Las horas más críticas de la política tras el crimen que clausuró la campaña electoral
En un primer momento hubo coordinación entre Kicillof y Grindetti y se resolvió no especular con el asesinato de la nena, un espíritu que se fue desdibujando con el correr de las horas; la reacción en el búnker de Massa y el interés de Cristina por el caso
- 7 minutos de lectura'
Axel Kicillof y Néstor Grindetti hablaron al menos tres veces ayer mientras se buscaba dar con los responsables del asesinato de Morena Domínguez, la nena de 11 años que fue atacada por motochorros en Lanús cuando iba a la escuela. El mandatario bonaerense y el intendente en uso de licencia del municipio intercambiaron constantemente información durante esas primeras horas críticas, en las que se buscaba dar con los responsables y contener a la familia de la víctima.
Diego Kravetz, responsable del área de seguridad de Lanús y candidato a intendente en estos comicios, convivió varias horas en la comisaría 5º del distrito con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, que reportaba las novedades a su jefe.
Kicillof y Grindetti compiten por la provincia de Buenos Aires este domingo (el segundo es el candidato a gobernador de Patricia Bullrich) y ayer comprendieron rápidamente que el impacto del hecho corría para los dos y que no podían especular. Los dos decidieron levantar sus actos de cierre de campaña: no cabía ninguna posibilidad de pedir el voto en actos proselitistas tras ese hecho tristísimo, que expuso la incapacidad del Estado para paliar el delito en el conurbano bonaerense. Tampoco estaban de ánimo para algo así.
Uno y otro, en tanto, recibieron pedidos de sus tribus para salir al cruce mientras estaban en la emergencia. A Kicillof le pidieron salir a responder cuando se vinculó a la diputada del sector de Juan Grabois, Natalia Zaracho, con el menor de 14 años que se autoincriminó en el homicidio, pese a que no habría sido responsable y solo habría buscado proteger a los autores del hecho, mayores de edad. El sector de Grindetti, en tanto, sintió la presión de los halcones. Pero todo era muy complejo y sensible porque la banda de motochorros que atacó a Morena es vecina de la familia de la víctima y el padre de la niña es trabajador en una cooperativa de reciclado llamada El Amanecer de los Cartoneros que pertenece al MTE.
En La Plata, para evitar errores no forzados, resolvieron romper el silencio recién cuando la fiscalía a cargo del caso confirmara que los detenidos eran los autores del crimen y una vez que estuviera finalizada la autopsia de la niña, para ponderar el rol del servicio de emergencias y del hospital. El primero en salir en los medios fue Berni. Anunció que el caso estaba “cerrado” y manifestó: “Lamentablemente le digo que esto en la Argentina se resuelve fácil pero tiene que haber una voluntad de todos los actores del Estado… No es difícil terminar con esto”.
Enseguida habló Kicillof y usó otro tono. “Es un hecho que expone crudamente un conjunto de problemáticas de lenta y difícil solución. Yo nunca voy a hablar de estos temas con consignas facilistas”, dijo. En el entorno del gobernador aseguran que Kicillof no buscó reparar los dichos de Berni. “La expresión de Sergio no fue la más adecuada, pero estuvo preso del momento, no fue eso lo que quiso decir”, justificaron. El gobernador se sigue respaldando en su ministro, pese a que la inseguridad es un tema muy caro en términos políticos.
Mientras tomaba decisiones rápidas, en tanto, Kicillof estuvo ayer en contacto con Cristina Kirchner, que quiso interiorizarse del suceso que impactó en el corazón del conurbano y que bajó la persiana de la campaña provincial 48 horas antes de la veda. La vicepresidenta estuvo en contacto, aunque no le puso el cuerpo a la campaña bonaerense. En toda la etapa proselitista, no bajó al conurbano ni se sacó una foto con el gobernador, que es quien intenta retener el distrito más importante del país para el kirchnerismo.
En La Plata aseguran que lo crucial fue que ella, al principio de la campaña, le explicara al votante K la elección de Sergio Massa como candidato presidencial. Y dicen que fue significativa su intervención cuando contuvo al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. En ese distrito, principal proveedor de votos del peronismo, la interna con la referente del Movimiento Evita, Patricia Cubría, genera mucha preocupación en la cúpula oficialista. No pareciera que el que pierda vaya a acompañar después de las PASO.
El búnker nacional
Mientras Kicillof actuaba en La Plata, en el equipo de campaña nacional digerían el impacto político y social del hecho. Monitoreaban los noticieros y la reacción de la oposición. Los estrategas de la campaña, junto con Massa y Eduardo “Wado” De Pedro, entraron en una dinámica de conversaciones y evaluaciones permanentes para recalcular el tramo final de la campaña.
Un dirigente kirchnerista que suele circular por el búnker de la calle Bartolomé Mitre recordó que la única foto que tenía Néstor Kirchner en su despacho, por fuera de la política y la familia, era la de Axel Blumberg. “Primero la víctima, después el resto”, sentenció.
Así, primero, se resolvió cancelar todas las participaciones de los “voceros políticos” de la campaña en los medios. Luego, se definió cancelar el acto con formato de “conversatorio” que iba a protagonizar el candidato presidencial este jueves en el Teatro Argentino de La Plata para cerrar su campaña. La idea era que Massa estuviera solo en el escenario, con todas las luces sobre él. Pero la irrupción del crimen de la niña convirtió en inconveniente a toda la puesta en escena.
En Unión por la Patria suspendieron los actos, pero Massa siguió haciendo medios. Brindó una entrevista a un medio de Mar del Plata -donde estaba haciendo una actividad cuando trascendió el caso- y exaltó su agenda en materia de seguridad. Si bien afirmó que “no hay lugar para la politización”, aprovechó para decir que hay que “trabajar en prevención en todas las ciudades, para que no haya ciudades en las que se vive seguro y otras en las que se vive inseguro”.
Recordó que pudo “bajar 92% el delito” cuando fue intendente de Tigre y afirmó: “Eso me da alguna autoridad para plantearlo”. En el búnker de Unión por la Patria aseguran que el ministro de Economía ya venía desplegando este discurso desde antes del hecho en Lanús y que Massa “no repartió responsabilidades pero dijo lo que hay que hacer”.
En el peronismo están convencidos de que el impacto del hecho golpea por igual en Unión por la Patria que en el campamento de Bullrich. “Empate pírrico”, dijo hoy un asesor de la campaña. Un importante funcionario y candidato soltó: “Si hubiera sido en La Matanza o en Lomas de Zamora era un golpe directo al corazón del peronismo y teníamos una movilización en la Plaza de Mayo. Pero fue en un distrito gobernado por ellos”.
El fair play entre el campamento oficialista y el opositor, en tanto, se desdibujó hoy. Aunque no cargó las tintas contra Kicillof, Grindetti dijo en CNN radio que “desde los municipios se pone mucho, pero no alcanza” y que el de Morena “no es un hecho aislado” porque en el conurbano “casi que se mata una persona al día”. “Venimos diciendo que lo hecho no alcanza, no hay coordinación entre el municipio y los estados nacionales y provinciales”, agregó.
Desde La Plata replicaron con datos sobre la cantidad de patrulleros y fondos para la seguridad asignados a Lanús. En el municipio dijeron que son muy insuficientes para el tamaño del distrito.
Más allá de las chicanas, nadie puede estimar con precisión el impacto que tendrá el caso en las urnas del domingo. En Unión por la Patria son varios los que creen que el estado de conmoción social sintoniza más con la apatía del electorado y con el discurso antipolítica de Javier Milei.