Las razones por las que La Cámpora resolvió no responder las críticas de Alberto Fernández
Máximo Kirchner expresó en La Plata que hay que evitar “hacerle el juego a la antipolítica”; aunque no escaló la confrontación con el Presidente, las diferencias parecen irreconciliables
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“No voy a salir a contestar. No voy a hacerle el juego a la antipolítica, ni darle de comer a la oposición. Hay que discutir adentro”. En la cumbre reservada de dirigentes bonaerenses que tuvo lugar ayer en La Plata, Máximo Kirchner explicó por qué el lunes, frente al micrófono y ante una multitud en la Plaza de Mayo, calló muchas cosas y evitó confrontar personalmente con Alberto Fernández, que había tenido un discurso rimbombante en el coloquio de IDEA. El líder de La Cámpora expresó sus reclamos económicos. También le respondió a los “gordos” y los independientes de la CGT que habían pedido un lugar en el armado electoral de 2023. Pero omitió muchas opiniones políticas y sorprendió a varios funcionarios y dirigentes, que esperaban de él un embate feroz.
“Es así, los reclamos en público serán solo para que a la gente le vaya mejor, como el pedido de un aumento de suma fija que se adicione a las paritarias. Sólo discusiones reales”, reconoció una importante figura de La Cámpora al tanto de la línea que bajó el líder de la organización.
Que Máximo Kirchner cuidara el libreto durante el Día de la Lealtad no significa que el kirchnerismo esté en buenos términos con Fernández. Por el contrario, el clima interno es denso y las diferencias de fondo de cara al año electoral son profundas, al punto de que muchos creen que está en riesgo la unidad. Un importante funcionario bonaerense consideró en los últimos días que, una eventual suspensión de las PASO, no sólo complica a Juntos por el Cambio sino que también pondría en tela de juicio la unión del peronismo. Y otro dirigente de interlocución directa con Máximo Kirchner diagnosticó que el Frente de Todos “está en descomposición” y que, tarde o temprano, el kirchnerismo “va a cortar en pedacitos Alberto Fernández”.
Aunque hay posturas irreconciliables (el Presidente no se habla ni Cristina, ni con su hijo), en La Cámpora optaron por no responderle a Fernández por sus dichos del último viernes. Ese día, el jefe de Estado les preguntó a los hombres de negocios “si alguien les pidió un centavo para hacer obra pública”. La pregunta retórica -un bombazo en el marco del juicio de Vialidad- había sido precedida por una férrea defensa de su gestión económica. Fernández mostró que la economía creció tres años consecutivos en su mandato, mientras que en el período de Cristina había tenido subidas y bajadas. Un hombre de confianza del primer mandatario aseguró que hubo una mala interpretación de los dichos del Presidente y que en todo momento Fernández aludió a Mauricio Macri. “El que pedía un 1% del patrimonio a los empresarios para la campaña era Macri, a eso se refirió”, enfatizó.
Provocación
En el kirchnerismo, no obstante, vieron una provocación en el discurso de IDEA. “La estigmatización de la corrupción la tenemos nosotros”, reconoció un funcionario K. Lo mismo había pasado cuando trascendió públicamente que Fernández eligió a las nuevas tres ministras sin consultar a la vicepresidenta. “Ataca al kirchnerismo que fue el que le dio el poder. Nosotros estamos siendo muy cuidadosos”, dijo a LA NACION un integrante de la agrupación de Máximo Kirchner.
En el campamento que se referencia en Cristina Kirchner genera irritación cualquier movimiento que pueda ser considerado una operación en su contra. Uno de los presentes en la reunión del peronismo bonaerense que tuvo lugar en la residencia del gobernador en La Plata consideró: “Máximo nos dio a entender que, si él quiere, también puede hablar de muchas cosas pero que no quería replicarle ni a la CGT, ni a Alberto”. A los popes sindicales, no obstante, el hijo de la vicepresidenta le dedicó un párrafo de su discurso cuando dijo que “el desafío por delante no es ver quién tiene lugar en las listas”.
Hubo, sin embargo, contactos entre el campamento kirchnerista y la Casa Rosada en los últimos días. Un funcionario de extrema confianza de Alberto Fernández habló el jueves pasado con Andrés “Cuervo” Larroque, habitual vocero del descontento del kirchnerismo. Parados en la explanada de la casa de gobierno, el funcionario le aseguró que el Presidente no quiso alardear de su autonomía cuando definió los nombres de las nuevas tres ministras sin llamar a Cristina, como reflejó la prensa. Este martes, Larroque volvió a Balcarce 50. Subió por la escalera que utilizan los empleados y se reunió con el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, durante 45 minutos. “Siempre hay intentos para bajar la espuma”, aseguró un alto funcionario nacional a LA NACION.
Otro funcionario de las filas de La Cámpora, por su parte, acotó: “Está muy mal visto ser el que promueve la pelea interna. Nuestros votantes hoy nos piden que ganemos, y si vos te peleas públicamente colaborás con la oposición”.
Cristina Kirchner, en tanto, no se expresó durante los últimos días, ni siquiera en ocasión del Día de la Lealtad. En los últimos días solo dejó conocer parte de su agenda de reuniones en el Senado.
Un colaborador de un funcionario kirchnerista consideró: “La Cámpora no se trenzó con Alberto porque lo considera un muerto político, le daban pelea cuando veían luz al final del camino. Probablemente se la van a cobrar más adelante, no ahora”.
El kirchnerismo viene acumulando rencores con el Presidente. Al reclamo por medidas económicas que refuercen los ingresos de los sectores formales e informales se suma la rispidez que genera que Fernández le haya manifestado a los popes de la CGT que él quiere sostener las PASO porque cree que, tras 20 años de kirchnerismo, es hora de pasar a otra etapa en el peronismo.
En la cumbre de dirigentes bonaerenses -donde el gobernador Axel Kicillof buscó apoyo a su proyecto de reelección y el PJ se propuso blindar la provincia en 2023- los hombres fuertes del conurbano (funcionarios, intendentes y dirigentes) se propusieron resucitar la mesa de conducción del Frente de Todos provincial. Expresaron, a su vez, su impaciencia por la ausencia de una convocatoria de parte de Fernández -que es presidente del PJ Nacional- para comenzar a ordenar la discusión interna del peronismo de cara a año electoral.
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