La Argentina, en medio de las tensiones entre Estados Unidos y China por la pesca ilegal
La Argentina quedó aprisionada por las crecientes tensiones que se generaron entre Estados Unidos y China, las dos potencias del momento, por la pesca ilegal en el Atlántico Sur. Mientras los buques orientales son parte de la flota que opera en las aguas patagónicas, Washington quiere reafirmar su presencia en la región a través de los operativos de control. Y en el medio está el gobierno de Alberto Fernández.
Esta situación quedó en evidencia hace diez días, cuando el patrullero norteamericano USCGC Stone no realizó la actividad prevista en aguas argentinas supuestamente por razones operativas. Tal importancia cobró el tema que hoy fue parte de una conferencia de prensa que brindó la Guardia Costera de los Estados Unidos, para discutir el desarrollo de la Operación Southern Cross (Operación Cruz del Sur), para contrarrestar la pesca ilegal.
Allí se planteó que el buque Stone no vino a aguas argentinas a custodiar el comportamiento de las embarcaciones chinas por cuestiones logísticas, lo mismo que habían dicho desde Cancillería días atrás. Sin embargo, expertos en la materia aseguran que las motivaciones son políticas, y tienen que ver con las relación estrecha que el gobierno de Alberto Fernández busca mantener con Beijing.
Ante la pregunta de por qué motivos el buque USCGC Stone no atracó en el puerto de Mar del Plata, aseguraron que la profundidad no era la suficiente, pero que "estaban comprometidos con el gobierno argentino a resolver los problemas de la pesca ilegal y que esperaban realizar más acciones en conjunto".
La conferencia fue brindada por el vicealmirante Steven Poulin, comandante de la Zona Atlántica Guardia Costera de EE.UU., y David Hogan, director interino de la Oficina de Conservación Marina, Oficina de Océanos y Asuntos Científicos y Ambientales Internacionales, del Departamento de Estado de los EE. UU. Allí explicaron que la Operación Southern Cross "es parte de los esfuerzos del gobierno de los EE. UU. para construir alianzas de seguridad marítima regional y contrarrestar la pesca ilegal, no declarada y no regulada en la zona del Atlántico Sur. Durante la primera patrulla del buque Stone, la Guardia Costera de los EE. UU. trabajó en conjunto con Guyana, Brasil, Uruguay y Portugal.
Desde Cancillería habían asegurado lo mismo que el gobierno norteamericano en un intento por no escalar el asunto: que el problema era el amarre en el puerto de Mar del Plata. Sin embargo, un funcionario del Gobierno vinculado al tema admitió a LA NACION en off the record que el episodio del patrullero Stone "tuvo que ver con la presencia de los buques chinos. Es un tema que nos supera, es un tema entre China y Estados Unidos".
Lo mismo opinan expertos en el tema pesca y especialistas de la oposición: creen que hubo un disidencia entre Argentina y EEUU porque el objetivo era evitar un conflicto con China, dada la fuerte presencia de sus buques en el limite de la Zona Exclusiva Económica (ZEE).
"Por un compromiso político estratégico con China no se le quiso dar al Stone la posibilidad de estar en aguas argentinas", asegura el excanciller Jorge Faurie en diálogo con LA NACION. "Hacemos una especie de posicionamiento nacionalista frente a la primera potencia mundial (Estados Unidos), pero no frente a la segunda (China), que es quien esta depradando recursos pesqueros".
"Este episodio del buque Stone fue un gesto inamistoso e innecesario hacia los Estados Unidos, que inclina la balanza hacia nuestra relación con China", comenta quien fue el canciller de Mauricio Macri durante los dos últimos años de su gestión.
"Acá atraca la fragata Libertad que tiene 104 metros de eslora, y el buque Stone, por tener 126, no pudo atracar. No creo que sea realmente un problema de amarre, con esa eslora podría haber atracado", dicen desde la Asociación Civil de Armadores Langostineros Federales (ALFA). "Creemos que tiene que ver con las relaciones carnales que tiene este gobierno con China".
Se estima que frente a la Patagonia habrían unas 400 embarcaciones chinas, entre buques de otros países, abocadas a la depredación de calamares, producto codiciado en el país asiático. "Técnicamente estos barcos chinos se encontrarían fuera de la milla 200, pero como tenemos muy poco equipamiento de control es muy difícil ver cuando el barco entra a la zona de jurisdicción argentina", asegura Faurie.
El derrotero del buque Stone, enviado dentro de la Operación Cruz del Sur, incluyó a Brasil y a Uruguay. Cuando llegó el turno de visitar las aguas de la Argentina, a finales de enero, Cancillería rechazó la realización del operativo conjunto entre la Prefectura Naval Argentina y la Guardia Costera estadounidense. Así, el buque, que se encontraba en Montevideo listo para dirigirse a aguas nacionales, debió virar y volver hacia Estados Unidos.
El Stone no solo venía a asegurar la Zona Exclusiva Económica, sino también a vigilar las condiciones con las cuales se pesca en las aguas consideradas "libres". "Estos barcos chinos no han avalado el Convenio 188 de la OIT, sobre personal embarcado. Al no firmarlo, están ejerciendo pesca ilegal", aseguran desde ALFA. Actualmente, China ocupa el último lugar del INDNR (Pesca ilegal, no declarada y no reglamentada) que califica a los países pesqueros entre 1 (como mejor desempeño) y 5 (como peor desempeño), con un puntaje de 3.93.
"Ademas, hay especies que son autóctonas de la plataforma continental argentina, pero que migran hacia afuera de la ZEE y son capturadas. Eso también sería ilegal", concluyen desde ALFA.
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