Las razones del malestar de los movimientos sociales aliados por la Tarjeta Alimentar
Además de no estar de acuerdo con el programa, los dirigentes sociales que integran las filas oficialistas no fueron advertidos de la ampliación millonaria que Fernández realizó el viernes pasado
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En lo que pareció un acuerdo consensuado durante la segunda reunión de la Mesa Contra el Hambre, el presidente Alberto Fernández anunció el viernes pasado una ampliación millonaria de la Tarjeta Alimentar. Sin embargo, la decisión del mandatario despertó inusuales críticas por parte de los dirigentes sociales aliados, quienes no solo fustigaron la medida, ya que consideran que no resuelve la problemática de fondo, sino que además cuestionaron quedar relegados en el debate.
Haberse enterado de la nueva inversión durante el acto y de la boca del Presidente potenció de alguna manera el malestar que genera esta salida “asistencialista”, como la calificaron los referentes de los movimientos sociales más cercanos al Gobierno -entre ellos Emilio Pérsico, del Movimiento Evita, y Juan Grabois, del Movimiento de Trabajadores Exlcuidos (MTE)-. A pesar de que el canal de diálogo se reanudó, las aguas siguen embravecidas en los ministerios de Economía y de Desarrollo Social, dos carteras donde los dirigentes sociales suelen golpear puertas.
Desde las organizaciones sociales que confluyen en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) sienten haber sido involucradas en un anuncio que no solo iba en contra de lo que reclamaban -había expectativas sobre una medida en lo relativo a programas de trabajo-, sino que tampoco conocían los planes de Fernández. Ni siquiera estaban enterados de que la Tarjeta Alimentar alcanzaría a madres y padres con hijos de hasta 14 años aquellos funcionarios con raíces en las agrupaciones que nutren las filas del Ministerio de Desarrollo Social.
“Están locos estos”, fue la expresión de un altísimo referente consultado por LA NACION en cuanto al acto del Presidente.
“Nos enteramos en el momento del anuncio”
Desde la secretaría de Políticas de Integración y Formación que conduce, el referente de Barrios de Pie-Somos Daniel Menéndez confirmó el desconcierto: “Los movimientos no sabíamos, nos enteramos en el momento del anuncio”. Idéntica frase se repitió entre otros de sus pares integrantes de la UTEP consultados por este medio.
“Por lo que yo sé, a nadie de las áreas vinculadas a desarrollo humano, ni a la seguridad social, ni a la política alimentaria, ni siquiera les contaron. Así no se conduce un espacio para buscar una síntesis”, adhirió, por su parte, Grabois. Un dirigente deslizó que funcionarios que ocuparon el estrado durante el encuentro tampoco se encontraban anoticiados y varios pusieron en duda, incluso, que la presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, supiera lo que se iba a transmitir. No obstante, desde el entorno de la funcionaria afirmaron a LA NACION que ella sí conocía los detalles, ya que el anuncio se trabajó “durante varias reuniones” con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Los referentes sociales que integran la estructura gubernamental se mostraron menos vehementes con el enojo, en relación con aquellos que no tienen cargos formales, debido a que remarcaron -a pesar del descontento- que se debe contemplar la situación de pandemia y auguraron una complementariedad con otros anuncios para el sector. “No es que no hay una contemplación de los movimientos”, aclararon.
Desde afuera, sin embargo, las fuentes consultadas puntualizaron en la figura del secretario general de la UTEP, Esteban “Gringo” Castro, quien se conectó al acto virtualmente y cuya imagen fue destacada durante el anuncio, al ser proyectada en una de las pantallas más visibles. “Es preciso hacer esfuerzos en la asistencia, pero profundizar el esfuerzo en generar trabajo, salir adelante con trabajo”, anticipó Castro, como una premonición, en sus palabras. Aún no sabía lo que se vendría.
“El Gringo fue convocado a la Mesa del Hambre, sabiendo que estamos en desacuerdo con la política de la Tarjeta Alimentar. Te invitan a un anuncio que no se sabe de qué se trata, es un destrato”, remarcó, con una espontánea redundancia, un dirigente del Movimiento Evita cercano a Castro.
“La decisión la toma Fernández”
Con las tensiones ya en la mesa, hasta se barajó la posibilidad de que el propio ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, no estuviese enterado del anuncio que hizo el Presidente y del que participó. Ello fue categóricamente desmentido por sus voceros, quienes remarcaron que se evaluaron distintas medidas y que, la semana pasada, se decidió invertir 250.000 millones de pesos durante este año en la Tarjeta Alimentar.
“Arroyo habla todo el tiempo con Fernández”, aseguraron desde la cartera donde coexisten identidades múltiples e intentaron restarle relevancia a las internas, despegándose a su vez de la resolución final: “La decisión la toma Alberto Fernández, que indica adónde va la plata”.
Uno de los referentes de peso en la UTEP consultado por LA NACION resumió la percepción que arrastran desde el viernes en el sector piquetero: “Ellos sabían que no estábamos de acuerdo con la Tarjeta Alimentar como elemento rector de la política social y no lo plantearon antes, entonces se abrió un canal para expresar estas diferencias hacia afuera”.
Una reacción inesperada
Pero algunas voces contaron que esa trascendencia mediática de las disidencias no le cayó nada bien al presidente Fernández, quien tenía pensado dar un golpe de impacto con la inyección de recursos a los argentinos más desprotegidos. “El Gobierno está muy débil, la situación es jodida. A Alberto no le habría hecho ni medio de gracia”, narró un importante dirigente social. En una nota publicada ayer por LA NACION, desde la Casa Rosada remarcaron como “lo mejor que se podía hacer” el anuncio del viernes.
“Pensaron que nos la íbamos a comer, no habían tenido en carpeta esa reacción”, comentó otro alto mando de la UTEP y agregó: “Por eso estuvo el planteo, es parte del vuelto por no ser contemplados en la decisión y perder esa discusión”. En ese sentido, Grabois sostuvo a LA NACION que la política “siempre utiliza” a los movimientos sociales. “Daremos un salto de calidad cuando no nos usen más”, sintetizó el dirigente cercano al papa Francisco -única cuenta a la que sigue en Twitter- que fue nombrado a fines de abril como miembro del “ministerio social” del Vaticano.
Que bajen las aguas
A pesar de las fricciones, Grabois admitió que el 90% de las organizaciones piqueteras prefiere a Fernández por sobre la administración de Mauricio Macri. “El apoyo a este gobierno y al Frente de Todos va a seguir, no vamos a hacer otro partido político. Dentro de lo que hay, es lo mejor”, aseguró, de acuerdo con el resto de los socios del Gobierno que, a pesar de los desencuentros que emanan de la gestión, saben que la coalición es la clave para mantenerse en el poder; y en sintonía, también, con otros dirigentes sociales que admitieron para LA NACION que “seguirán conviviendo”.
De todas formas, el líder del MTE reveló cuán hondo caló la discusión por la Tarjeta Alimentar y la falta de discusión previa, por la que responsabilizó al Presidente. “Esta decisión clausuró las expectativas de que sea un gobierno de transformación. Le pido a Alberto Fernández que al menos empate los números de pobreza de Macri”, concluyó Grabois. El referente de Juntos por el Cambio finalizó su presidencia con 40,8% de los argentinos bajo la línea de pobreza, según la Universidad Católica Argentina (UCA), y hasta diciembre del año pasado ese número ascendió a 44,2%.
“Hay que esperar un par de días, para que bajen las aguas”, pidió esperanzado un funcionario que ocupa un área de Desarrollo Social.
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