. No obstante, los jujeños y los representantes de Evolución Radical votaron a favor. Cerca de Manes lo atribuyen a “la presión” que habrían ejercido los gobernadores de la UCR que apuestan a preservar el vínculo político con el Presidente.
También hubo fisuras en el bloque que lidera Miguel Pichetto. Pero esas disidencias estaban previstas desde antes que arrancara la maratónica sesión. Los socialistas de Santa Fe Mónica Fein y Esteban Paulón, la cordobesa Natalia De la Sota, y Margarita Stolbizer (GEN), que había firmado un dictamen propio, se pronunciaron en contra de la “ley de bases”. En tanto, los representantes de la Coalición Cívica, de Elisa Carrió, que habían hecho objeciones en las privatizaciones y rechazan las facultades delegadas, o los cordobeses que responden al gobernador Martín Llaryora, quien presionó hasta último momento para que el Gobierno abra la puerta a negociar en el artículo del impuesto país, se expresaron a favor. Eso sí: los alfiles de la CC dejaron en reserva el tema jubilatorio antes de votar. En tanto, Jorge Ávila (Chubut) se ausentó.
Otra división se produjo en el bloque de Por Santa Cruz, del gobernador Claudio Vidal, quien desbancó al kirchnerismo en los comicios pasados tras un acuerdo con JxC. Mientras Eduardo Acevedo votó en contra, José Luis Garrido se manifestó a favor.
Con apenas 38 diputados, el oficialismo necesitó de una red de adhesiones para ganar la pelea. Fue clave el acompañamiento de los gobernadores más cercanos a la Casa Rosada, como los radicales Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) o Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut) y los mandatarios de San Juan, San Luis, Misiones, Salta, Neuquén y Río Negro. A ese grupo se sumaron los legisladores de Tucumán que responden a Osvaldo Jaldo. Se trata de Elia Fernández, Agustín Fernández y Galdys Medina, quien la semana pasada se fueron de UxP y armaron el bloque Independencia por orden del gobernador para apoyar el dictamen de mayoría.
Los gobernadores le dieron un colchón de apoyos estratégicos a Milei, pese a que presionaron hasta el filo del cierre del debate para conseguir que el Gobierno ceda y abra la puerta a acordar el reparto de recursos del impuesto PAIS o el pacto fiscal. Tampoco hubo consenso en torno a los textos de los artículos de facultades delegadas o las privatizaciones de empresas públicas, ya que la contrapropuesta del Ejecutivo no dejó conformes a los dialoguistas.
El desenlace de la batalla en Diputados se demorará hasta el martes próximo. Ahora, la Casa Rosada y la conducción del oficialismo en el Congreso enfrentan el desafío inmediato de destrabar las tratativas para garantizarse los votos para aprobar en particular los artículos medulares de la ley ómnibus. Si tiene éxito en esa misión y logra la media sanción para girar el proyecto, deberá redoblar los esfuerzos para construir una mayoría en el Senado, donde el peronismo tiene mayor poder de fuego. En la Cámara alta los libertarios tienen apenas siete senadores.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) February 2, 2024
En la previa de la votación de la ley ómnibus, Milei volvió a alterar los ánimos en el campamento de los dialoguistas. Después de que Cristian Ritondo, jefe de bloque de Pro, irrumpiera en el recinto para avisar que había acuerdo para aprobar en general y postergar la votación en particular, la cuenta de la oficina del Presidente en la red social X disparó un comunicado que cayó como un baldazo de agua fría en las bancas de HCF, la UCR o la CC. Maximiliano Ferraro, espada de Carrió en el Congreso, pidió una cuestión de privilegio para cuestionar con dureza el mensaje de Milei para presionar a los legisladores para que convaliden sus reformas. “Les pido que dejen de intervenir en otro poder del Estado desde el Twitter del Presidente para que cada uno de los 257 diputados podamos votar tranquilamente en virtud de nuestra consciencia, convicciones y acuerdos que se han votado en esta Cámara”, exclamó Ferraro. Su discurso enfervorizado generó los aplausos en las bancadas del kirchnerismo, la UCR, HCF y la izquierda. Solo los libertarios y Pro no se sumaron.
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