Las grietas entre los familiares quedaron al descubierto
La cercanía de algunos de ellos con el Gobierno y su respaldo al acuerdo con Irán, eje de tensiones
Las antiguas grietas quedaron allí, expuestas y al descubierto. "Muchos familiares que sostenían que con los asesinos no se negocia hoy aplauden el memorándum", afirmó Sofía Guterman con la vista dirigida al grupo denominado 18J, que encabeza Sergio Burstein y que integran dirigentes que no ocultan su simpatía por el kirchnerismo.
Un rato después llegó la mención a aquellos que "hablan de Justicia y comparten actos con [Luis] D'Elía", que terminó por evidenciar un quiebre entre los familiares "independientes", que se oponen con fuerza al memorándum con Irán, y los pocos pero activos familiares y dirigentes que aún sostienen un vínculo aceitado con la Casa Rosada, evidenciado en el encuentro que tuvieron con la presidenta Cristina Kirchner el martes último.
"Podemos coincidir o no, pero nadie me puede decir traidor, porque no lo soy", afirmaba a LA NACION Daniel Komarovsky, integrante del grupo 18J, minutos después de finalizado el acto y detrás del escenario.
A unos pocos pasos, e igualmente molesto, Burstein acusaba a Guterman de "faltarles el respeto a los familiares" y negaba el tono "apolítico" del acto que intentaron imprimirle los organizadores.
"Nunca vi un acto tan político como éste", dijo Burstein, que en el acto de 2011 aprovechó la presencia de la Presidenta para dirigir, bajo la lluvia, duras críticas al líder de Pro, Mauricio Macri; el rabino y dirigente macrista Sergio Bergman, y el periodista José Eliaschev, justamente quien denunció las conversaciones entre la Argentina e Irán que desembocarían en un polémico acuerdo entre ambos países para avanzar en la investigación del atentado.
El discurso de Guterman, escrito en conjunto con Luis Czyzewski, que perdió a su hija Paola en el atentado, fue luego consensuado con el resto de los familiares "cansados" de la cercanía de Burstein y los suyos con el Gobierno, una cercanía que los lleva "a aceptar cosas con las que no coincidimos", según comentaron desde ese espacio.
También los integrantes de Memoria Activa, que encabezan los familiares Diana Malamud y Adriana Reisfeld, cuestionan por lo bajo que sólo el grupo de Burstein se haya reunido con la Presidenta, más allá de que en su propio acto (efectuado el miércoles, también en Pasteur al 600) habló la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, de indudable comunión con el kirchnerismo.
Divisiones
En lo que hace al memorándum, Memoria Activa se expresó en favor de la apertura de negociaciones con Teherán, aunque sin demasiadas expectativas en el éxito de la empresa. "A todos los familiares nos une la meta final, que es el reclamo de justicia", afirmó Guterman a LA NACION, aunque reconoció que "después de esto seguramente algunos no me van a querer mucho" y que "dijimos lo que dijimos porque la gente tiene que saber que no compartimos algunas cosas".
No hay tres sin cuatro, y si no que lo diga Laura Ginsberg, quien se opuso de manera tenaz al Gobierno durante el tratamiento del memorándum en el Congreso, durante el pasado verano. Tampoco ella se reúne desde hace rato con dirigentes del Gobierno y comparte poco y nada con el resto de los grupos de familiares de las víctimas del atentado, divididos de manera casi irremediable tras 19 años sin respuestas por parte de las autoridades de turno y la Justicia.
Debido a la sensibilidad del tema, la nota está cerrada a comentarios.
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