Las elecciones en la UBA arrasan con un mito del kirchnerismo y descubren una ola reformista
El Frente Reformista (radicales, socialistas e independientes)se aseguró el control en el claustro estudiantil; pobre elección y pases de factura en la izquierda
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Dos mitos quedaron debilitados en los comicios estudiantiles de la Universidad de Buenos Aires (UBA): la apatía electoral –votaron casi 180.000 alumnos, 30.000 más que antes de la pandemia- y la creencia de que la juventud es kirchnerista.
El Frente Reformista, que componen Franja Morada (radicales), el socialismo y agrupaciones independientes, consolidó su mayoría en la principal universidad del país. Reunió el 62,5% de los votos, frente al 24,7% del kirchnerismo (La Cámpora, Patria Grande y Movimiento Evita) y el 8,1% del Frente de Izquierda, que hizo una muy mala elección.
Los reformistas, que en su mayoría se identifican con Juntos por el Cambio, sumaron un centro de estudiantes (Agronomía, que estaba en manos de La Cámpora) a los ocho que ya conducían (Medicina, Arquitectura, Derecho, Ciencias Económicas, Psicología, Ingeniería, Odontología y Ciencias Sociales, este último con una agrupación peronista cercana al Rectorado). La tendencia se repitió en la elección de representantes del claustro estudiantil, lo que constituye un respaldo a la gestión del rector Alberto Barbieri, que aún no definió si buscará un tercer mandato en la Asamblea Universitaria que debe ser convocada antes de junio. Sea Barbieri o, finalmente, otro candidato, la elección del rector de la UBA implicará una segura derrota para el Gobierno, en un año con pocas instancias electorales.
A pesar de haber retenido los centros de Ciencias Exactas y de Filosofía y Letras (éste por apenas 85 votos), el kirchnerismo tuvo un claro retroceso, atribuido en parte a problemas e incapacidades para generar alianzas, especialmente con la izquierda, en el contexto de la crisis nacional. Eso se notó en Agronomía, donde la fractura entre el kirchnerismo y la izquierda les costó la conducción del centro de estudiantes, que ahora quedó en manos de LAI, una agrupación independiente con buena sintonía con el espacio reformista. la lista kirchnerista perdió por cinco puntos y el Partido Obrero alcanzó el 16%, por lo que si hubieran ido unificados, tal vez lo habrían mantenido.
Divisiones en el kirchnerismo
Otro factor que explica el descenso kirchnerista son las divisiones internas en varias facultades. En Arquitectura, por ejemplo, compitió con dos listas, en una elección que ganó el reformismo. Y en Ciencias Exactas hubo una fuerte disputa entre La Cámpora y Patria Grande.
En Ciencias Económicas, donde hace 20 años Axel Kicillof hacía sus primeras armas como dirigente estudiantil con la agrupación TNT, el Frente de Todos se atomizó en listas separadas y perdió: los apadrinados por el gobernador bonaerense, por un lado, y los laderos de Juan Grabois, en la lista de La Mella, por el otro. La consecuencia fue un resultado aplastante: el Frente Reformista sacó el 72% y La Cámpora, apenas el 6% en la elección.
La caída de las fuerzas alineadas con el Gobierno se dio en una población que en su mayoría se extiende de 18 a 26 años, una franja de edad que el kirchnerismo muchas veces sintió como propia, y a la que hace unos años, durante el paso de todos ellos por el secundario, pretendió seducir con la entrega de las notebooks del plan Conectar Igualdad.
En la izquierda también hubo desprendimientos, que según admiten en las propias agrupaciones, impactaron negativamente. Política Obrera, que a nivel nacional se referencia con Jorge Altamira y Marcelo Ramal, se despegó del Partido Obrero. Y hubo una fuerte disputa entre el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FITU) y el Nuevo MAS, que quedó reflejada en la pelea campal del martes en el hall del primer piso de Filosofía y Letras, en Puan 480. Los incidentes derivaron en la suspensión de clases “hasta nuevo aviso”. El lunes se discutirán posibles medidas disciplinarias, lo que ya tiene garantizado el rechazo de varias agrupaciones.
Crecimiento reformista
En Derecho, la facultad en la que el presidente Alberto Fernández es profesor, el Frente Reformista le sacó 15 puntos de ventaja a La Cámpora. “Quedó a la vista que la juventud no es kirchnerista”, definió Mariela Coletta, presidenta de la UCR porteña, en diálogo con LA NACION.
“Hubo un gran crecimiento, que ya se venía dando, cuando en 2019 el espacio reformista recuperó el control de los centros de Medicina y Psicología. Somos fuerzas distintas que pensamos lo mismo acerca del modelo de Universidad”, dijo la dirigente radical.
“La representación estudiantil fue claramente opositora al gobierno nacional”, afirmó el diputado nacional Emiliano Yacobitti, referente de la UCR en la vida universitaria.
Destacó la alta participación de los estudiantes -votaron 47.000 alumnos en Medicina- y evaluó que “el perfil del joven universitario se puede definir como de clase media, que apuesta a la libertad y al progreso. En esa juventud el kirchnerismo no tiene injerencia”.
Yacobitti adelantó que con estos resultados, el Frente Reformista mantendrá la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y pronosticó que también accederá al control de las federaciones de La Plata y Rosario.
Las fuerzas políticas predominantes en el Frente Reformista son la UCR y el socialismo. No es significativo el peso de Pro –apenas una lista peleó por la minoría en Ingeniería-, por lo que ni Cristina Kirchner ni Mauricio Macri tienen respaldo entre los estudiantes universitarios.
La izquierda y la pandemia
La izquierda cuestionó la fecha de la votación en la UBA, prácticamente en la primera semana de clases. Se dio así porque tendría que haberse votado en 2021, pero lo impidió la pandemia. En varias facultades hubo estudiantes de tercer año que, después de dos años de clases virtuales, tenían clases presenciales por primera vez, advirtieron dirigentes de Política Obrera y del Nuevo MAS, entre otras voces.
“Hubo una elección en frío, sin campaña, que favoreció a los oficialismos”, observó Manuela Castañeira, en diálogo con LA NACION.
“Franja Morada, que balbuceó preocupaciones por la educación, terminó favorecida por la política nefasta del Gobierno en educación. Durante la pandemia, los estudiantes universitarios eran un aglomerado de gente que solo podía generar contagios. Se discutía si debía haber clases presenciales en la primaria, pero en la universidad, nada”, evaluó la dirigente nacional.
Según esa mirada, el contexto de unas “elecciones sin campaña” favoreció a los aparatos y a los oficialismos en cada facultad. Y dentro de la izquierda entienden que hubo “premios y castigos”, según las posiciones en defensa de la educación durante la pandemia. “Nosotros peleamos por medidas de presencialidad cuidada, pero no todas las fuerzas políticas, incluidas algunas de izquierda, mantuvieron el mismo reclamo”, advirtió Castañeira.
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