Las estrategias que eligieron los presidenciables de Juntos por el Cambio ante la crisis política y económica
Larreta, Bullrich, Morales, Manes y Pichetto asumieron diferentes estrategias tras la salida de Martín Guzmán y la incertidumbre en la que sumergió el Gobierno: sus apuestas para 2023
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La doble crisis política y económica que pone en jaque a la coalición gobernante se presenta como un desafío para los dirigentes de Juntos por el Cambio que aspiran a competir por la Casa Rosada en 2023. Deben hacer propuestas y exhibirse como una alternativa ante una ciudadanía crispada con la clase dirigente por el tembladeral financiero y la espiral inflacionaria.
Lanzados en la disputa por la Presidencia, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Gerardo Morales, Facundo Manes y Miguel Ángel Pichetto aplicaron distintas estrategias de posicionamiento durante las semanas más convulsionadas para el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Desde que Martín Guzmán presentó su sorpresiva renuncia al Ministerio de Economía, lo que generó una fuerte incertidumbre en los mercados, el jefe porteño buscó reforzar su perfil de gestor frente a la parálisis en la administración del Frente de Todos por los enfrentamientos entre sus distintas ramas internas –repitió en cada intervención pública que la Casa Rosada no tiene un plan para salir de la crisis– y mostrarse como una alternativa con miras a las elecciones de 2023.
Larreta: cruces con Cristina y cosecha de respaldos
A diferencia de Mauricio Macri, quien optó por no pronunciarse sobre la salida de Guzmán y el desembarco de Silvina Batakis en el Ministerio de Hacienda, para no “tirar leña al fuego”, Larreta se mostró hiperactivo en la escena pública ante la creciente incertidumbre por la crisis. De hecho, fijó su postura con una carta en la que culpó a Alberto Fernández y Cristina Kirchner de “empeorar” la situación económica. En ese mensaje –que fue discutido por sus asesores después de que Juntos por el Cambio emitiera un comunicado para pedirle responsabilidad al Gobierno– apeló a un tono presidencial: resaltó que “sueña con ser parte de la solución a los problemas” que la Argentina arrastra hace años. Sus colaboradores se ocuparon de aclarar que la frase no implicaba un lanzamiento. También se cruzó con Cristina Kirchner por los dólares que produce la Ciudad y desafío los movimientos sociales que marcharon el jueves en el centro porteño con reclamos a la Casa Rosada: “Que hagan un partido y vayan a elecciones”.
Sus socios más cercanos en el ala moderada le reclaman que asuma un mayor liderazgo y se independice de Macri para estimular una “renovación” en JxC y mostrar a la coalición como una opción de centro frente a la sociedad. “Si no muestra algo nuevo, va a quedar preso de Mauricio”, dice un referente del radicalismo. En la cúpula de la UCR temen una radicalización de las posturas liberales y “antipopulistas” del expresidente por la crisis.
En ese sentido, la mesa chica del alcalde aceleró los alineamientos internos rumbo a las PASO de 2023. Son las “semifinales” para el larretismo, que exhibió como un trofeo los recientes respaldos de Diego Valenzuela, Luis Juez, Rogelio Frigerio. Quieren terminar con la neutralidad de varios dirigentes, sobre todo, del interior en la interna de Pro.
Pese al pedido de Elisa Carrió, la líder de la CC, a sus socios en Juntos por el Cambio para que suspendan las agendas de campaña y posterguen la discusión por el armado electoral y las candidaturas del año próximo, Larreta viajó a Santiago del Estero y Tucumán, desde donde exhibió su buena sintonía con el jujeño Morales, y Entre Ríos durante los días más críticos para Fernández.
El jueves irá a Lanús, donde gobierna Néstor Grindetti, exjefe de campaña de Diego Santilli, que tomó distancia del larretismo y respalda a Mauricio Macri para un “segundo tiempo”. A sus armadores les preocupa el desorden en la provincia, donde se multiplican los candidatos a gobernador.
Bullrich: alto perfil, alejada de la interna
Bullrich monitoreó las peripecias del Gobierno desde Oxford, en el Reino Unido, adonde viajó para completar un curso de líderes políticos. Desde allí, mantuvo un alto perfil: no solo cuestionó a Fernández y Cristina Kirchner por la creciente inflación, sino que difundió mensajes grabados para respaldar el banderazo de protesta contra el Gobierno, que se realizó en distintos centros urbanos el fin de semana pasado, o el paro del campo.
Consciente del deterioro económico por los saltos de la inflación, Bullrich reforzará sus “bajadas” al conurbano: “Es el lugar donde hay más necesidad de contención”, dicen sus laderos.
