Las estrategias de los manifestantes que lograron burlar el operativo policial de Bullrich
Con fletes para las banderas y pecheras, y evitando moverse en grupos, los militantes que llegaron a la Plaza de Mayo lograron evadir el cerco de la ministra de Seguridad
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Los movimientos piqueteros, sociales y políticos que este miércoles marcharon hacia la Plaza de Mayo apelaron al ingenio para evadir el cerco policial con el que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, apuntaba a desarticular, antes de que comience, la primera gran movilización contra el nuevo gobierno.
Evitando movilizarse en grupo y sin consignas ni elementos partidarios visibles, la gran mayoría de los manifestantes consultados por este medio llegó a la plaza en transporte público. “Cada uno vino por la suya”, señaló un militante del Partido Socialista de los Trabajadores. La pechera que llevaba puesta, junto con todas las banderas que invadieron Plaza de Mayo, llegaron en flete, la principal estrategia para sortear el protocolo. “Todo en la camioneta trajimos”, afirmó.
“Qué boludos, qué boludos, ahora al protocolo se lo meten en el c...”, se cantó a lo largo de toda la tarde, en cada rincón de la marcha, en abierto desafío a la ministra de Seguridad, blanco constante en los cánticos de los manifestantes.
“Me la dieron acá”, confesó uno de los militantes consultados, en alusión a la bandera que sostenía con su mano al tiempo que señalaba con la cabeza la columna del Movimiento Socialista de los Trabajadores, que pasadas las 18 horas desconcentraba por Diagonal Sur. Es que durante toda la tarde se observaron camionetas con las cuales las distintas organizaciones lograron llevar las banderas a Plaza de Mayo. “No, esto en el bondi no”, señaló, también en referencia a la bandera que exhibía. “Ahora supongo que nos la pedirán de vuelta”, cerró.
Dos horas antes de que las dos grandes columnas convergieran en la plaza histórica, una camioneta repleta de banderas del MST desembarcaba por Diagonal Norte, una de las arterias donde concentraron los manifestantes. Una hora más tarde, con Vilma Ripoll a la cabeza, apareció el primer grupo de manifestantes del partido.
“Llegamos a CABA en tren, en colectivo y en subte. Viendo y previendo los imprevistos que podían darse, porque en las estaciones estaban”, confía un dirigente de una de las principales organizaciones, en alusión al operativo que la policía montó en distintas terminales del transporte público. “Igualmente teníamos una red de abogados importante. Fue acto tranquilo”, describe. Su organización no registró detenciones ni desmanes con la policía.
“Soy un laburante”, fue la respuesta que un manifestante, sin identificaciones partidarias visibles, le dio al policía que lo detuvo camino a la movilización y le preguntó hacía donde se dirigía. “No me podían parar. Aparte es un derecho constitucional”, le subrayó a este medio.
“El balance es contradictorio. Por un lado pudimos llegar a la plaza, pudimos hacer el acto, pero hubo situaciones de violaciones de los derechos y libertades”, sostuvo Eduardo Belliboni, el líder del Polo Obrero, al finalizar el acto.
Es que pese a que las organizaciones lograron burlar el operativo diseñado por la ministra Bullrich, no faltaron denuncias de detenciones “arbitrarias” de la policía. “Han detenido a otro compañero del Polo Obrero”, le avisaba una asistente al líder piquetero. “Son tres los detenidos. Otra arbitrariedad más, totalmente ilegal”, enfatizó.
Por otra parte, hubo manifestantes que denunciaron haber recibido golpizas de la policía de la ciudad. “Cuando llegué, a mí y a mis compañeros nos tiraron a la calle. Ibamos por la vereda y empezaron a achicar, empezaron a empujar y cuando me di cuenta me agarraron”, cuenta Diego Amarilla, integrante del Movimiento Ana María Villarreal. “Me pegaron patadas, piñas, con el palo”, le dijo a LA NACION con el rostro ensangrentado.
“Le decimos a Patricia Bullrich que la esperamos en la calle”, cerró, desafiante, un vocero del MST, en medio de la desconcentración.