Las tomas de tierras, marcadas por la falta de viviendas, las estafas y el "efecto contagio"
Palos, chapas y un poco de alambre . Quizás, alguna lona o un nylon grande. No se ve más que eso en los lotes subdivididos artesanalmente en un predio del barrio Santa Cruz, en Berisso . Apenas llega a divisarse alguna precaria vivienda montada de apuro, pero en esos terrenos hay, mayormente, estructuras de chapa incompletas, que están allí para marcar presencia pero no avanzan en su construcción. Se trata de una usurpación que se desarrolló con episodios violentos y derivó en detenciones. Ese predio tiene sus dueños y fue tomado a partir del efecto contagio que generó otra ocupación, pero de vecinos estafados, en una porción de tierra lindera.
En Berisso, el déficit habitacional es una problemática compleja. Es un municipio que, según autoridades locales, necesita 10.000 viviendas más que las que tiene para paliar esa situación. Las tomas de tierras son frecuentes y las hay de distintos tipos y orígenes. El barrio Santa Cruz es una zona tensa que muestra algunas caras de esta realidad. Pueden ser personas estafadas por un vendedor que no era propietario de la tierra y que deciden subdividir lotes. Pero también pueden ser vecinos del lugar que, al ver esa situación, aprovechan la oleada y se apoderan de terrenos que tienen propietarios privados acreditados. En otros predios tomados talla la mala gestión estatal, como el caso de El Campo, que es un asentamiento de 800 familias que surgió de una toma y derivó en una mudanza frustrada.
En el cruce de 15 y 149 está el predio tomado a partir del efecto contagio que se produjo en el barrio Santa Cruz después de que -el 18 de noviembre- vecinos estafados decidieran subdividir otro terreno que estaban pagando. No hay personas en esas porciones de tierra demarcadas con palos y alambre, pero sí algunas miradas cargadas de desconfianza de un grupo de hombres que viven enfrente, cruzando 149.
"Estamos en una zona de bañados, con la cuenca del bañado Maldonado, donde se desencadenó una usurpación de tierras hace un mes. Es un área en conflicto. Es un predio privado y se han efectuado las denuncias correspondientes. Como Estado, estamos tratando de acompañar una resolución del conflicto. No se ha llegado a una solución porque es una usurpación espontánea, una ocupación a partir de otro conflicto", cuenta a LA NACION Paulo Ferreira, coordinador de Tierra y Viviendas de la Municipalidad de Berisso, con el terreno tomado y sus precarias instalaciones como telón de fondo.
En esa toma se vivieron hechos violentos, hubo personas detenidas y hay una causa judicial en marcha. "La última ocupación que tuvimos tiene que ver con una venta irregular y está esta otra parte, que está como en veremos", añade Ferreira. El grupo de usurpadores de ese predio no es homogéneo, ni tiene líderes visibles para negociar, comenta el funcionario. Las perspectivas para que este caso tenga una solución pacífica no son buenas, al menos para el funcionario. El tema está judicializado.
"Los dueños son dos señores mayores que se hicieron presentes en la comisaría con los papeles que acreditan que son los propietarios. Tienen todo para desalojar. Son todos de acá alrededor [los vecinos que tomaron y lotearon el predio]. El mismo día que agarraron esos terrenos, los estaban publicando en internet. Vinieron vecinos y nos mostraron algunos de los mensajes, como 'Cambio terreno por moto', o 'Recién agarrado'. En cambio, nosotros no vamos a vender", subraya para diferenciar situaciones Lorena Martín, una de las vecinas del barrio Santa Cruz que subdividió una parcela lindera tras ser estafada como otras personas de la barriada.
"Todo empezó comprando los terrenos a Mario Sánchez. Tengo la denuncia hecha. Saqué un préstamo de Anses y le entregué $30.000 en mano. Esto saltó porque un vecino fue al área de Tierras y esto figuraba sin dueño", relata Martín. "Hicimos reuniones vecinales. Sacamos medidas para ver qué le correspondía a cada uno. Queríamos que hubiera dueño, pero no había y fue una estafa. Algunos tienen papeles que verifican a [Víctor] Borda, otros no tienen papeles. Hay entre cinco y seis familias que, como sobraban lotes, se las llamó. Son familias que no tienen dónde vivir. Los demás tenemos la denuncia hecha", completa la mujer, que vive en el barrio Santa Cruz desde hace diez años.
