Las encrucijadas de Horacio Rodríguez Larreta en su maratón hacia 2023: Javier Milei, el test del “círculo rojo” y una advertencia a Mauricio Macri
El jefe porteño ajusta su estrategia con el objetivo de llegar a la Casa Rosada; por qué desafía al expresidente; su acercamiento a gobernadores del PJ y su relación con Sergio Massa
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Horacio Rodríguez Larreta dosifica esfuerzos al ingresar en una nueva fase de su maratón hacia la Casa Rosada. Consciente del riesgo de que su figura sufra un desgaste ante la opinión pública cuando falta un año y medio para las PASO, el jefe de gobierno porteño sobrevuela las tensiones que genera la pulseada por la candidatura presidencial en el seno de Juntos por el Cambio, pero teje con sigilo su proyecto para competir por la sucesión de Alberto Fernández y neutralizar a sus rivales internos.
Atento al nuevo escenario político y los movimientos de sus contrincantes en el mapa opositor, Larreta hizo ajustes en la estrategia que trazó para pelear por la Presidencia. Por primera vez, el alcalde advierte en los pasillos del poder, como ocurrió el jueves a la noche durante una cena con importantes empresarios en el Foro Llao Llao, en Bariloche, que estaría dispuesto a enfrentar al expresidente Mauricio Macri en una interna de la principal coalición opositora. A su vez, jugó fuerte en la última reunión cumbre de Juntos por el Cambio para cerrarle el camino a una eventual alianza con Javier Milei con miras a 2023, que, en cambio, miran con agrado Patricia Bullrich y los “halcones” de Pro. Y mientras Macri tensiona el vínculo con Gerardo Morales, jefe del radicalismo, Larreta se coloca como garante de la unidad de JxC y cuida la relación con la UCR.
Desafía a Macri
Frente al avance de Macri en el tablero de Juntos por el Cambio y el coqueteo del expresidente con una eventual candidatura presidencial, el jefe de gobierno porteño activó durante los últimos días un raid de reuniones con aliados, como los intendentes Julio Garro (La Plata) y Néstor Grindetti (Lanús), e integrantes del denominado “círculo rojo” para detallar su plan presidencial. En esos encuentros reservados, Larreta exhibe mayores precisiones de su proyecto económico y político, y advierte que no hay chances de que se baje de la contienda presidencial, incluso si Macri decidiera volver a competir. “Yo juego y voy a la interna, en cualquier caso y sea quien sea el candidato. No tengo ninguna duda y no creo que nadie especule con que no voy a competir”, les avisó a sus laderos durante las últimas horas. El mismo mensaje les transmitió a grandes empresarios en el Sur. Confiado en los números que arrojan las encuestas sobre su imagen en todo el país –a pesar de que en el larretismo admiten con preocupación un estancamiento en los sondeos-, Larreta desafía a Macri, quien busca equilibrar la pelea en el corazón de Pro entre el alcalde y Bullrich y especula con un doble rol con miras a 2023: candidato o gran elector.
Hasta hace poco, los armadores de Larreta confiaban en la capacidad del alcalde para administrar el vínculo con el expresidente. Apostaban todas sus fichas a que Macri se terminaría inclinando por su exjefe de Gabinete en la Ciudad antes de las PASO. Es más, uno de sus laderos machacaba en privado que era “peligroso” que Bullrich amenazara con enfrentar a Macri. Sin embargo, Larreta optó ahora por enviar una advertencia a su exjefe político: está dispuesto a competir con él en una primaria. ¿Es una nueva táctica para contener al fundador de Pro, quien le sugiere tomar distancia del discurso moderado y mostrar una voluntad firme de que apostará por el “cambio”?
El miércoles pasado, Macri y Larreta volvieron a compartir una actividad. El expresidente participó de una reunión de Gabinete porteño en la que alentó al alcalde y a su equipo a mostrar los resultados de la gestión de Pro en el distrito para confrontar con el kirchnerismo durante la próxima campaña presidencial. Larreta sabe que la gestión es un arma de doble filo para sus ambiciones y su pulseada con Bullrich o Macri, quienes no ocupan cargos. Entiende que es una oportunidad para posicionarse, pero que también implica riesgos. Por esa razón, Larreta apuesta a mostrarse como un administrador eficiente. Es su principal activo en los sondeos y no pretende descuidarlo.
La irrupción de Milei
Horas después, Larreta y Macri se volvieron a ver las caras en el cónclave de la mesa nacional de Juntos por el Cambio que se realizó en el Instituto Hannah Arendt, sede del think tank de la Coalición Cívica. En esa reunión quedaron expuestas las diferencias entre ambos en un tema que tensiona a la coalición opositora: el factor Milei.
