Laura Muñoz, la exmujer de Alejandro Vandenbroele, el supuesto testaferro del exvicepresidente Amado Boudou, participó del programa de Terapia de Noticias, por LN+, donde se refirió al reciente comunicando que exige la libertad del exfuncionario kirchnerista. "Me da mucho miedo", confesó.
"Es muy grave lo que está pasando, por supuesto que me pone nerviosa y me genera una sensación de inestabilidad y de miedo tremenda", admitió Muñoz, en relación al comunicado que emitieron organizaciones sociales, políticas, afines al kirchnerismo pidiendo la liberación de Amado Boudou.
"Yo sigo viviendo con custodia. Mi vida nunca volvió a ser la de antes y creo que no va a volver a serlo. Es una pena, pero mi prójimo, el pueblo, volvió a elegir a las mismas personas que yo denuncié y que se comprobó que eran ladrones y mafiosos. Ahora están otra vez en el poder", señaló Muñoz, testigo clave en el caso Ciccone.
Y en ese sentido, completó: "Creo que en algún momento se van a vengar. De alguna forma ya lo han hecho, porque mi vida ha pasado a ser muy violenta. Son las consecuencias de ser testigo en este país".
El exministro de Economía y exvicepresidente Amado Boudou recibió hoy el respaldo de dirigentes kirchneristas y de organizaciones sociales y de derechos humanos que cuestionaron el fallo de la Corte Suprema de Justicia y realizaron un "abrazo solidario" al Palacio de Justicia.
Organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos realizaron un "abrazo solidario" en apoyo al exvicepresidente después de que dejara firme la condena a cinco años de prisión del exfuncionario en la causa por calcográfica Ciccone. "Quieren cubrir a Cristina, sus propios delitos, ahí nadie cree lo que dice, son soldados de la reina madre", opinó Muñoz al respecto.
"A mí me dan mucha pena, sobre todo Boudou, que no puede asumir su condena. No importa lo que él crea, debe acatar lo que dice la Justicia. Lo llevó hasta las últimas consecuencias porque fue una máquina de impedir y trató de zafar de todas formas. Ya no tiene forma y debería, como exfuncionario público, cumplir su condena. Si le queda una cuota de dignidad debería hacerlo", agregó.
"Es muy inquietante vivir así. Es un déjà vu de lo que viví en el comienzo. Si no fuese por el periodismo esto no hubiese prosperado y hubiese terminado muerta o en un psiquiátrico. A los locos nadie les cree", expresó Muñóz. Y con la misma preocupación, concluyó: "Sigo siendo una persona muy vulnerable, porque el programa de testigos al que pertenezco hoy en día está dirigido por gente afín al Gobierno".
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