Mariano Palominos, un joven de 26 años, es otro de los vecinos de este barrio que señala que fue estafado y que decidió demarcar un terreno y ocuparlo para preservarlo. "Sánchez es un campero de este barrio, de toda la vida. Antes tenía un potrero. Acá era todo campo, no había casas. Por la necesidad de cada familia, adquirimos estos lotes. Cada uno le estaba pagando su parte a Sánchez y otros a Borda. Fuimos estafados en distintos montos. Supuestamente era de él [por Sánchez], pero no terminó siendo así. Tuvimos que tomar lo nuestro por nuestros propios medios. Cuando nos pusimos todos de acuerdo con los vecinos, decidimos cada uno cuidar su parte porque puede venir cualquiera y te lo puede tomar", afirma. A poco más de una cuadra del lote que Palominos demarcó está el otro predio, el que fue usurpado y que es propiedad de privados.
Estos terrenos en conflicto están muy cerca del barrio conocido como Cotilap. Es un emprendimiento que, si bien se observa como un caserío formalmente establecido, tiene otros problemas que forman parte de la problemática de hábitat en Berisso. "Las casas están bien, pero no tienen escritura, ni servicios regulares. No pueden pagar ni las tasas municipales y esto genera otro problema para el Estado municipal, porque tenemos unas 7600 viviendas en el distrito que no pagan las tasas. No porque no quieran pagar, sino porque no existe el lote", explica Ferreira, quien remarca que ese emprendimiento inmobiliario se hizo "con la connivencia del Estado".
Hacia los fondos del barrio Santa Cruz, al lado del corralón municipal de Berisso, hay otro predio en el que se expandió una toma que crece. Al correrse la noticia de que había fallecido el dueño del lote, comenzaron las usurpaciones. Actualmente se puede ver a varias personas acondicionando el terreno, rellenando para que sus viviendas queden a resguardo en ese piso pantanoso que caracteriza a esta zona de Berisso. Un canal de desagüe cierra el predio en uno de sus límites. Entre 30 y 40 familias son las que están ubicadas en este terreno, y estaría avanzando un acuerdo con los herederos del propietario.
El funcionario a cargo del área de Tierras en Berisso, de origen brasileño y pastor evangélico, tiene un diagnóstico de la problemática de vivienda en el distrito, que gobierna Jorge Nedela, de Cambiemos: "Berisso tiene un déficit habitacional muy importante. Somos un distrito de casi 100.000 habitantes, deberíamos tener cerca de 10.000 viviendas más para suplir ese déficit. Acá se genera un tipo de ocupación más paulatina, con presencia grande de los países limítrofes, porque tenemos varias comunidades de paraguayos, peruanos, bolivianos, y también gente del interior. Es una ocupación que se da paulatinamente, pero hay momentos del año, como diciembre, que son muy candentes con este tema".
En este partido del tercer cordón del conurbano bonaerense, que tiene como vecino grande a La Plata, se mezclan distintas formas de toma de tierras. Ferreira señala que una es "la usurpación propiamente dicha, que es la gente que corta un candado o rompe un cerco, y entra a una propiedad" y asevera que, "en general, cuando pasan estas situaciones, y tuvimos varias, hay un tinte político".
En Berisso, dice el funcionario, prima "la ocupación pacífica, porque el vecindario va creciendo, y a veces hay tres o cuatro familias en un terreno que terminan viviendo en hacinamiento". Entonces, "como muy cerca de sus casas quizás hay un campo, se van dando estas ocupaciones, en tierras que no tienen ningún servicio ni aptitud técnica para ocupar". Al mismo tiempo, añade, se da "la venta irregular de tierras". Ferreira subraya que "está aquel que ocupa una parcela, la divide y la vende por $15.000, o la cambia por una moto vieja; y están aquellos que son titulares de tierras o tenedores de tierras que, al no hacer los trámites para un loteo regular, terminan haciendo una subdivisión y vendiendo".
Asentamiento en El Campo
Con un mapa del predio hecho a mano por él, Dionisio Fernandes de Olivera, brasileño de nacimiento pero residente en la Argentina desde los siete meses de vida, cuenta parte de la historia del asentamiento conocido como El Campo, donde tiene su casa desde 2013.
El Campo es un predio en el que viven alrededor de 800 familias y al que se llega por la calle 31 cuando esta arteria se cruza con 127. A diferencia de los terrenos tomados recientemente en el barrio Santa Cruz, en El Campo las viviendas, aunque precarias, están asentadas desde hace años. La toma comenzó el 15 de enero de 2012, recuerda Fernandes de Olivera, que tiene un taller de motos en su casa y agrega que, al menos en tres oportunidades, el predio estuvo al borde del desalojo.
