Debate presidencial: las posturas de Javier Milei y Sergio Massa sobre seis temas centrales
Cuáles son los ejes de las propuestas de los dos candidatos sobre economía, seguridad, rol del Estado, gobernabilidad, política exterior y Justicia
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El próximo domingo, Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza y el ministro de Economía, Sergio Massa, postulante presidencial por el oficialismo, estarán frente a frente en el segundo balotaje celebrado en la historia del país y le pondrán punto final al largo recorrido electoral de 2023, que con el calendario de las provincias desacoplado, comenzó a correr tempranamente en febrero con las PASO que se celebraron en La Pampa. En la previa del debate, y a una semana del último capítulo electoral, un recorrido por seis de los principales ejes de campaña: continuidades, giros, moderaciones y tensiones.
Economía
Massa: llega al balotaje con alarmantes números sobre sus hombros. Desde su rol de ministro mostró más aptitudes políticas que económicas: logró, primero, imponer su candidatura, y luego, al mando ya de todas las palancas, soslayar su responsabilidad sobre la actual marcha de la economía y, con un sinfín de medidas, mitigar el impacto de la crisis en la antesala de las elecciones. Tiene un nombre para la cartera que actualmente dirige que, en tren de su propuesta de “unidad nacional”, sería de otro partido, de la misma manera que la mitad del directorio del Banco Central. Se supone que apuesta a un reformismo más gradualista que su rival. No está claro que en su espacio haya consenso interno sobre el FMI y el recorte del déficit fiscal.
Milei: la dolarización y la eliminación del Banco Central, dos de sus principales propuestas de campaña, no fueron descartadas, pero sí matizadas por momentos. La idea de una “estabilización” se impuso por sobre la dolarización tras su acuerdo con Macri y Bullrich –que no pregonaba un cambio de moneda y juzgaba como irrealizables muchas de sus propuestas- pero después lo ratificó. Ahora, la prioridad pasa por solucionar el “problema de las Leliqs”. El “implacable” ajuste fiscal -cuyo costo, dice, caería sobre la política- es otra de las patas fuertes de su plan. Ante el temor que generó la idea de un fuerte recorte en los subsidios, en sus últimas intervenciones habló de distintos esquemas para graduar su impacto social.
El rol del Estado
Massa: El rol del Estado se convirtió en un eje central en el último tramo de la campaña de Massa, que buscó contrastar su línea discursiva con la de Milei. Contra el repliegue estatal que pregona el libertario, el ministro apuntó a instalar la idea de un Estado “presente y eficiente”, que garantice todo aquello que su rival “pondría” en riesgo: la gratuidad en la salud y en la educación, la protección social (jubilaciones y planes sociales) y la seguridad, principalmente. Acompañó ese hilo discursivo con una catarata de medidas para amplios sectores socio-económicos. Algunos consultores estimaron en casi dos puntos del PBI los costos de las iniciativas que inevitablemente, aseguran, agravará la situación económica en el mediano plazo.
Milei: es, junto con la economía, el ámbito donde más rupturista se propone ser. Habló varias veces de “sacarle el pie de encima a los privados” e imagina un rol acotado del Estado, en línea con su pensamiento ultraliberal. Choca con una corriente mayoritaria de la sociedad que se siente identificada con la salud y la educación pública y gratuita, por lo que debió mitigar sus propuestas más agresivas. Sí encuentra consenso en reducir los planes sociales, el ítem más resistido socialmente. Uno de sus primeros proyectos sería una ley integral de reforma del Estado, que también incluiría una fuerte reducción en la cantidad de ministerios para llevarlo a ocho. Busca dar una señal en línea con su mensaje anti casta.
Política Exterior
Massa: los voceros del área contraponen el “pragmatismo” de Massa al “ideologismo” de Milei en política internacional, destacando la importancia de los socios comerciales con los que el libertario pretende romper relaciones. En este rubro, el “pragmático” Massa -que cuenta desde hace largos años con interlocutores en los Estados Unidos- representaría, a priori, un viraje con respecto a las posturas más duras del kirchnerismo en el plano geopolítico. Se enfriarían las relaciones con Venezuela, Cuba y Nicaragua. Probablemente también con Irán. Lula da Silva sería uno de sus principales aliados. Massa también cultivó vínculos con China, país con el que negoció la ampliación del swap de monedas que le permitió pagarle al FMI.
Milei: la falta de organicidad y los “libres pensadores” de su espacio contrarrestaron los intentos por moderar su prédica. Poco después de que Alberto Benegas Lynch propusiera romper relaciones diplomáticas con el Vaticano en el cierre de campaña, Milei -que también tuvo fuertes embates contra el Papa- se mostró dispuesto a viajar Roma “si eso hace al bienestar de los argentinos”, justificó. Con todo, rompería relaciones con China y Brasil -tildó a Lula de Silva de comunista-, dos importantes socios comerciales del país. Sus aliados serían los Estados Unidos, Israel -trasladaría la embajada a Jerusalén- y el “mundo libre”. Sin renunciar a la soberanía sobre las islas Malvinas, hizo hincapié en la “autodeterminación” de los isleños.