La irrupción del libertario en el escenario político es otra encrucijada de Larreta. Si bien sospecha que el líder de La Libertad Avanza comete un error político al precipitar su postulación presidencial, el jefe porteño activó una estrategia para contenerlo. “No hay que preocuparse, sino ocuparse”, le sugirió a su tropa. Larreta está convencido de que JxC no debe ni subirle el precio ni ignorarlo. Por eso, elige no confrontar con él públicamente (evita nombrarlo) y les pide a sus espadas mediáticas -desde legisladores hasta ministros- que salgan a desenmascarar al economista. “Si él ataca, hay que contestar”, avisan en el larretismo. Con el objetivo de evitar una fuga de votos a los libertarios, apuesta a nacionalizar la figura de Ricardo López Murhpy (Republicanos Unidos) para anotar al exministro en una interna presidencial, un experimento que ensayó en las legislativas porteñas del año pasado.
A diferencia de Macri, el jefe porteño toma distancia de la cosmovisión de Milei. Está convencido de que JxC debe mantenerse lejos de los extremos y que el Pro nunca representó a la antipolítica, sino a la centroderecha. Entre las “palomas” consideran que las banderas que levanta Milei son “los criterios generales del liberalismo”. Matices con el expresidente.
Consciente de la tensión que genera el libertario en JxC, Larreta se alineó con el radicalismo, Martín Lousteau y la CC para cerrarle el camino a la chance de explorar un acuerdo electoral con La Libertad Avanza. ¿Un intento de neutralizar la cruzada de los “halcones” por sumar libertarios para una interna?
Si bien no estuvo al tanto de la redacción del controvertido comunicado que selló un veto contra Milei -se retiró antes para asistir a una reunión con vecinos-, el alcalde fue quien inició el debate sobre el libertario en la cumbre y repetía por estas horas que el pronunciamiento fue consensuado por todos los jefes de JxC. “Sin unidad, perdemos todo”, suele decir.
En el larretismo creen que el crecimiento de Milei responde a una combinación de factores, desde un giro de la sociedad hacia posiciones más vinculadas con la derecha por los tropiezos del Gobierno, el rebrote a nivel mundial de outsiders, como Donald Trump o Jair Bolsonaro, y la crisis económica. Pero el alcalde está convencido de que la eventual ruptura del Frente de Todos no implicará una amenaza para la cohesión de JxC. “Nuestra unidad no depende de lo que hagan ellos”, dicen en Uspallata. Larreta tampoco cree que la profundización de la crisis pueda provocar una fragmentación del sistema político o el surgimiento de un outsider.
El test del “círculo rojo”
Larreta se fue entusiasmado del Foro Llao Llao por el interés que mostraron los empresarios más importantes del país en su proyecto presidencial. Consciente de que el establishment demanda precisiones de su plan –lo diseña Hernán Lacunza-, el alcalde aseguró que el próximo gobierno tendrá un crédito social corto para encarar reformas de fondo. “No va a tener 100 días, sino 100 horas para dar señales claras y contundentes que muestren cuál va a ser su impronta y el rumbo del país”, enfatizó.
Ante la consulta de los empresarios, Larreta repite como un mantra que no sabe cuál será el punto de partida de la próxima administración, por la incertidumbre económica. “No sabemos si vamos a tener una inflación del 50%, del 100% o del 300%”, argumentan en Parque Patricios.
Es decir, la imposibilidad de proyectar cuál será el escenario en diciembre de 2023 impide dar precisiones sobre el plan que piensa implementar. Por otro lado, está claro que anticipar medidas sería correr con un riesgo demasiado alto y una amenaza a su capital político. Eso sí, suele opinar que el Plan Austral y la convertibilidad lograron frenar la inflación a corto plazo, aunque fracasaron con el correr de los años por diversos motivos.
Larreta insiste en que su objetivo es acumular capital y tejer alianzas para armar un gobierno con el 70 por ciento de base de sustentación -solo excluye al kirchnerismo-. Por eso, tiende puentes con gobernadores qu, como Juan Schiaretti (Córdoba), Sergio Uñac (San Juan), Raúl Jalil (Catamarca) o Gustavo Sáenz (Salta); Omar Gutiérrez (Neuquén) o Alberto Weretilneck (Río Negro). Quienes lo conocen no dudan de que, en caso de llegar a la presidencia, armará un gabinete con varios peronistas. ¿También llamaría a Sergio Massa? En la cumbre de JxC en Recoleta, Macri le advirtió a Morales que sea cauteloso en sus diálogos con Massa, para evitar que lo “enrede”, y puso como ejemplo la actitud de Larreta: “Fíjate, Horacio es más amigo de Massa que vos, pero ya aprendió”, lanzó. De inmediato, el alcalde recogió el guante y bromeó sobre su reciente foto junto al tigrense, que generó reproches y lamentos en el larretismo: “Sí, Sergio me emboscó el otro día en la cena de Conciencia”. El comentario despertó una ola de risas entre radicales y macristas.