Este barrio se denominó también Néstor Kirchner y, según cuenta el coordinador de Tierras y Viviendas de Berisso, "comenzó con usurpación, con 60 familias, que después fueron 200". Pasada la usurpación que dio origen al asentamiento, se intentó una solución para relocalizar a los habitantes, ya que el terreno en el que levantaron sus casas no es un terreno fiscal, sino privado.
"Hubo una intervención de la Nación y en 2013 se compraron tierras para una relocalización. La tierra fue mal comprada, porque se compró tierra que estaba en un conflicto judicial. Nunca se pudo trasladar a esta gente y hoy hay 800 familias viviendo en el lugar", resume el funcionario.
Los habitantes de El Campo están lejos del traslado que alguna vez se planeó para su destino y que se frustró por una mala compra de tierras por parte del Estado. Sus casas y sus calles parecen las de cualquier asentamiento consolidado del conurbano, dan la impresión de haber dejado atrás el desorden y la improvisación que pueden primar en una toma de terrenos reciente.
En cambio, en el barrio Santa Cruz todavía está latente la tensión. Según pudo relevar LA NACION al recorrer la zona, quienes dividieron terrenos en el predio privado que fue tomado como parte del efecto contagio que se apoderó de la zona están a la expectativa de poder hacerse de esos pedazos de tierra. Viven en el barrio, por eso dejaron la zona delimitada, con algunas construcciones a medio terminar y otras un poco más avanzadas.
El déficit habitacional de Berisso tiene otros tipos de expresiones, otras modalidades que se expresan en el territorio. "Está el barrio Santa Teresita, que arrancó con un loteo impulsado por el municipio. Son setenta familias. Les dieron una carpeta municipal firmada, sin servicios, sin luz, como si fuera un asentamiento pero facilitado por el Estado", puntualiza Ferreira al rememorar cómo se formó, hace años, otro de los barrios precarios de Berisso.
Ocupaciones en la precariedad: nuevos y viejos asentamientos
- Problemática frecuente. Berisso tiene varias tomas de terrenos a lo largo de todo el distrito. Algunas son recientes, como las que se desataron hace un mes en el barrio Santa Cruz, y otras están ya consolidadas como asentamientos permanentes, como el caso de El Campo (foto). La falta de viviendas en el distrito es señalada por autoridades locales como el detonante fundamental de esta situación, que es particularmente tensa en el barrio Santa Cruz. Hacia fin de año, las tomas suelen recobrar impulso.
Lorena Martín: Esta vecina denunció haber sido estafada al comprar un terreno cercano a su casa. Con otros vecinos que están en la misma situación, al enterarse de que quien les había vendido no figuraba como dueño del predio, decidieron realizar una subdivisión artesanal para preservar los lotes. "Tomamos medidas para ver qué le correspondía a cada uno. Queríamos que hubiera dueño, pero no había y fue una estafa", señaló. En un predio lindero, que tiene dueños, tras la subdivisión que hicieron estos vecinos, se produjo un "efecto contagio" y se desató una usurpación que está latente
Paulo Ferreira: Titular del área de Tierras y Viviendas de Berisso, afirmó que en el distrito hay un fuerte déficit habitacional. Dijo que, para remediarlo, se necesitan 10.000 viviendas más. "Vivimos en una zona de bañados, la cuestión técnica de la tierra en Berisso es un agravante. No nos falta tierra, nos sobra agua. Toda el agua de La Plata pasa por acá", graficó el funcionario, en diálogo con LA NACION. Hace dos meses, el municipio de Berisso presentó el Programa de Acceso al Suelo Urbano y Regularización Dominial (PASU), para intentar una mejora en el complejo escenario local en materia de hábitat
Dionisio Fernandes: Vive desde 2013 en el asentamiento conocido como El Campo, que en algún momento se llamó Néstor Kirchner. Este barrio se inició con una toma de terrenos, en 2012 y, un año después, el Estado realizó una compra de terrenos para liberar este predio y mudar a sus habitantes. Pero el traslado se frustró porque se adquirieron terrenos que estaban en conflicto judicial. Actualmente, hay 800 familias en El Campo. "El 15 de enero de 2012 se tomó este predio y se puso plata para que se pudiera hacer la mudanza", recordó este mecánico, que tiene un taller de motos en su casa