Seguridad
Massa: la inseguridad surge como una de las preocupaciones centrales del electorado en las encuestas. El ministro buscó volver a izar una de sus banderas históricas al reconectar con su gestión en Tigre: aspira a “escalar” lo hecho en su comarca política con un celoso sistema de monitoreo. Con eje en la “prevención”, lanzó hace pocos días un programa para dotar con un sistema de “cámaras, satélites y fibra óptica” a más de 140 ciudades. “Lo hice en Tigre y lo voy a hacer en Rosario”, sostuvo en su paso por la ciudad santafecina. Recientemente, le pidió a la Justicia un compromiso para que no “libere y libere”. Con Massa como candidato, la inseguridad terminó por permear en un oficialismo históricamente esquivo a la problemática.
Milei: con 47 puntos, es la materia más extensa en su plataforma electoral. Sin embargo, sus propuestas en este rubro no ocuparon un lugar central en la campaña de la LLA. Milei se expresó contra el “zaffaronismo”, defendiendo la doctrina de “el que las hace las paga”. Eliminar los salarios de los presos, es una de las muchas propuestas que se delinean en la plataforma. El libertario dijo que estaría “encantado” de contar con su nueva aliada Bullrich como ministra de seguridad, un dominio que estuvo asociado a su compañera de fórmula, Victoria Villaruel. La libre portación de armas, rechazada mayoritariamente por el electorado en las encuestas, fue una de las controversias que sobrevoló la campaña del libertario.
Gobernabilidad
Massa: después de las elecciones generales, en clave netamente electoral, cobró fuerza la idea de un gobierno de “unidad nacional” y en un guiño a los radicales, Massa no perdió oportunidad de revalorizar la figura de Raúl Alfonsín. A su vez, aseguró que convocaría a “los Monzó” (por Emilio) y a “los Pichetto” (por Miguel) para un eventual gobierno y que la mitad del directorio del (BC) estará en manos de la oposición. En el Senado, UP quedaría a 6 senadores de los 37 que se necesitan para tener quorum propio, aunque se acercaría más con sus bloques aliados habituales. En Diputados esa brecha se estira y la negociación parlamentaria se impone para el oficialismo. Massa contaría con el respaldo de 9 gobernadores provinciales.
Milei: sin gobernadores propios ni mayoría en ninguna de las cámaras, la viabilidad de algunas de sus propuestas parece ponerse en duda. Durante buena parte de la campaña, aseguró que podía impulsar parte de su agenda reformista a través de plebiscitos. El acercamiento al ala dura de JxC -que le aportaría nombres y experiencia en los gabinetes- y la previa inclusión de Guillermo Francos, virtual ministerio del Interior –que hace tiempo activó conversaciones con gobernadores-, le confirieron otra impronta a un armado político flaco. LLA quedaría con 39 diputados y 7 senadores, un número que podría haber estirado si hubiera contado con las nóminas completas en todas la provincias.
Justicia y Derechos Humanos
Massa: el juicio a la Corte, impulsado por el kirchnerismo, es uno de los temas que más lo incomodó en el último tramo de una campaña revestida con una impronta “institucionalista”. Se pronunció en contra pero dejó que sus diputados dieran número en la comisión; aseguró que no leyó ni conoce las acusaciones o los fundamentos, pero sostuvo que no era el “momento” para discutir el comportamiento de los supremos jueces. Los DDHH fueron una de las caras del eje “democracia versus autoritarismo” que buscó instalar el oficialismo, apuntando principalmente contra Victoria Villaruel que evita condenar la última dictadura. Massa llamó a cuidar el “legado de Memoria, Verdad y Justicia”, aunque nunca fue un tema central para él.
Milei: en línea con su discurso “anticasta”, el candidato apunta a iniciar una despolitización de la Justicia, acentuando su independencia a partir de partidas presupuestarias que no estén “contaminadas” con la política, es decir, una asignación que no deba ser mediada ni por el gabinete ni por el Congreso. La Justicia es una de las esferas públicas que no ha recibido los dardos discursivos del candidato de la LLA, que, a su vez, ha señalado la necesidad de ocupar los cargos vacantes para acelerar sus tiempos. Sin grandes referentes en el área, sería una de las carteras en las que la influencia del expresidente Mauricio Macri pudiera ser decisiva. Mencionó al abogado Mariano Cúneo Libarona como su referente en el tema.
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