Las insólitas irregularidades de la transición en Pinamar
En una recorrida por el Municipio, el intendente electo Martín Yeza detectó que casi no quedaban sillas ni vehículos y una fiscalía que no pudo inaugurarse por falta de Internet
LA NACIONLeandro Monachesi
Luego de los resultados electorales del domingo, la palabra "transición" marca la agenda y está en boca de todos. El martes, la presidenta Cristina Kirchner recibió al vencedor de los comicios, Mauricio Macri, y le informó que no habría transición hasta el 9 de diciembre. Donde sí la hay es en las intendencias de la provincia de Buenos Aires. Martín Yeza, el electo intendente de Pinamar, tuvo ayer su primera reunión con la gestión saliente y se sorprendió por el estado en el que encontró la municipalidad. Hay inventariados 24 vehículos y sólo funcionan tres, entre ellos una bicicleta; de 27 sillas declaradas, sólo quedaron 2, una fiscalía sin inaugurar por falta de Wi-Fi, entre otras curiosidades.
Bajo el hashtag #anecdotasdetransición, vía Twitter el funcionario electo hizo un listado de la cantidad de irregularidades con las que se encontró no bien cruzó el umbral del Municipio.
La impresión del estado de la municipalidad que se llevó en su primer recorrido Yeza no le resultó grata: en un área clave del Ejecutivo la secretaria del sector tomaba cerveza con otros empleados. "La persona responsable del área ni se dio por aludida", señaló Yeza.
En una transición, el inventario sobre los activos del municipio es clave. En el desarrollo de esta tarea también aparecieron algunas particularidades. "En tránsito hay 24 vehículos, de los cuales funcionan tres: un auto, una moto y una bicicleta", dijo el intendente electo. Y hay más: "En un área administrativa figuran 27 sillas, pero faltan 25".
En diálogo con LA NACION, Yeza se explayó en algunas de las irregularidades que detectó. Confesó que si bien tenía la sospecha de que la Municipalidad estaba paralizada, no esperaba semejante descalabro: "La municipalidad redujo su recaudación de un 82% a un 59% en tan solo un año. Los salarios se llevan un 91% de lo recaudado".
La situación económica es preocupante. En 6 días el intendente tiene que pagar 13 millones de pesos en sueldos, pero sólo tiene 6 en la cuenta. Esta circunstancia alarma a Yeza, quien manifestó tener una solución a corto plazo: "Pinamar tiene la particularidad de que en los primeros 3 meses del año se recauda cerca del 50% del ingreso anual; no nos preocupa el pago salarial de enero sino más bien el de junio y julio, ya que queda una deuda flotante cercana a los 60 millones y un déficit operativo cercano a los 33 millones".
Los excesivos cargos públicos en el Estado son una de las tantas consignas que se hablaron durante la campaña. Al respecto, Yeza dijo a LA NACION: "Se inventaron ad-hoc [cargos políticos] y los vamos a eliminar. Eliminaremos cerca de un 25% de estos cargos".
Según detectó, hubo área donde los funcionarios fueron más honestos que otros. El caso de Tránsito es para observar: "Sobre un inventario de 24 vehículos funcionan sólo tres: una camioneta, una moto y una bici. El resto figuran para reparación y demandarían un costo de 308.000 pesos".
Para cerrar el círculo de las tragicómicas "anécdotas", Yeza contó que el municipio no pudo inaugurar la Fiscalía de Usurpaciones en estos 6 meses porque no se pudo instalar Wi-Fi.
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