Desde que estalló la crisis cambiaria por la salida de Guzmán, Bullrich machacó con que Juntos por el Cambio debía cerrar filas y mantenerse lejos de la interna oficial. En la intimidad se jactó de haber anticipado el frustrado ingreso de Sergio Massa al Gabinete. Es que la titular de Pro estaba convencida de que Cristina Kirchner no avalaría esa maniobra. Eso sí, temía que una eventual llegada del tigrense al Gobierno derivara en una convocatoria al diálogo a la oposición, sobre todo, a los “amigos” de Massa en JxC: Larreta y Morales. Ese eventual acercamiento, presumieron cerca de Bullrich, tensionaría la interna opositora.
Atenta a los movimientos de Macri –los “halcones” aún no digieren la irrupción del expresidente en La Plata para realizar un timbreo junto a Vidal–, la titular de Pro se aleja de las disputas internas. De hecho, mantiene una suerte de pacto de no agresión con Larreta, para evitar que el expresidente capitalice la división en Pro. Eso sí, en el bullrichismo esperaban “gestos de concordia” del larretismo, pero hasta ahora no recibieron respuestas.
Morales, en modo “dar esperanza”
“Más que nunca tenemos que estar en la calle”, afirma uno de los colaboradores más estrechos de Morales. En su doble rol –gobernador y jefe de la UCR–, el jujeño aceleró en las últimas dos semanas el armado de su proyecto presidencial con un tour por distritos del conurbano –estuvo en Vicente López, Lomas de Zamora y Esteban Echeverría– y visitas al interior del país. Cerca del titular del radicalismo consideran que la crisis es “una oportunidad” para que emerjan liderazgos en la oposición y que la sociedad vea una alternativa de poder en Juntos por el Cambio. “No estamos ‘en modo campaña’, sino ‘en modo dar esperanza’”, dicen.
Morales buscó hacer equilibrio a la hora de pronunciarse sobre la crisis política y financiera. En el plano institucional, cargó con dureza contra el Gobierno –dijo que el Presidente “ya se cayó” y que Cristina Kirchner decidió “gobernar”–. Pero se mantuvo prudente respecto del futuro económico: “No podemos hacer olas y generar más angustia y zozobra. No le conviene a nadie”, comentan en el entorno de Morales. El jujeño, remarcan, comprende la fragilidad del tejido social y, por ese motivo, se mantiene abierto al diálogo. Por caso, estuvo en desacuerdo con el banderazo del 9J, alentado por el ala dura del macrismo. Larreta también tomó distancia.
Manes, por “un carril diferente”
Por su parte, Manes reforzó el eje central de su estrategia electoral, que coordina la politóloga Ana Iparraguirre: preservar el perfil de outsider –un médico que se involucró en la función pública– y mantenerse apartado de los conflictos de la política. En el equipo de Manes están atentos al creciente desencanto con la clase dirigente y apuestan a mostrar “empatía” con la situación económica. Manes quiere acumular capital político por “un carril diferente” al de sus contrincantes internos. Por eso, el médico no interrumpió su raid por los centros urbanos del interior del país: pasó por Formosa, Chaco, Salta, Jujuy y La Rioja, entre otras provincias. Evitó los medios nacionales y priorizó el contacto local frente a una coyuntura delicada por la corrida cambiaria.
El neurocientífico aboga por construir una nueva mayoría porque entiende que la única manera de salir de la crisis es lograr un acuerdo político amplio en torno a un proyecto “común”. Por eso, insiste con ensanchar la base electoral de JxC –explora un acuerdo con Juan Schiaretti– y fortalecer a la UCR para que la coalición opositora tenga un semblante diferente al que le imprimió el Pro. No oculta sus matices con los proyectos de Macri y Larreta, y opina de la crisis sin la mochila de haber pasado por la gestión de Cambiemos: “Tenemos una crisis de falta de confianza, de rumbo, de proyecto de país. Malos gobiernos nos han empobrecido y nos quieren hacer creer que no hay salida”, aseguró en Jujuy, donde estuvo escoltado por Morales.
Pichetto, alta exposición y recorridas por el conurbano
Pichetto (Encuentro Republicano Federal) también estuvo activo desde que Guzmán dejó su cargo. Cuestionó la falta de experiencia del exministro de Economía y calificó de “precarias” las medidas anunciadas por Batakis para calmar a los mercados. Se mantuvo en contacto con los economistas de la fundación de su partido y mantuvo un alto perfil mediático en los días más turbulentos para Fernández. Viajó a Santa Fe, donde su fuerza ya tiene un bloque propio en la Legislatura provincial, y visitó distritos del conurbano, como Almirante Brown. Tenía previsto exponer ante directivos del agro el próximo viernes en La Rural, pero el encuentro fue suspendido.
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