Lavagna y el gobernador Lifschitz sumaron a Matías Lammens a sus reuniones
Esta vez lejos de las fotos, Roberto Lavagna retomó anoche su ronda de reuniones con dirigentes de distintos espacios de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Esta vez, el exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner se corrió del lugar de anfitrión, que suele elegir, y fue recibido por Matías Lammens, el presidente de San Lorenzo que desde hace tiempo trabaja para competir por la jefatura de gobierno porteño.
A la cena en la casa del dirigente, en Palermo, se sumó el gobernador de Santa Fe, el socialista, Miguel Lifschitz, que ya había estado con Lavagna en Cariló en los primeros días de enero. También participó el diputado Marco Lavagna, que llegó con su padre, y que como Lammens, aspira a suceder a Horacio Rodríguez Larreta al frente de la ciudad.
Como ocurre cada vez que Lavagna hace un movimiento político, el encuentro se conoció horas después de terminado. Según pudo reconstruir LA NACIÓN a partir del relato de tres los comensales, fue un encuentro "muy ameno" y "distendido" que permitió una "muy buena charla" dominada por temas económicos y los pronósticos sobre lo que podría pasar en octubre.
Hubo coincidencia en la necesidad de "trabajar por un frente de unidad nacional" que incluya a peronistas, pero también a no peronistas, socialistas y referentes de la sociedad civil, como Lammens, que sean capaces de "superar" la grieta entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner .
"Si no logramos superar la grieta, el quiebre nos va a llevar al cementerio"
"Siempre es bueno conocer a gente que uno no conoce e intercambiar opiniones. Yo estoy dispuesto a dialogar con todos", aseguró Lavagna a LA NACIÓN en un breve diálogo telefónico. El exministro aprovechó para insistir en que su interés no está hoy centrado en una eventual candidatura presidencial, sino en construir "una alternativa anti grieta", una opción electoral "trasversal" que pueda ganarle tanto a Macri como a Cristina y que supere "el quiebre entre los argentinos".
"Si no logramos avanzar en ese camino, el quiebre va a llevarnos al cementerio", sentenció Lavagna. Además, ratificó que la semana próxima se reunirá con la misión del FMI que está de visita en el país y que ya se entrevistó con el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey , el exministro de Economía del kirchnerismo, Axel Kicillof . Aclaró que el encuentro fue pedido por el Fondo, aunque prefirió no revelar qué día será la cita.
La reunión de anoche reactivó las especulaciones en torno al futuro de Lavagna. "No dice voy de cabeza [ser candidato] ni todo lo contrario. Sí deja claro que quiere un frente de unidad y que no haya internas", dijo a LA NACIÓN otro de los asistentes.
Reiteró así lo que el propio Lavagna blanqueó la semana pasada: que recién en junio, cuando vence el plazo para presentar candidaturas, decidirá si se postula o no y que solo se presentaría si no debe disputar el puesto con Massa, Urtubey y Miguel Pichetto, los otros anotados en la PASO de Alternativa Federal.
Cerca de Lifschitz, que sigue convencido de que Roberto Lavagna será candidato a presidente, celebraron que el economista haya llegado a la casa de Lammens, a quien no conocía hasta anoche, con su hijo Marco. Lo interpretaron como un signo de madurez de dos dirigentes que comparten la misma ambición política en la ciudad.
El gobernador de Santa Fe y Lammens se conocen y dialogan desde hace poco más de un año y los equipos porteños del dirigente en la ciudad viajaron varias veces a Rosario para "ver y compartir experiencias de gestión". LA NACIÓN intentó comunicarse con Marco Lavagna, pero no tuvo respuesta.
Desde hace meses, Lammens trabaja para construir una fuerza porteña capaz de competir en octubre integrada por sectores que no se sientan representados ni por el kirchnerismo ni por el macrismo, en línea con lo que, a nivel nacional, busca Lavagna.
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