Las dudas acechan sobre el futuro del Parlasur
La decisión de suspender la elección directa de sus miembros refleja la parálisis que atraviesa desde hace años
El futuro de los diputados del Parlasur aparece envuelto en la incertidumbre, a dos semanas de que se conociera la decisión de la Argentina y del resto los miembros del Mercosur de suspender la votación para elegirlos.
Las fuerzas del Congreso, que deben tratar los cambios en la forma de elección, no terminan de ponerse de acuerdo. Y la indefinición se transformó en un reflejo de la situación que atraviesa este organismo regional, que, tras su creación, nunca logró estar en pleno funcionamiento.
El gobierno de Mauricio Macri, junto a sus pares de Brasil, Uruguay y Paraguay, impulsó modificaciones en el protocolo constitutivo del organismo, cuya decisión más significativa es el freno a la elección directa de los parlamentarios.
Este año, una de las partes de las boletas electorales debería mostrar los candidatos a diputados del organismo como ocurrió en 2015, cuando se eligieron legisladores regionales por primera vez, pero tras el anuncio se espera que eso no ocurra. Pero la modificación de las reglas del Mercosur debe ser aprobada por los parlamentos de los Estados y, aunque trascendió que el Gobierno lo tiene en agenda, hay sectores del macrismo que consideran innecesaria la votación. Es que los países miembros también emitieron una declaración conjunta que ratifica la suspensión, en lo que puede interpretarse como una salida legal para postergar la votación en los parlamentos.
En la Cancillería exponen como principal fundamento de la medida que el órgano del Mercosur expone irregularidades desde la misma composición. Tras la constitución del parlamento, en 2005, se acordó entre los miembros que en cada país iban a realizarse elecciones directas de los parlamentarios del Mercosur y que mientras tanto el órgano iba a estar integrado por legisladores nacionales de cada Estado. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, los únicos dos países que eligieron diputados regionales fueron la Argentina y Paraguay. "La asimetría estaba prevista durante un período de transición acotado, que se fue extendiendo sucesivamente generando dificultades en el funcionamiento y representatividad del Parlasur", indicó la Cancillería al momento de hacer el anuncio. A partir de ahora, el bloque volverá a estar conformado por legisladores nacionales hasta que haya un acuerdo entre los países para llevar adelante una elección de forma simultánea.
El funcionamiento del Parlasur y la elección de sus miembros generaron polémica en 2015 por la suba del gasto que significarían la elección de 43 diputados (los que tiene la Argentina hoy) y el pago de las dietas y viáticos, además de los debates generados en torno a si se debería permitir que los diputados regionales gozaran de los fueros, convirtiendo al organismo en una vía de escape y cobijo para algunos dirigentes. En 2015, consiguieron un escaño en el Parlasur la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, y el exsecretario de Obras Públicas José López, ambos detenidos.
Con sede en Montevideo, el Parlasur sesiona, en promedio, ocho veces al año. Cada sesión dura un día y el resto del año la actividad es nula. Incluso si el cuerpo sesionara la misma cantidad de veces que un parlamento nacional, el órgano no puede aprobar medidas vinculantes ni dar de baja decisiones de los Estados. Su productividad no fue, hasta ahora, más que simbólica.
La decisión de los gobiernos también busca tener repercusión, aunque de una manera sensible, en los presupuestos. La Cancillería argentina detalló que varios de los diputados del Parlasur elegidos en 2015 encabezan procesos judiciales contra el Estado para que se les otorgue un salario equivalente a los que tienen los diputados nacionales (alrededor de $170.000 mensuales). "Si estos reclamos prosperaran, la Argentina debería afrontar gastos por más de tres millones de dólares al año. Si se incluyen los reclamos retroactivos, la cifra superaría los US$13 millones", indicó el ministerio.
El Parlasur es hoy el órgano más caro del bloque. Su gasto asciende a US$2,7 millones anuales.
La suspensión de la elección se suma a una serie de medidas que la región tomó en los últimos meses para dar marcha atrás con decisiones que aplicaron gobiernos de izquierda en la década pasada, como la disolución de la Unasur, el acercamiento a EE.UU. y la creación del Prosur como un nuevo organismo de diálogo regional.
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