Las tarifas y Venezuela, en la agenda con Italia
ROMA.- En medio de la psicosis que estalló en Italia luego de la confirmación de dos casos sospechosos de coronavirus en esta capital, el presidente Alberto Fernández fue recibido esta tarde primero por el primer ministro, Giuseppe Conte, y más tarde por el presidente, Sergio Mattarella.
Ambos lo recibieron con guardia de honor, piquete y banda militar, en espléndidos palazzi de esta ciudad. Tal como preveía la agenda de un día agotador, primero Fernández fue recibido en el Palazzo Chigi, sede del gobierno, y luego en el Palazzo del Quirinale, sede de la presidencia, ubicado en la colina homónima, que antiguamente fue residencia veraniega de los papas.
A las dos citas Fernández llegó escoltado por policías en moto y a bordo de un impactante Maserati negro con banderita argentina, ofrecido por el Estado italiano. Fernández contó a LA NACION que tanto con el premier Conte como con Mattarella, figura institucional de gran prestigio con quien ya se había visto la semana pasada en Israel, durante la ceremonia recordatoria del Holocausto, tuvo reuniones "extraordinarias". "Italia va a acompañara a la Argentina", dijeron fuentes de la Presidencia, que detallaron que en los dos encuentros Fernández les transmitió a sus interlocutores "tranquilidad" por el plan económico puesto en marcha.
Como había adelantado en la conferencia de prensa posterior a su encuentro con el Papa, por la mañana, el primer mandatario aprovechó las dos reuniones para afianzar lazos y explicar la situación difícil que atraviesa el país, que necesita ayuda no solo de Italia, sino de toda Europa, para superar la actual crisis. "Soy europeísta, en la sociedad argentina todos bajamos de barcos venidos desde Europa, somos una sociedad que se formó con valores europeos y el vínculo con Europa es enorme, en lo cultural y en lo económico, por eso tenemos que tener aceitado el vínculo con ellos", explicó Fernández, que mañana seguirá su gira por Alemania, España y Francia. "Alberto quiere que haya un apoyo a la Argentina en bloque", sintetizaron en su entorno. Italia, la tercera economía de Europa, como otros vecinos del Viejo Continente, también tiene un lugar en el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI). Mucha agua pasó debajo del puente en los últimos años y atrás quedaron los roces posteriores al default de 2001, que damnificó a medio millón de pequeños ahorristas que habían comprado los tristemente célebres "tango-bonds". "Europa cuestionó los créditos que el FMI le dio a Macri", recordaban fuentes cercanas al Presidente, muy confiadas en el respaldo que puede tener ahora nuestro país de Italia , que tiene una de las deudas públicas más grandes del mundo, equivalente al 130% de su PBI, pero que sin embargo sobrevive como si nada pasara.
Fernández se reunió primero a solas con Conte, que se mostró muy preocupado por las crisis que viven diversos países latinoamericanos vecinos, aunque el Presidente le explicó que "no pasa lo mismo en la Argentina". También hablaron del congelamiento de las tarifas -tema que preocupa a grandes empresas italianas, como Enel, de energía-, que Fernández prometió que irá ordenando con el tiempo. Y se repasó su efecto sobre la inflación. Profesor de Derecho en la Universidad de Florencia, Conte estuvo a fines de 2018 en la Argentina en ocasión del G-20. Mattarella, de 78 años, recibió una hora más tarde a Fernández en el Palazzo del Quirinale. Según contaron, se mostró especialmente interesado en el drama venezolano y coincidió con Fernández en la necesidad de presionar a las partes para que se sienten a discutir una salida negociada.
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