Las disputas entre las provincias y la Nación suelen resolverse con una suba impositiva

En la antesala al encuentro de este viernes entre los gobernadores y el ministro de Interior, Guillermo Francos, con vistas a rediscutir la transferencia de fondos entre la Nación y las provincias, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) elaboró un informe con el que busca respaldar lo que, se asegura, es una constante: las disputas por recursos fiscales entre la Casa Rosada y las provincias culminan con una suba impositiva.

Nadin Rodríguez, director del Instituto, señala que así fue, por ejemplo, con la larga e inacabada discusión de la coparticipación, un caso “complejo” que abarca a las 24 jurisdicciones y sobre el que se encuentra trabajando. Las provincias, afirma Rodríguez, históricamente han suplido los fondos que le fueron negados con mayor presión fiscal. “Subieron ingresos brutos, y cuando se restituyó, no bajó al nivel original”, puntualiza el especialista.

El último informe del IARAF respalda esta afirmación con un caso reciente y más fácil de cuantificar: el conflicto que enfrentó al exjefe porteño Horacio Rodríguez Larreta con el expresidente Alberto Fernández.

A partir de un amplio reclamo de la policía bonaerense – con eje en lo salarial y que tuvo su pico de dramatismo cuando decenas de efectivos se manifestaron frente a la quinta de Olivos–, se desató un ida y vuelta que aún perdura en el terreno legal, y que tuvo como corolario casi inmediato una fuerte retracción en los fondos que CABA recibía de Nación. (De 3,5% a 1,4%)

Para tapar ese agujero en las arcas porteñas, se señala en el informe, se instauraron dos nuevos impuestos: la alícuota del 1,2% al resumen de las tarjetas de crédito –que finalmente fue derogado- y la extensión de ingresos brutos a los intereses de los bancos por tenencia de LELIQS y pases, el cual sigue vigente. Para el IARAF, en ese tira y afloje, el principal perjudicado es el sector privado.

Además, ese incremento en la presión fiscal, según se señala en el informe, terminó por saldar con creces el bache en la recaudación de CABA: mientras que la pérdida por el recorte en la coparticipación fue de $718.000 millones, lo que ingresó a las arcas porteñas por los nuevos impuestos fueron $795.000 millones. Un extra de $77.000 millones a pesos constantes de diciembre de 2023.

“La suba de presión tributaria respecto al año previo al gravar con ingresos brutos a los intereses de los pasivos monetarios habría brindado más recursos que los perdidos con los cambios de la coparticipación”, se apunta en el informe que lleva por título “Los conflictos entre nación y provincias por recursos fiscales terminan con subas de impuestos”

No obstante, al no contar con “información pública precisa” para realizar el cálculo, la cuenta se erige sobre una suposición. El monto que ingresa a partir de los nuevos tributos –los 795 millones- es el excedente de cotejar la recaudación de CABA con Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, otras tres jurisdicciones “de tamaño similar”.

“El análisis conjunto -concluye el informe- permite afirmar que un conflicto entre Nación y CABA por recursos fiscales terminó en un aumento de presión tributaria efectiva del segundo impuesto más distorsivo que tiene la estructura tributaria argentina”

“Desde el punto de vista del sector privado, los conflictos entre Nación y provincias se han terminado resolviendo con suba de carga tributaria, que luego no baja a los niveles previos”, sentencia el trabajo, que remarca la necesidad “imperiosa [de] que los gobernantes discutan y promuevan un sistema de coparticipación de impuestos simple, clara y previsible. La evidencia argentina demuestra que la carga tributaria no ha sido indiferente a las pujas por los recursos nacionales. En este sentido que el Pacto de Mayo contenga este punto es una oportunidad significativa”

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