Las oficinas de México, un sello de autonomía
Fernández consolida su propio espacio conun búnker en San Telmo
Además de la crisis financiera, la devaluación y las idas y venidas de Mauricio Macri, la primera semana posterior a las PASO consolidó otra división que habla de la construcción política del Frente de Todos.
Alberto Fernández se asentó definitivamente en "las oficinas de México", como las llaman en su entorno, su búnker en pleno San Telmo, y Cristina Kirchner ratificó que el Instituto Patria, en el petit hotel de la calle Rodríguez Peña, a metros del Congreso, es su centro de operaciones. Cada uno por su lado. Como en la campaña que tienen por delante.
El estreno público del comando de México 337 fue para el café con el que Alberto Fernández invitó a Sergio Massa por TV, cuando faltaban horas para el cierre de alianzas y el acuerdo entre ambos estaba todavía en veremos. Hace apenas dos meses.
Con aquella cumbre, las oficinas de México quedaron oficializadas como el centro de campaña de Fernández. Pero esta semana, con el 47% de los votos encima, el candidato a presidente por el Frente de Todos convirtió el búnker en la manifestación física de su armado político propio e independiente del de Cristina Kirchner: el edificio de San Telmo como otra forma de reforzar un perfil propio y contracara del Instituto Patria, donde anida el kirchnerismo más puro, el cristinismo fiel.
El ingreso a las oficinas de México es angosto. Además de un par de sillones blancos, como única decoración, hay una foto afiche de Alberto y Cristina abrazada a una niña vestida de rosa. Es enorme. La imagen es del 25 de mayo, una semana después de la unción del exjefe de Gabinete como candidato a presidente y uno de los dos actos que Fernández y Cristina compartieron, al comienzo y en el cierre de la campaña, los dos en Merlo.
En México 337, además de Fernández, tienen oficina su jefe de campaña, Santiago Cafiero; el candidato a legislador porteño Claudio Ferreño, y Juan Manuel Olmos, pata porteña del armado del candidato.
Fernández estuvo en el Instituto Patria solo el lunes pasado, menos de 24 horas después del triunfo de las PASO. Fue el reencuentro con Cristina, luego de que la expresidenta viajara a Río Gallegos para votar. También fueron convocados Axel Kicillof y Matías Lammens, quien -aunque había visto a Cristina en Rosario- la conoció ese día. También estaban Máximo Kirchner y Eduardo "Wado" de Pedro. Pasó Carlos Zannini y su presencia no le cayó nada bien a Alberto, que no ocultó su malestar. La visita del exsecretario legal y técnico de Cristina duró poco.
El resto de la semana, Fernández atendió en la calle México. Por el despacho desfilaron los gobernadores de San Juan, Sergio Uñac, y de Catamarca, Lucía Corpacci, y los mandatarios electos de Santa Fe, Omar Perotti, y de Misiones, Oscar Herrera Ahuad. También pasaron el candidato a senador nacional por Chaco Jorge Capitanich, quien en realidad aspira a gobernar otra vez su provincia, y los candidatos a intendente de Mar del Plata, Fernanda Raverta; de Bahía Blanca, Santiago Susbielles; de Neuquén, Marcelo Zúñiga, y de Bariloche, Daniel Natapoff. También pasaron los empresarios Marcos Galperin y Martín Cabrales.
"Nada está muy armado de antemano. Lo llaman por teléfono [a Fernández] y vienen", describió a LA NACION uno de los colaboradores del candidato.
Más allá de las oficinas, el edificio no tiene un ambiente grande para reunir a grandes grupos. De hecho, cuando convocó a los gobernadores, al comienzo de la campaña, los recibió allí, pero enseguida cruzaron a un salón de eventos ubicado justo enfrente. El alquiler corre por cuenta de Parte, el partido de Fernández, y está pactado hasta diciembre. Para entonces, el candidato sabrá si debe o no mudarse a la Casa Rosada.