Las razones de Cristina Kirchner para elegir a De Pedro, un kirchnerista puro
La vicepresidenta optó por un soldado fiel para intentar ponerle fin a la discusión acerca de quién manda en el peronismo, dado que no se pudo evitar la PASO; para el kirchnerismo era difícil digerir la variante Massa
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Nunca lo había hecho. Hasta acá, cuando Cristina tuvo que elegir candidatos a presidente que no fueran de apellido Kirchner, siempre echó mano de nombres más moderados y menos identificados con su núcleo duro. Pero esta vez, la vicepresidenta optó por dar la batalla electoral con un K puro, un soldado fiel a ella.
Cristina Kirchner eligió a Eduardo De Pedro -el “hijo de la generación diezmada”- como candidato presidencial. Lo hizo, en parte, condicionada por el escenario de internas que empujó Daniel Scioli. El embajador en Brasil no se amedrentó hasta ahora ante las presiones políticas de intendentes, gobernadores y partidos políticos oficialistas que intentaron desalentar su participación. Con “Wado” como heredero, la vice intentará ponerle fin a la discusión interna acerca de quién manda en el peronismo y ratificar la hegemonía del kirchnerismo.
El ministro del Interior aprovechará haber sido el funcionario que le tiró flechas a Alberto Fernández desde el interior de la Casa Rosada para diferenciarse de su gestión, que llega a su tramo final con una pésima imagen. Por eso, el kirchnerismo se viene ocupando de machacar que, detrás de Scioli, está la mano del Presidente, aunque en el sciolismo lo nieguen sistemáticamente.
De Pedro carga, como factor en contra, su falta de conocimiento y su escaso potencial electoral en las encuestas. Por eso, la vicepresidenta lo dejó que comenzara a caminar con el traje de presidenciable desde hace ya muchas semanas, para que acumulara políticamente solo antes de que llegara su espaldarazo. Se quemaron los manuales K que llevan como máxima el “factor sorpresa”.
La exigencia de los gobernadores y los intendentes para que hubiera lista de unidad parecía potenciar a Sergio Massa, principal abanderado de la fórmula única. Pero eso no logró cristalizarse en la práctica. Hubiera sido inviable una interna entre el líder del Frente Renovador y el exembajador en Brasil, porque ambos arrastran una enemistad visceral de larguísima data. El kirchnerismo no podía terminar licuado detrás de esa guerra campal.
A De Pedro, en cambio, le había tocado en los últimos meses ser la voz K a favor de las PASO. En definitiva, esa era la hipótesis que más le convenía para graduarse como candidato presidencial. El ministro del Interior necesita juntar pergaminos, por eso ahora el kirchnerismo le pondrá todo el aparato para apalancarlo. Si llega a ganar la interna, podrá erigirse como el depositario del “trasvasamiento generacional” que necesita su sector, con una Cristina que prescindió de participar, al menos, en este turno electoral.
“Ganar las PASO del peronismo le daría el volumen político necesario. Pase lo que pase después, es todo ganancia”, decían sus colaboradores en los últimos días.
Wado consolidó en el último tiempo el respaldo cerrado de los partidos de “Unidad Ciudadana”, el ecosistema de partidos kirchneristas. Para esos sectores, hubiera sido muy difícil digerir una candidatura de Massa. Además, De Pedro neutraliza a Juan Grabois, que se mostraba intransigente con la idea de que se postule al ministro de Economía y que probablemente desista de participar.
Dossier
En el precomando de campaña que De Pedro montó en la calle Estados Unidos al 700 vienen haciendo esfuerzos denodados por demostrar que el ministro tiene potencial electoral, pese a que todavía lidia con un alto nivel de desconocimiento. En los últimos días hicieron circular un dossier con 16 “argumentos” acerca de por qué el ministro es un “buen candidato”.
Entre otras cosas, el PDF indica que tiene mejor imagen que otros referentes y que el desconocimiento “es una oportunidad para seguir creciendo”. Además, asegura que puede “absorber” a buena parte del electorado de Massa. “Hay datos para pensar que sería capaz de absorber prácticamente todo el electorado que votaría por SM (el 91,9% tiene imagen positiva de Wado)”, dice el escrito elaborado en el búnker del ministro.
Además apunta a que “es el candidato con mejor historia de superación”. “Es bien considerado por sectores empresarios, gobiernos extranjeros y distintos credos religiosos que usualmente tienen una mirada distante y/o negativa de nuestro espacio”, agrega. El ministro viene haciendo esfuerzos por derribar el muro que el kirchnerismo construyó con el establishment.
Cristina, en tanto, eligió como candidato a vicepresidente a Juan Manzur. Antes lo había seleccionado como jefe de Gabinete, un puesto en el que el tucumano jamás pudo lucirse. Tucumán es el sexto distrito si se tiene en cuenta el padrón electoral y el peronismo viene de una victoria clave con la elección de Osvaldo Jaldo. Además, Manzur es conocido en los Estados Unidos, un claro déficit del kirchnerismo.
Para el relato de la vice, en tanto, el tucumano sufrió como ella la proscripción judicial con el fallo de la Corte que le impidió presentarse como candidato a vicegobernador en el último minuto. La presencia de una mujer en la fórmula, está visto, dejó de ser una prioridad.
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