Las internas gremiales vigentes, entre la CTA, Pablo Moyano y "la zurda loca"
El triunvirato enfrenta la resistencia del camionero y de los gremios que quedaron fuera de la CGT
La reunificación de la CGT no apaciguó las internas que aún hierven en el sindicalismo. Puertas adentro, la tensión guía el vínculo entre el triunvirato de mando y el camionero Pablo Moyano, que está cada vez más relegado en la toma de decisiones de la central.
Puertas afuera, hay dos frentes de conflicto. El primero es con el grupo de gremios que cuestiona la representatividad y legalidad de la nueva cúpula cegetista y que se opone a la alianza con los movimientos sociales y de piqueteros. El otro es con las dos vertientes de la CTA por sus diferencias de raíz, potenciadas ahora tras la cancelación de lo que iba a ser el primer paro de la CGT contra Mauricio Macri.
El triunvirato de mando de la CGT, sin embargo, le baja el tono a las disputas. Juan Carlos Schmid, el hombre que sentó el moyanismo en la cúpula, intercedió para evitar la renuncia de Pablo Moyano, molesto con sus colegas porque no se avanzó en una protesta en contra del Gobierno.
Schmid y el hijo de Hugo Moyano hablaron cara a cara. "Camioneros va a seguir estando en la CGT y Pablo va a seguir con nosotros. Lo que algunos ven como una fisura o una contradicción, yo lo veo como un enriquecimiento. Sería horrible que todos dijéremos que sí a todo", puso paños fríos Schmid. Así y todo, Pablo Moyano se ausentó sin aviso de la última reunión de consejo directivo, hace dos semanas.
La otra pelea que está escalando es que con los gremios que se quedaron afuera de la CGT unificada. El 22 de agosto pasado, cuando se selló la reunificación, votaron 1582 congresales sobre un total de 2191. En cantidad de gremios, fue así: se unieron 124 sobre 213 confederados. Entre los que se quedaron afuera hay sindicatos con peso e historia: Unión Ferroviaria, Smata, Luz y Fuerza, taxistas , bancarios y peones rurales.
Los gremios que no comulgan con el triunvirato criticaron el acercamiento que la CGT tuvo con movimientos sociales y con las dos CTA. Cuestionaron estas alianzas desde el macrista Gerónimo Venegas hasta el ex kirchnerista Omar Viviani. "Hay una contaminación. Hay sectores que no deben tener cabida", dijo el petrolero Antonio Cassia. Venegas, en cambio, habló de la influencia de la izquierda. Una nueva versión de "la zurda loca", como llamaba al trotskismo el metalúrgico Juan Belén. Cassia y Venegas pretenden reactivar las 62 Organizaciones Peronistas, el histórico brazo político de la CGT, como un atajo para contrarrestar al triunvirato.
"Dicen que estamos atentando contra el modelo sindical. Para nosotros, los movimientos sociales forman parte de la clase trabajadora", respondió Schmid a los díscolos. Héctor Daer, otro de los miembros del triunvirato, también retrucó: "Reconocemos que hay trabajadores en la informalidad y queremos cambiar la realidad".
Se abrió otro foco de tensión con las dos CTA. Después de haber coincidido en la calle el 29 de abril para impulsar la ley antidespidos, vuelven hoy a estar distanciados. Las CTA refuerzan su perfil combativo (anteayer hicieron otra masiva manifestación), mientras que la CGT ensaya una postura más dialoguista. "Si las CTA deciden acompañar nuestra estrategia, no los vamos a echar", dijo Daer. A su lado, Carlos Acuña, el otro referente cegetista, chicaneó: "Las puertas de la CGT están abiertas para cuando ellos quieran adherir como gremio".
Micheli, furioso con Boudou
El jefe de la CTA Autónoma, Pablo Micheli fustigó a Amado Boudou y a otros kirchneristas que intentaron subirse al escenario de la marcha del viernes en Plaza de Mayo. "Les interesa lavarse la cara para ver si pueden evitar que la sociedad los juzgue y terminar presos", lanzó.
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