Las discusiones por la ley ómnibus desgastaron la relación de los gobernadores con la Casa Rosada
La mayoría de los mandatarios cree que la convocatoria a un nuevo pacto fiscal es un intento de aplacar los reclamos por fondos; advierten que al gobierno le faltan interlocutores “con poder”
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CÓRDOBA.- Las negociaciones por la ley ómnibus -que seguirán la próxima semana- entre los gobernadores y la Casa Rosada provocaron un desgaste indisimulable más allá de que el apoyo de los “dialoguistas” fue clave para la aprobación en general. Las amenazas continuas desde un ala del gabinete nacional tensan el vínculo. La posibilidad de una convocatoria para discutir un nuevo pacto fiscal es interpretada por la mayoría como una forma de “salir del paso” en medio de la pelea por el reparto de fondos. De cara al martes, consideran clave lo que termine pasando con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de Anses.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, no dio detalles a ningún gobernador de cuáles serían los lineamientos de ese acuerdo fiscal. Por eso la hipótesis de que la idea surgió en medio de la presión para que se coparticipen el impuesto al cheque o el PAIS. No se trata de una propuesta nueva.
En setiembre del 2023, el entonces ministro y candidato a presidente Sergio Massa acordó que coparticiparía ambas cargas para compensar las reformas de ganancias e IVA. Diez días antes de que se fuera de la gestión Alberto Fernández, los gobernadores salientes y los entrantes impulsaron que la mitad del impuesto al cheque se distribuyera entre Nación y provincias.
De la reunión con Francos con gobernadores independientes, de la UCR y del PRO, hubo expectativa de avances, pero desde la Oficina del Presidente advirtieron “se discutirá más adelante”. El paso del tiempo no es neutral para las finanzas provinciales: la coparticipación en enero cayó 13,6% interanual en términos reales y los giros discrecionales 98%.
Economía no autorizó “ni un peso”. Por ejemplo, las 13 cajas de jubilación provinciales no transferidas no recibieron nada, ni siquiera las transferencias a valores históricos que venía haciendo Anses. Por eso, es crucial el FGS. Todas las propuestas de los gobernadores para cobrar por esa vía esas deudas, fueron rechazadas por Economía.
Para cumplir el compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el impuesto PAIS debe eliminarse a fin de este año por lo que si cuajara la propuesta de coparticiparlo, liderada por el cordobés Martín Llaryora, implicaría volver a discutir todo en un par de meses. Lo más lógico sería reponer ganancias (Ingresos Personales lo denomina el gobierno). Ese sería el camino estructural para recuperar recursos coparticipables.
Sin datos concretos de por dónde iría la propuesta de Nación, los mandatarios ratifican que las medidas fiscales incluidas en la ley ómnibus eran “desequilibradas” desde una mirada federalista. “Antiprovincias”. Ese sesgo, advierten, no lo aceptarán en ningún pacto fiscal.
También esperan señales del Ejecutivo de cuál será el lineamiento con la obra pública porque están frenadas todas, con el consecuente impacto en el empleo. Un gobernador independiente especula con que, además de lo económico, Mauricio Macri “o su gente” le debe haber dicho a Javier Milei que es “un gasto innecesario porque la capitalizan ellos; Macri lo padeció en carne propia a eso”.
Hacia adelante
La relación entre los gobernadores -que estrenaron un grupo de WhatsApp de todos antes del encuentro con el presidente Milei- se mantiene. No hay cortocircuitos, más allá de algunas diferencias que existen. No se está gestando una “liga”, pero unos 14 tratan de acordar posiciones y presentar un frente común.
Entre los peronistas, que también están en el grupo, Axel Kicillof participa poco al igual que Gerardo Zamora; Ricardo Quintela mantiene su estrategia de confrontación abierta (llamó a la “resistencia” al Partido Justicialista, ya que, según él, Milei viene “por la riqueza y la esperanza de los argentinos”); Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo comparten lineamientos con los “dialoguistas” sin llegar a sumarse a las cumbres ampliadas que estos organizan.
Con la Casa Rosada, coinciden los menos combativos consultados por LA NACION, la relación es difícil porque Milei pone “a todos en la misma bolsa; para él todos son caudillos responsables del fracaso” del país. Enfatizan que parece no advertir que hay muchos que son “nuevos”, con vocación “de ayudar” y que “todos” tienen la misma legitimidad de origen que él. “A nosotros también nos eligió la gente y nos eligió para que defendamos sus intereses”, sostienen.
Varios gobernadores “celebraron” la aprobación en general de la ley ómnibus, pero el ánimo dominante es que no hay vocación de diálogo por parte de la Rosada. “Si a Francos lo dejaran hacer se hubiera avanzado mucho más rápido y ni siquiera se hubiera bajado el capítulo fiscal -dice un representante de Juntos por el Cambio-. Defiende su postura, pero escucha. El punto es que todo lo tiene que consultar y la respuesta es ‘no’ sea por Milei o por ‘el Toto’” (NR: Luis Caputo).
Hay consenso de que el diagnóstico del libertario es el correcto, pero que las medidas que afectan a las provincias -como un posible consenso fiscal- deben ser conversadas con interlocutores con poder. Son muy críticos del gabinete. Ratifican que la “mayoría” quiere que le “vaya bien, que estabilice la economía, porque sino no hay ninguna gestión posible” tampoco para ellos.
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